Un banquillo cojo
En el banquillo faltan el Banco de España y la CNMV a la luz de las referencias constantes de Rato
Aquellos telespectadores que recuerden el ingreso de Rodrigo Rato en la prisión de Soto del Real el pasado 25 de octubre, cuando pidió perdón a la sociedad, habrán recuperado durante la declaración de ayer la versión anterior del personaje.
Como pasa con la pintura al óleo, al observar ayer la imagen del acusado se advertía una especie de “pentimento”. La última mano de pintura caía y dejaba el deseo original del artista: un Rodrigo Rato seguro e implacable ante la fiscal Carmen Launa.
La fiscal, que hoy terminará de interrogarle, no pudo extraer gran cosa sobre los hechos. Además, su manera de apostillar tras las respuestas terminó por irritar a la presidenta y ponente, Ángela Murillo.
Un Rato crecido buscó debilitar a la fiscal, cuyo talón de Aquiles es evidente: ella no participó en la instrucción de la causa y sustituye a su actual jefe, el fiscal jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Alejandro Luzón.
Rato hizo referencia a un documento muy relevante en sus respuestas. Se trata del informe que enviaron el 29 de junio de 2010 los altos cargos del Banco de España Pedro González y Francisco Monzón al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
En ese documento, que entre otras cosas debía ser cursado a la Comisión Europea, se sostenía: “A juicio del Banco de España, las cajas integrantes de la operación analizada pueden calificarse como entidades fundamentalmente sólidas y su proyecto de integración consistente y viable”.
Pero quince días antes, el 14 de junio de 2010, en una reunión en la sede del Banco de España, a la que asistieron, según el acta, Pedro González, Francisco Monzón y Javier del Río por el Banco de España, y José Luis Sánchez, interventor de Caja Madrid, se expone por el interventor el reparto del dinero público de 4.465 millones de euros (participaciones preferentes) que aporta el FROB. Se informa que de esa suma se usarán 2.500 millones para Caja Madrid. Esa cantidad, a la que se suman otra en concepto de activos fiscales, permitirá realizar saneamientos (cubrir provisiones) por valor de 3.600 millones de euros.
Es decir: la ayuda pública se usaba para tapar pérdidas... en unas entidades “fundamentalmente sólidas” González y Monzón dixit.
El banquillo, a la luz de las referencias constantes al Banco de España y a la CNMV por parte de Rato, luce, pues, bastante cojo.
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