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ORLEY ASHENFELTER | Profesor de Economía en Princeton

Ashenfelter: “Los robots no han aumentado la productividad. Se rompen todo el rato”

"Google y Facebook venden publicidad, no han creado nada", sostiene el economista estadounidense

Orley Ashenfelter (San Francisco, 1942) es profesor de Economía en la Universidad de Princeton y uno de los mayores expertos sobre el mercado laboral, interesado sobre todo en bajar a la arena de la economía real y estudiar sus vínculos. Ya en 1972, como director de evaluación del Departamento de Trabajo de Estados Unidos, fue pionero al explorar la llamada “evaluación cuantitativa de programas sociales”. Más adelante, Ashenfelter creó una fórmula para predecir la calidad y valor del vino según el clima y otros factores. Y desde hace casi dos décadas, estudia las diferencias salariales entre países avanzados y en desarrollo a partir del precio de una hamburguesa Big Mac de la cadena McDonald’s.

Orley Ashenfelter, profesor de Economía en la Universidad de Princeton.
Orley Ashenfelter, profesor de Economía en la Universidad de Princeton.Cristóbal Castro

El profesor concede esta entrevista antes de dar una charla sobre automatización laboral en la Barcelona Graduate School of Economics, de la que forma parte de su consejo de asesores internacionales.

Pregunta. ¿Qué nos muestra hoy el índice Big Mac?

Respuesta. El caso más interesante es el de China, porque ha pasado de no ser tan distinta de India a estar muy por encima. Pero no tiene nada que ver con Estados Unidos: [en China] el hombre que hace su iPhone gana dos dólares la hora pero en Pakistán son 35 céntimos. Los chinos son realmente el único caso de éxito desde la crisis financiera.

P. En la última recesión, España llevó a cabo una devaluación salarial interna para intentar ganar competitividad en su economía. Pero es el segundo país con mayor desempleo de la UE (un 14,1%) y el tercero en menores de 25 años (32,6%).

“Los chinos son realmente el único caso de éxito tras la crisis financiera”

R. El problema es que no tenía muchas más opciones si iba a permanecer en la Unión Europea. Creo que los griegos podrían haber estado mejor si se hubieran salido [del euro]. En España, el desempleo general ha bajado pero las cifras sobre jóvenes siguen siendo muy elevadas. Una regla común es que el desempleo de menores de 25 años es el doble que el general. En la mayoría de países se cumple. Pero en España sigue siendo del 32%, cuando lo esperado es que se hubiera situado en la parte alta de la franja del 20%. Supongo que tras esto hay una lección: tienes que ser cuidadoso con la política fiscal en un mundo en el que estás disciplinado por los costes laborales de otros.

P. ¿Qué puede hacer España para combatir un desempleo sistémico tan elevado?

R. Lleva mucho tiempo ajustarlo. Uno debería asumir que a largo plazo se debería volver a lo que había, aunque quizá no a los niveles previos a la crisis, porque puede que fuesen más bajos de lo normal.

P. ¿La solución podría estar relacionada con algún tipo de reforma sobre despidos, sueldos o temporalidad?

R. Nunca he creído que [la regulación] fuera un gran asunto. Es cierto que en Estados Unidos se facilita la flexibilidad, pero nunca pensé que fuera tan importante. De lo contrario, sería de esperar que la flexibilidad importase en el momento de entrar en el mercado laboral. Pero eso no es verdad. Incluso después de la crisis, la brecha entre el desempleo de los jóvenes y el resto es prácticamente la misma en la mayoría de los países. Lo sorprendente [de España] es que esta cifra de más del 30% de desempleo te hace pensar en si puede haber alguna inflexibilidad en los niveles de entrada [al mercado laboral].

P. El Gobierno español ha subido el sueldo mínimo de 735,90 euros al mes a 900. ¿Le parece acertado?

R. Todo depende de lo productivo que puedas llegar a ser.

P. Entonces, ¿es bueno subir el sueldo mínimo?

R. Idealmente se debe dejar solo al mercado y este logra su equilibrio. El problema es que es muy lento. No tenemos pruebas sólidas de que las subidas del sueldo mínimo en los rangos vistos tengan un efecto real en reducir empleo.

“No hay pruebas de que subir el salario mínimo tenga efectos en el empleo”

P. ¿Cuán importante es la automatización en el mercado laboral?

R. De hecho, la desmiento. Si la robótica estuviera cambiando dramáticamente todo, veríamos un crecimiento fantástico de la productividad y no lo vemos. Ahora mismo en Estados Unidos tenemos un pequeño impulso de la productividad, pero todo el mundo hablaba de que estaba decayendo. ¿Qué están haciendo estos robots? Creo que el verdadero asunto es que vemos robots en todas partes, excepto en las estadísticas de productividad. Cuando era estudiante asumíamos que un crecimiento real de los sueldos equivalía a un crecimiento de la productividad. Al comienzo de los años setenta, esa regla se rompió. El crecimiento salarial ahora no está al mismo nivel que el de la productividad.

P. ¿Qué futuro le ve a la robótica si minimiza la automatización?

R. Estoy totalmente a favor de la automatización, deberíamos tener el máximo nivel que podamos. Pero, si fuera importante, idealmente debería aflorar en las estadísticas de productividad, porque esos robots estarían haciendo algo. No creo que sea verdad que haya más producción gracias a los robots. Se rompen todo el rato.

P. ¿Un humano puede hacerlo igual?

R. Tengo una historia de un amigo mío que tiene una fábrica de salsa picante en Los Ángeles. Tienen automatizada casi toda la producción. La visité hace 10 años y volví la semana pasada. La única diferencia que vi es que tienen una máquina que puede coger las latas que se caen de la línea de montaje, ponerlas en una caja y aplastarlas. El aumento de la productividad manufacturera es del 3% al año, sería un 30% en 10 años y eso es quizá lo que han logrado. Pero eso no es revolucionario, nadie ha perdido su empleo.

P. ¿La automatización no es revolucionaria?

R. La automatización ha existido desde el siglo XIX. Lo que ha emocionado a la gente es el big data, que se utiliza para venderte cosas. Si piensas en Facebook y Google, su producto es la publicidad, todo lo que han hecho es destrozar periódicos y ahogar otras formas de publicidad. A no ser que pienses que todo el producto nacional bruto será publicidad, no han creado nada en producción.

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