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Cumbre Europea de Think Tanks en Madrid: frente al populismo, pensamiento global

La toma de decisiones democráticas, transparentes y controlables por la ciudadanía es el único camino para encontrar soluciones de verdad a los problemas, evitando los atajos que conducen al abismo

Nunca más necesario el pensamiento que en la coyuntura europea e internacional que vivimos. Un pensamiento -parafraseando las palabras de Marx sobre el papel de los filósofos escritas sobre mármol en la entrada de la Universidad Humboldt en Berlín- destinado no solo a interpretar el mundo, sino a transformarlo.

Transformarlo significa hoy hacer frente al cambio climático, prevenir futuras crisis económicas y financieras, utilizar la enorme capacidad global para producir bienes y servicios -nunca alcanzada antes en la historia de la humanidad- para erradicar el hambre, la enfermedad, la pobreza, el desempleo, la precariedad y la desigualdad entre los países del Norte y del Sur y en el seno de cada uno de ellos alcanzando los Objetivos de Desarrollo Sostenible contenidos en la Agenda 2030 de la ONU, garantizar que mujeres y hombres tengan legal y realmente los mismos derechos, salarios y oportunidades, hacer de la migración un fenómeno normal y beneficioso para todas las sociedades evitando la pérdida de vidas humanas y desarticulando las mafias, encontrar soluciones a los conflictos regionales enquistados desde hace décadas, atender a los refugiados adecuadamente o seguir avanzando en el desarme (incluido el nuclear).

Esos los principales problemas y desafíos del Siglo XXI y no los que el populismo trata de imponer como agenda de los Estados y las sociedades en base a mentiras, medias verdades y bulos, alentando el retorno de las peores tendencias de la historia, desde el racismo a la discriminación de la mujer, que creíamos afortunadamente superadas.

Con el puñado de caracteres de un tuit, un mensaje de WhatsApp, un artículo, un libro, una entrevista en cualquier medio o un debate público, los demócratas, independientemente de su tendencia política o ideológica, estamos obligados a conseguir que prevalezca el pensamiento frente a la consigna, la reflexión frente a la demagogia, el consenso frente a la división.

Pero repito: pensamiento para cambiar, demostrando que solo el análisis sosegado de las cosas y la toma de decisiones democráticas, transparentes y controlables por la ciudadanía es el único camino para encontrar soluciones de verdad a los problemas de verdad, evitando los atajos que terminan conduciendo al abismo.

En esa tarea es imprescindible el papel de muchos agentes: las instituciones, los partidos, los interlocutores sociales, la sociedad civil, los medios de comunicación, las universidades y los think tank o centros de pensamiento, llamados a una labor que combine el análisis en profundidad de los acontecimientos con la capacidad de propuesta rápida y eficaz (a corto y medio plazo) para los decisores públicos y privados, completando el proceso legislativo y ejecutivo en todos los niveles: local, regional, nacional, europeo, internacional…

Estamos obligados a conseguir que prevalezca el pensamiento frente a la consigna, la reflexión frente a la demagogia, el consenso frente a la división

Think Tanks que han ganado peso en los últimos años no gracias a una moda, sino por guiarse por la convicción de que, si las opiniones son libres, los hechos son sagrados y, a partir de esa convicción, trabajar desde la calidad y la independencia que les convierte en creíbles y fiables.

Con Trump, el Brexit y la extrema derecha ganando votos, la Cumbre Europea de Think Tanks que se celebrará en Madrid del 10 al 12 de abril -organizada conjuntamente por la Universidad de Pensilvania, el Real Instituto Elcano y la Fundación Alternativas, con la participación del CIDOB- gana en relevancia, también por el tema escogido para sus debates: ‘El papel de los centros de pensamiento en el nuevo ciclo político europeo’.

Decenas de los mejores Think Tank europeos y norteamericanos, iberoamericanos, mediterráneos, africanos y asiáticos discutirán de globalización, populismo, democracia, elecciones europeas, futuro de la UE, orden internacional, seguridad, migraciones y refugio, desigualdad, inseguridad económica, revolución tecnológica, guerra comercial, cambio climático y diversidad, poniendo en común ideas y propuestas.

Será una buena oportunidad para promover el pensamiento y la pluralidad y una buena noticia para España y para Madrid acoger la Cumbre. Y, por supuesto, será una mala noticia para quien desearía que todo fuera unidireccional y excluyente.

* Carlos Carnero es director gerente de la Fundación Alternativas y ex eurodiputado

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