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El amigo vallisoletano de la industria del motor

Lingotes Especiales, especializada en frenos de disco, multiplica las inversiones para modernizarse y mejorar su productividad

Vicente Garrido, presidente de Lingotes, en una de sus plantas.  
Vicente Garrido, presidente de Lingotes, en una de sus plantas.  Miguel Ángel Santos

¿Por qué la Bolsa castiga a Lingotes si la empresa ha hecho los deberes? Esta es la pregunta que Vicente Garrido, su presidente, se hace ante la sacudida bursátil que padeció la compañía a finales de 2018. Una pregunta sin respuesta para él. “Nunca he entendido cómo funciona la Bolsa. Lo que sé es que la empresa se moderniza y aumenta sus beneficios y el parqué la castiga por lo que dice Donald Trump, por el Brexit o por las declaraciones de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre los días contados que tiene el diésel”.

Lingotes Especiales, empresa vallisoletana especializada en la fundición de metales y en mecanizado y ensamblado de componentes automotrices —sobre todo discos de frenos y tambores—, a través de su filial Frenos y Conjuntos, ha visto cómo la guerra comercial entre Estados Unidos y China, el enfriamiento de la economía mundial, la bajada en las ventas de coches y las nuevas normas europeas de homologación de emisiones le han pasado una particular factura. Con medio siglo de historia, ha vivido varios altibajos en el parqué, donde cotiza desde 1989.

Garrido apunta a que el año pasado lo cerrarán con una facturación de unos 120 millones de euros. Los últimos datos publicados, correspondientes al tercer trimestre, sitúan la cifra de negocios en 88,82 millones, que supone un incremento del 17% respecto a 2017, de los que 59,88 millones fueron ventas al exterior (el 70% del total), con un aumento del 18%.Sus países de referencia son Alemania, Francia, Italia y Reino Unido, pero han abierto nuevos mercados en Rumania, Turquía o Brasil. También el ebitda fue positivo en 14,2 millones, con un crecimiento de un 22% sobre el tercer trimestre de 2017. El beneficio bruto fue de 10,12 millones, un 26% más.

En su cartera de clientes están Renault, Ford, Citroën, Peugeot y Audi, entre otros, “con los que tenemos contratos en vigor, de momento, hasta 2021. El 12% de los automóviles que circulan por Europa y el 3% en el mundo usan piezas de Lingotes”, apostilla Garrido.

Con estos mimbres, “resultó paradójico ver cómo tras la presentación de resultados el 27 de octubre pasado, Lingotes empezaba a bajar en Bolsa”. El valor despidió el año a 11 euros, mientras que en mayo habían rozado casi los 21. Un cierre que supuso una capitalización bursátil de 110 millones de euros frente a los 178 millones con los que puso punto final a 2017. Este año el valor se ha recuperado parcialmente, hasta los 14 euros por acción.

Además de unos resultados en positivo, Lingotes ha realizado una agresiva política de inversiones. Durante 2016 y 2017 gastó más de 13 millones en modernizar sus líneas de mecanización y fundición y mejorar la productividad. En 2018 invirtió cuatro millones con el fin de aumentar la capacidad de producción en discos de frenos, su producto estrella.

Cifras que han servido para reducir costes con una mayor fabricación de piezas mecanizadas (listas para el ensamblaje final), de más valor añadido y más ligeras, que son el motor de crecimiento de la empresa, y que representan el 45% de la producción, frente a las brutas (piezas que el cliente termina de diseñar en sus instalaciones).

Proyecto en India

Hace poco más de dos años, Lingotes puso en marcha en India una planta de fundición y de producción de piezas mecanizadas mediante una joint-venture con el grupo local Setco Automotive. Con una inversión total de 30 millones de euros, Lingotes Especiales aportó apenas unos 800.000. Una apuesta conservadora, que solo abastece el mercado indio y que tiene una producción de 18.000 toneladas frente a las 100.000 que produce en Valladolid.

Garrido también cuenta el que podría haber sido su proyecto estrella en Estados Unidos, pero que de momento está paralizado a raíz de las medidas comerciales y arancelarias del presidente Trump. “La inversión en una factoría, 100% propiedad de Lingotes, que hubiera alcanzado los ocho millones de euros para producir piezas mecanizadas. No sabemos qué deparará el futuro, pero ahora no es el momento”.

Estos proyectos “no se han traducido en un repunte del endeudamiento, que se estima en 0,7 veces el ebitda en 2018, ni en una menor remuneración al accionista, con una rentabilidad por dividendo que se cerrará este año alrededor del 4,6%. Pero el miedo se extiende hacia compañías que han realizado grandes inversiones, justo cuando cambian las legislaciones y no les ha dado tiempo a amortizarlas. También los profit warning (rebaja de las previsiones de resultados) lanzados por Audi, Daimler o Valeo provocan castigos indiscriminados”, explica Esther Gutiérrez, analista de Bankinter.

Pese a este escenario, Garrido expresa su optimismo. “Si la industria cayera, una empresa pequeña como Lingotes tendría más flexibilidad para adaptarse a los cambios. Podríamos diversificar la producción en otros sectores que ahora mantenemos en niveles bajos, como piezas para cables submarinos o maquinaría agrícola. Tiraríamos hacia delante”.

Según un informe de Light House (analistas independientes para empresas sin cobertura en Bolsa), publicado el pasado 22 de noviembre, hay varios riesgos que podrían tener un impacto negativo sobre sus resultados. En el análisis se citan la posible pérdida de cuota de mercado, que aparecieran nuevos protocolos de emisiones o un escenario de subida del 10% en el coste de las materias primas. Pero según sus conclusiones, aunque Lingotes se enfrente a una “posible desaceleración cíclica, su positivo balance y posición competitiva harán que, previsiblemente, mantenga su gap de rentabilidad frente al sector”.

Iván Martín, director de inversiones de Magallanes Value, el principal gestor de inversión de las acciones de Lingotes, señala: “Ni siquiera la llegada del coche eléctrico tendrá impacto sobre Lingotes. Sus productos, como discos y tambores de freno o platos de embrague, no solo seguirán siendo necesarios en este tipo de coches, sino que también se abre una oportunidad, ya que el mayor peso de estos automóviles requiere piezas más ligeras, como las que produce”.

Desde Sernauto, la patronal de los componentes para la automoción, su director, José Portilla, lo explica: “Lo ocurrido en los últimos meses en torno al diésel está afectando al sector en su conjunto. Por ello, hemos solicitado a las Administraciones Públicas su contribución a una transición dialogada con el sector, con un plan concreto de medidas para la industria, que tenga en cuenta factores medioambientales, económicos y sociales, que eviten poner en peligro miles de empleos y las inversiones extranjeras”, subraya.

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