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Los hermanos Reuben, los reyes inmobiliarios que echan un pulso al Banco Santander

David y Simon Reuben, que labraron su fortuna con el aluminio en la Unión Soviética, han ganado la puja por la Ciudad Financiera del Santander

Simon Reuben, a la izquierda, y David Reuben, junto con el hijo de este último, posando en una imagen de 2013. 
Simon Reuben, a la izquierda, y David Reuben, junto con el hijo de este último, posando en una imagen de 2013. Richard Young (REX/Shutterstock)

David y Simon Reuben dirigen Reuben Brothers, el conglomerado británico que está detrás de la candidatura que ha ganado la puja por la Ciudad Financiera de Banco Santander. Su propuesta ha ganado la primera batalla al propio banco —la guerra aún continúa porque hay pendientes recursos— tras presentar una oferta a Marme, actualmente en situación de concurso de acreedores, valorada en 3.023 millones de euros, uno 50 millones más que la propuesta realizada por la entidad presidida por Ana Botín.

 Estos hermanos, con residencia en Mónaco, siguen el patrón de los empresarios hechos a sí mismos. Con una fortuna que asciende a más de 15.000 millones de libras esterlinas (17.000 millones de euros), han creado un imperio inmobiliario, aunque sus tentáculos se extienden también a otros sectores. En 2004 apostaron por la innovación y, en un buen ejemplo de su ojo avizor, se hicieron con Global Switch, la multinacional de centros de datos que cuenta con distintas sedes repartidas por el mundo, entre ellas una en Madrid. Tan sólo dos años más tarde, Reuben Brothers vendió una participación del 49% a un consorcio chino por 2.400 millones de libras. Un gran negocio si se tiene en cuenta que compraron la firma por solo 585 millones.

Con el fin de no poner todos los huevos en la misma cesta, las inversiones de Reuben Brothers se distribuyen en múltiples campos como la financiación de deuda a empresas con problemas, el almacenamiento de metales, las embarcaciones y la banca. También cuentan con otros activos como hipódromos, el aeropuerto de Londres-Oxford en Kidlington, el helipuerto londinense en el barrio de Battersea, una cadena de pubs, invernaderos y el puerto deportivo de Portosole Sanremo. A la retahíla se le suma una lista extensa de propiedades.

Una pugna aún por cerrar

El pasado lunes el juzgado de lo Mercantil número 9 de Madrid fallaba en favor de la puja de los hermanos Reuben por la Ciudad Financiera de Banco Santander en Boadilla del Monte (Madrid).

El Santander había cuestionado la capacidad de financiación de los inversores británicos tras la oferta presentada a través de de Sorlinda Investment, Sin embargo, el auto defiende la solvencia con “garantías suficientes” de los Reuben y pone freno al intento del banco español de recomprar su sede corporativa.

La entidad de Ana Botín presentará un recurso de reposición ante el mismo juez cuestionando de la validez de la oferta. De forma paralela, el Santander intentará ejercer su derecho de tanteo o incluso comprar la propiedad a los propios Reuben que podrían estaría dispuestos a vender las instalaciones ante sus necesidades de liquidez.

Estos multimillonarios tienen repartidas oficinas, locales comerciales, hoteles y zonas residenciales por todo Londres. Entre su cartera se encuentran posesiones en las zonas exclusivas de St. James, Mayfair, Kensington y Knightsbridge. Hace un par de años consiguieron hacerse con el número 94 de Piccadilly, que albergaba el club In & Out, y varios edificios adyacentes junto a Green Park para convertirlo en la casa más cara del Reino Unido; una residencia de 48 habitaciones con un valor estimado de 250 millones de libras.

El pasado mes de agosto adquirieron por más de 100 millones de euros el hotel The Curtain y Members Club, en el barrio de Shoreditch, y hace unos meses realizaron un préstamo a los dueños del carismático hotel Savoy por una cifra que supera los 300 millones de euros. Los Reuben terminaron 2018 con una inversión de 1.000 millones de euros en propiedades en Londres. A este patrimonio en la capital inglesa se une otro repartido en Nueva York, Tel Aviv, Mónaco, Ibiza y Mallorca donde recientemente han comprado cinco parcelas cercanas a las instalaciones del tenista Rafael Nadal en Manacor. Incluso barajaron apoyar a la empresaria británica Amanda Staveley en la compra fallida del Newcastle United, el equipo que entrena el español Rafael Benítez.

La actividad del grupo inversor es frenética. Las adquisiciones se acumulan en las noticias de su página web y su fortuna se sitúa en el puesto 88 a nivel mundial, según la revista Forbes, y la cuarta del Reino Unido. Los hermanos Reuben comenzaron a amasar su imperio gracias a la extracción de aluminio en la antigua Unión Soviética. Su firma TransWorld se favoreció del desconcierto vivido por la llegada del capitalismo al extinto territorio soviético. En 1991 se asentaron finalmente en Rusia de la mano del empresario local Lev Chernoy, quien más tarde fue acusado de tener vínculos con la mafia rusa.

Vínculos con Marc Rich

Eran tiempos de bonanza y, según indica la compañía, en 1995 TransWorld representó casi el 5% de la producción mundial de aluminio con unas ventas que alcanzaron los 7.000 millones de dólares. Sin embargo, según recoge The Guardian, los Reuben no escaparon a la controversia. Un informe del Banco Mundial relacionó la fundación de su empresa con un dinero prestado por el financiero estadounidense Marc Rich, declarado culpable de evasión fiscal. Los hermanos confirmaron sus negocios con Rich, pero negaron cualquier financiación por parte del empresario que fue indultado por el presidente Bill Clinton en su último día en el cargo.

Estos zares de los metales abandonaron Rusia tras la llegada al poder de Vladimir Putin. Vendieron su sociedad al conglomerado petrolero Sibneft de Roman Abramovich, famoso por ser el dueño del Chelsea, por una cifra cercana a los 340 millones de euros. Los Reuben viraron hacia Londres, su ciudad de acogida desde la década de 1950.

Nacieron en Mumbai en una familia de inmigrantes judíos con ascendencia iraní y tras instalarse a la capital inglesa, iniciaron su camino en el mundo de los negocios. David, el mayor, siempre estuvo ligado al comercio de los metales mientras que Simon se dedicó en sus inicios a la importación de alfombras de su India natal. Tras el paso por en el sector del aluminio comenzaron a invertir fuertemente en propiedades. Los hermanos se hicieron en un primer momento con la sede de John Lewis Partnership en Victoria y con la Torre Millbank donde asentaron la sede de Reuben Brothers.

Muy reservados y de perfil bajo, su única vinculación pública es con el Partido Conservador británico, al que suelen hacer cuantiosas donaciones económicas.

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