Seat logra beneficio récord y anuncia que fabricará seis coches eléctricos
Volkswagen encarga a la marca española el desarrollo de una plataforma para enchufables pequeños
El de 2018 fue un ejercicio de récord de ventas para Seat (517.600 coches vendidos, un 10% más), en facturación (9.991 millones, un 4,5% más) y en beneficio neto (294 millones, un 4,6%). Superado el reto de la rentabilidad, la marca española iniciará su primera ofensiva por el vehículo eléctrico con el lanzamiento de seis modelos propulsados por baterías en los próximos tres años. En paralelo tendrá que lidiar con un encargo de Grupo Volkswagen, su propietario: el desarrollo de una plataforma para eléctricos pequeños que puedan utilizar otras marcas del grupo.
Grupo Volkswagen irrumpirá en el mercado del vehículo eléctrico de la mano de su marca matriz, Volkswagen, Audi y Porsche. Busca margen de negocio para aplacar las fuertes inversiones que hará hasta 2023, de 30.000 millones de euros. Posteriormente atacará segmentos de precios inferiores, responsabilidad que en parte tendrá que asumir Seat. La compañía española, la que experimenta un mayor crecimiento en Europa y una de las más rentables ahora para el consorcio alemán, se ha ganado la confianza del consorcio alemán para desarrollar una plataforma modulable que puedan utilizar otras marcas cuando quieran crear un coche eléctrico de carácter urbano, de apenas unos cuatro metros de largo, con una autonomía acotada y un coste de menos de 20.000 euros.
“Es una tarea difícil”, admitió ayer Herbert Diess, el primer consejero delegado de Grupo Volkswagen en acudir a la presentación anual de resultados en la historia de Seat. El ejecutivo alemán defendió que Seat juega ahora otro “rol” dentro del grupo, que ha apostado últimamente por descentralizar responsabilidades por sus distintas marcas. Volkswagen ya encomendó el año pasado a la compañía española que asumiera la creación de un vehículo eléctrico para el mercado chino, de la mano de la marca local JAC.
Martorell fabricará el Cupra Formentor
El presidente de Seat, Luca de Meo, difuminó ayer las dudas de que la planta de Martorell pueda sufrir la pérdida cargas de trabajo con la irrupción del vehículo eléctrico, que demanda menos fuerza laboral, al asegurar que la plantilla seguirá “estable” en los próximos años. Su afirmación estaba vinculada a otro anuncio: la fábrica asumirá finalmente la producción del Cupra Formentor, el mayor modelo que se habrá fabricado nunca en Barcelona, después de que el Ateca y el Tarraco se ensamble en otras plantas del grupo. De Meo sí avisó que planteará una transformación ordenada de la plantilla para adaptarla al futuro del sector de la automoción.
En paralelo, Seat tendrá que preparar los seis vehículos eléctricos (entre híbridos y eléctricos puros) que prevé lanzar en los próximos tres años, que suponen un desafío para un fabricante que, hasta ahora, ha apostado por el gas como energía alternativa. El primero, que será una forma de testar el mercado, será la versión eléctrica del Mii, el modelo más pequeño del catálogo de Seat. Y a partir de ahí llegarán en cascada el el-Born, un utilitario creado para ser solo eléctrico, y las versiones híbridas enchufables de la nueva generación del León y el Tarraco. Los últimos en llegar serán las versiones mixtas de motor de combustión y eléctrico de los Cupra León y Formentor, este último llamado a ser “el mejor coche” fabricado nunca por Seat.
El vehículo eléctrico es un reto, pero también una necesidad dadas las condiciones actuales del mercado, con los coches de combustión —sobre todo los dié-sel— cayendo y la Unión Europea presionando con multas a las marcas que no respeten los nuevos límites de emisiones. Y Seat llega con una cuenta de resultados saneada. Primero triunfó con su León, que arrebató al Ibiza el trono de los superventas, y luego ha cubierto con tres modelos diferentes el segmento de más éxito en el mercado, el de los todocaminos (o SUV, por sus siglas en inglés).
En cuestión de tres años sus Ateca, Arona y Tarraco han copado una de cada tres ventas de Seat. Son uno de los trampolines que han permitido que, de promedio, la marca ingrese ahora 1.360 euros más que hace cinco años por cada vehículo que vende. Y parte de que los beneficios de la compañía alcanzaran por primera vez los 294 millones de euros. Aunque ese resultado se beneficia también de las pérdidas negativas de años anteriores, ya que la compañía está todavía aplicando los créditos fiscales por lo que los impuestos por beneficios no restan, sino suman. 8,2 millones en 2018.
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