Así es la caja creada por una empresa española para que no se rompan las botellas que compras por Internet
TotalSafePack busca convertir su caja para botellas en el estándar para el comercio digital
Uno de cada diez envíos de botellas a domicilio sufre roturas. Lo que deriva, no solo en pérdida de producto, sino en sobrecostes por los nuevos envíos, en muchas ocasiones, internacionales. Esto fue lo que convenció a una pequeña empresa logística y de transporte de L'Hospitalet de Llobregat para abrir su nuevo negocio. Fue después de una crisis que en 2008 se lleva por delante a parte de su plantilla. "Tocaba reinventarse. Gracias a un cliente, un e-shop de vino, en 2011 nos dimos cuenta que cuando el negocio creciera, las pérdidas serían muy grandes si no encontrábamos una solución para reducir el número de botellas que se rompían", explica David Gorges, director de TotalSafePack, parte del holding logístico Grupo Total.
En 2012 esta empresa patenta una caja que protege las botellas con la que aseguran reduce las roturas a un 0,04%. El gigante global de la mensajería UPS ha homologado su embalaje para España y Portugal y aspiran a ser el estándar para las ventas por Internet de vino, cerveza, destilados y aceite de oliva. Cerraron el ejercicio 2017 con cerca de un millón de euros de facturación y un margen de beneficio del 27%. El grupo rondó los siete millones en ventas.
¿Pero cómo es la caja de botellas que la hace tan distinta? "Se trata de una estructura interna para una, dos, tres o seis botellas con pestañas en los seis lados que permiten que el envase viaje suspendido cuando colocas esa estructura en la caja exterior, y el impacto lo absorben estas cámaras de aire", detalla Gorges. Las cajas convencionales pueden recibir golpes desde cualquier lado, especialmente desde el lateral. Con los envases que normalmente las ajustan, solo con cartón, el impacto es directo. En el mercado existen otras soluciones como bolsas o envases de poliestireno. "Son, además, muy poco ecológicas y no permiten un segundo uso". La innovación, patentada en cinco clases de caja distintos, ha ganado dos premios de diseño. Además, la compañía dispone de su propia tienda electrónica. Allí, ofrecen cajas normales y de categoría premium. El precio medio está en 2,30 euros el paquete de seis y el pedido mínimo de cajas es de diez.
Pérdidas cuantiosas
"El problema de la rotura de botellas no es solo la pérdida de producto. Si envías a Berlín un paquete de seis y se rompe una, en el mejor de los casos tienes que pagar un nuevo envío para reponerla, pero puede que se manche la etiqueta, con lo cual estás pagando portes internacionales adicionales, pierdes más de lo que te costaría invertir en una caja de mayor calidad". Gorges tiene bien interiorizado el discurso. "En este negocio hay que ayudar a los clientes a echar las cuentas y formarles mucho; si en vez de 100 roturas tienes dos, impacta más que el diferencial del precio del embalaje". Entre sus clientes, están Bodegas Torres, que utiliza sus cajas en su venta online —no en palés, solo a domicilio— y muchas bodegas que se anuncian en otro comercio electrónico dedicado al vino, Uvinum, también. El grupo empresarial al que pertenecen ofrece la parte de envío y logística, por lo que redondean el servicio. Esto también les permite ampliar la plantilla por picos de trabajo, pues hoy en día solo son seis empleados en España.
Ahora mismo, en la rama de bebidas, su clientela son las tiendas electrónicas (que suponen la mitad del negocio), las compañías de transporte (un 35%) y las bodegas (un 15%). Aunque a quien se dirigen es, en realidad, al cliente final. "Vivimos tiempos de recomendación y los negocios online dependen de sus críticas. Si convenzo a la persona que recibe la botella, como ya pasa, de que el envase es tan bueno como el producto que recibe, la empresa que se lo manda va a pedirme más de ese tipo". El problema de la mayoría de los sistemas de distribución de vino o destilados, sin embargo, es que son las bodegas las que envían el producto directamente (o sea, que la tienda online pierde de vista parte del proceso), por eso la empresa catalana intenta convencer a estas tiendas de sean ellas las que establezcan los estándares de calidad y obliguen a sus proveedores a trabajar este producto.
TotalSafePack entró al mundo de los envases de la mano de Vinissimus, una tienda electrónica con 95.000 clientes que entrega en toda Europa y que es hoy uno de sus principales valedores. Y pronto consiguió convencer a UPS. "Tenían una necesidad grande de tener distribución de bebidas, pues dependían de Colonia (Alemania) y el coste se les hizo insostenible". De esta enseñanza también tomaron nota ellos: un producto que maneja estos márgenes requiere de una plantilla localizada en cada país que emite el envío.
Gorges contempla que TotalSafePack cuente con su propia central local en cada nuevo mercado en el que planean abrir. "Solo así generaríamos economías de escala y podríamos controlar costes", explica. Es lo que han hecho en Italia, el primer mercado que han abierto, y lo que harán en Francia, donde planean abrir este año. Tienen socios también en Argentina, Chile y México, lo que podría facilitarles la entrada a Estados Unidos. "Mi plan es que nos convirtamos en el estándar, que pase lo mismo que ha pasado con UPS, incluso que ellos nos ayuden. Pero tampoco vamos a esperar a nadie para seguir nuestra expansión", apunta Gorges. Si en 2012 partieron con un solo modelo de envase, para vino, fue la clientela la que le pidió flexibilidad, y así surgieron nuevos modelos que sirven para destilados, aceite de oliva y cervezas.
Para ellos, el vino supone el 90% del negocio, aceites un 5% y cervezas y destilados otro 5%. Desde su negociado han visto crecer el interés de las empresas grandes por entrar en el juego del comercio electrónico. "Vivimos un momento en que el pequeño productor, desde bodegas a cerveceros artesanos están empujando el sector; Internet les ha dado espacio". Acaba de nacer, precisamente a raíz de estos pequeños productores, otra nueva división en la empresa. FullSafeLogistics intenta resolver los problemas de envío de las personas que producen a pequeña escala y envían una o dos veces a la semana.
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