Los directivos los prefieren diésel
Los vehículos de gasóleo más nuevos son la alternativa más eficiente y menos costosa para las grandes empresas
Los vehículos impulsados por gasóleo a partir de la normativa Euro 6 son aún la alternativa menos costosa y más eficiente para las flotas de grandes empresas
Las flotas corporativas no parecen muy convencidas de que los vehículos diésel estén amenazados, al menos a corto y medio plazo. Aunque es verdad que desde el escándalo de Volkswagen los coches con esta motorización han empezado a perder peso en el mercado europeo, desde el 56,1% de 2011 al 49,9% de 2016, no es menos verdad que en el renting para ejecutivos siguen tendiendo preferencia sobre los de gasolina. "El vehículo diésel", asegura Agustín García, presidente de la AER (Asociación Española de Renting), "sigue siendo el más demandado en las flotas de empresa". Lo mismo dicen en Ibercaja Renting.
Pese a que un estudio de Arval, una gran empresa del sector, demuestra que el peso de las matriculaciones de nuevos vehículos diésel ha caído en términos relativos desde el 94,6% del total en 2014 al 85,1% en 2017, la realidad es que el sector ha ido matriculando en números absolutos más diésel cada año que pasa: fueron 88.500 en 2014, 114.000 en 2015, 136.700 en 2016 y 141.600 en 2017. El hecho de que las matriculaciones de vehículos propulsados por gasolina en el renting se hayan multiplicado por cinco en esos años, de 3.350 a 17.600 unidades, no quita lo básico; que las empresas del sector y sus clientes matricularon ocho unidades diésel por cada una de gasolina el año pasado. La suma de eléctricos o híbridos, enchufables o no, es aún bastante inferior. El sector se distancia así del comportamiento de los particulares, que sí han ido abandonando la compra de vehículos diésel, que pasaron del 71% al 54% en solo cuatro años, entre 2013 y 2017.
Explicaciones para todo
¿Cuál es la razón de que el sector del renting persista en esa apuesta por un tipo de vehículo teóricamente destinado a desaparecer? La primera razón es que, en opinión del sector, no está claro que los Gobiernos europeos, incluido el español, vayan a eliminar a los diésel. Las restricciones a su circulación, sobre todo en el centro de las ciudades, tenderán a desplazar a los diésel más contaminantes y antiguos, pero no a los de última generación. El estudio de Arval Despejando dudas acerca del diésel. Un vistazo a su futuro: enfoque y soluciones concluye que "la desaparición del diésel será un proceso muy largo", algo que confirma el propio Manuel Orejas, el director de Desarrollo de Negocio de la firma, al señalar que "no creemos en una muerte súbita del diésel".
El principal argumento de las operadoras de renting y de sus clientes en las flotas corporativas para seguir apostando por esta motorización es que los diésel son muy similares a los motores de gasolina, en cuanto a emisiones contaminantes. En la AER aseguran que, "de media, un vehículo de gasolina consume y emite más CO2 que uno de diésel", y en Ibercaja Renting recuerdan que "los nuevos diésel, desde la Euro 6 que entró en vigor hace más de dos años, resultan muy respetuosos con el medio ambiente, y más todavía desde el pasado 1 de septiembre con la normativa WLTP".
En el sector insisten en que, por lo que respecta al CO2, el máximo responsable del efecto invernadero, los motores diésel, a igual potencia/cilindrada, emiten menos gases contaminantes de efecto duradero que los de gasolina. Tanto es así que las clasificaciones Euro 5 y Euro 6, las más recientes y exigentes, incluyen vehículos con motor diésel. Y se espera que lo mismo pase con la próxima, la Euro 7. "En los de última generación", observa Orejas, "ambos quedan empatados. Da igual un gasolina que un diésel".
No son teorías. Las cifras demuestran esta realidad, pues si es verdad que las operadoras han venido matriculando cada vez más coches con motor a gasóleo, no es menos cierto que estos son cada vez menos contaminantes. Mientras que los nuevos vehículos matriculados por renting emitían de media, según la AER, 133,9 gramos de CO2 en 2012, esta cifra se había reducido a 114,4 en 2017. Esto ha supuesto un ahorro en emisiones del orden del 14,6%, lo que ha distanciado a las empresas del sector de lo que ha sido la media del mercado: 119,1 gramos. El renting ha matriculado también los vehículos con menor consumo. El año pasado, 4,44 litros por cada cien kilómetros frente a los 4,76 del mercado.
De momento hay que recordar que lo que prima, a la hora de circular y acceder a los centros de las ciudades, es la calificación de los coches y las etiquetas que porten. Y que las restricciones actuales (y previstas) tienen en general un alcance muy limitado, y supondrán un impacto mínimo (o inexistente) para los operadores de flotas en un futuro próximo. Además, de ocurrir algo, no será en los próximos tres o cuatro años. Los Gobiernos de Francia y de Reino Unido han anunciado que pondrán fin a la venta de nuevos turismos y furgonetas convencionales de diésel (pero también de gasolina, ¡ojo!) para 2040. El hecho de que los contratos de renting se firmen por tres, cuatro o cinco años hacen que la amenaza no sea, pues, inminente.
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