Círculo, la forma perfecta (de la economía)
La economía será circular o no será. Un modelo sostenible que se recicla a sí mismo y respeta a los humanos que estamos y a los que llegarán. Así contribuye Repsol
Cuando termine de leer este texto la población del mundo habrá aumentado a razón de 2,8 humanos por segundo. Mil millones más de aquí a 2030, con su correspondiente cuota en consumo de recursos finitos. Sobre el planeta se proyecta el gran signo de interrogación: si seremos capaces de limitar el calentamiento global con el ritmo progresivo comprometido en los Acuerdos de París.
Según el Banco Mundial, una de las soluciones disruptivas ante este escenario sin precedentes es el modelo de economía circular, aquella capaz de reciclarse a sí misma, que diseña procesos y productos sostenibles, prolonga su vida útil, optimiza materiales y consumo de agua y energía, reduce emisiones, minimiza y reutiliza residuos.
Wible es un exponente de experiencia de economía circular colaborativa: Repsol y Kia han lanzado un servicio de 500 coches híbridos enchufables para compartir en Madrid, ciudad elegida por su tamaño, su geografía y la buena acogida de este tipo de movilidad responsable
Objetivo, evitar por todos los medios la paradoja que la teoría económica llama Tragedia de los comunes: varios individuos, motivados solo por el interés personal, destruyen un recurso limitado y compartido aunque a ninguno de ellos le interese tal destrucción. “Es el dilema entre libertad personal y responsabilidad social, cada vez más vigente”, comenta Íñigo Palacio, gerente sénior de Desarrollo Ambiental y Social de Repsol.
“Consumimos anualmente más de 1,7 planetas y debemos revertir la actual tendencia creciente. Por eso la economía circular es un pilar fundamental en nuestro modelo de sostenibilidad”, añade Palacio. “Cada vez es más evidente el nexo entre economía circular y economía del bienestar, y el criterio clave es la eficiencia económica relacionada con el uso de los recursos naturales o comunes”, indica.
El Catálogo de Iniciativas Circulares de Repsol incluye más de 160 proyectos
Repsol despliega una estrategia transversal, que atañe a casi todas sus actividades a través de más de 160 iniciativas identificadas y una creciente red de compromisos públicos y privados. Por ejemplo, la adhesión al estatal Pacto por la economía circular; la participación en grupos de trabajo nacionales e internacionales (CEOE, Cámara de Comercio, Fundación COTEC, Centro Europeo de Estudios Políticos y Sociales, World Economic Forum, Plastics Europe, Comisión Europea…); la cooperación con empresas y universidades en proyectos de innovación tecnológica; y su propia red interna formada por más de 100 expertos.
Las experiencias de economía circular colaborativa apuntan a ese cambio cultural acorde con el consumo concienciado. WiBle es un exponente para Repsol en ese ámbito: el servicio de 500 coches KIA Niro, híbridos enchufables (con baterías que se recargan conectadas a la red) y compartidos (carsharing), estrenado en Madrid para toda Europa por el tamaño de la urbe, sus características geográficas y la buena acogida social de este tipo de movilidad responsable.
Por su parte, el fondo de inversión Repsol Corporate Venturing respalda, entre otras, soluciones circulares de startups como la española WeSmartPark, que gestiona una red de parkings colaborativos: los propietarios de plazas de garaje las alquilan a otros conductores en las horas de menor uso. Es un modelo aún minoritario, pero con expectativas de crecimiento intenso y, de momento, con más de 12.000 usuarios en Madrid y Barcelona.
Ahorrar y reutilizar
Repsol no solo amplía su actividad a la generación de energías limpias, también continúa desarrollando otras alternativas de sostenibilidad energética como la producción de hidrógeno renovable a partir de energía solar. A medio plazo, este proyecto desarrollado junto con Enagás podría reducir más de un 90% la huella de carbono respecto a los procesos tradicionales.
Según la Comisión Europea, aplicar toda la normativa comunitaria en materia de residuos podría generar 52.000 empleos directos, locales y no deslocalizables en España. En toda Europa, 400.000. La aportación de Repsol en este vasto campo se despliega en proyectos como Zero, uno de los más significativos enfocado a los plásticos. En concreto, trabajan sobre aquellos tipos de plásticos no reciclables de forma tradicional que se someten a procesos químicos y se sintetizan para volver al ciclo productivo como materia prima. Reciclex, otra iniciativa de reciclaje, hace algo parecido, pero con los plásticos usados en automoción. Los trata, recupera los polímeros y vuelven de nuevo a la cadena de montaje para comenzar desde cero su vida útil.
Repsol trabaja en varios proyectos dedicados al reciclaje de plásticos, como Zero y Reciclex
Junto con Sacyr, realizan otro proceso tecnológico capaz de reciclar el 100% del asfalto envejecido y desgastado por el uso y el clima: aplicándole una emulsión bituminosa (mezcla de agua y betún) se ahorra el reasfaltado completo y, por tanto, el consumo energético, emisiones, residuos y agua.
De hecho, ese ahorro de recursos hídricos forma parte de la estrategia de economía circular en toda la compañía, por ejemplo empleando agua reciclada en la planta de tratamiento de aguas urbanas de Tarragona para los procesos de su complejo industrial cerca de la ciudad. En 2017, el volumen de agua reutilizada aumentó un 45% respecto al año anterior.
CO2 en busca y captura
Las tecnologías de Captura, Uso y Almacenamiento de Carbono (CCUS en sus siglas en inglés) serán muy importantes para limitar el aumento de la temperatura global durante este siglo. Son, además, transversales; entre otros sectores se aplican para reducir emisiones en el sistema eléctrico y múltiples procesos industriales, facilitar el uso del hidrógeno como un vector energético y producir nuevos materiales y combustibles.
Repsol participa en su desarrollo a través de OGCI (Oil And Gas Climate Initiative), donde se ha creado un fondo de inversión con 1.000 millones de dólares en 10 años para apoyar proyectos como Solidia Technologies, que produce cemento que emplea el CO2 capturado en vez de agua para fabricar hormigón. Otro es Econic, que trabaja con tecnologías catalíticas para convertir las emisiones de CO2 en materias primas destinadas a la industria química. Y entre las inversiones previstas está el diseño de una central de ciclo combinado de generación eléctrica con gas natural que incorpore CO2 capturado. Se ubicará en Reino Unido e incluye almacenamiento geológico del CO2 producido por la propia central y el procedente de otras industrias.
Esta noticia, patrocinada por Repsol, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.