El futuro de Europa a medio y largo plazo
La pérdida de poder relativo en el mapa global es el mayor riesgo que corre la UE
La Comisión Europea ha publicado un Libro Blanco sobre el Futuro de Europa con escenarios hasta 2025, prologado por Jean-Claude Juncker. Según el documento, el principal problema del continente, a corto, medio y largo plazo, es que pierde población continuadamente; desde 1900 —cuando representaba el 25% de la población mundial— hasta hoy, en 2017, en que sólo representa el 4% de la misma, seis veces menos.
Según Rand Europe, la edad mediana mundial es 33 años, siendo la de Europa 45 años, la de Norteamérica 40 años, la de Asia y Oceanía 35 años, la de América Latina y el Caribe 34 años y la de África 21 años. En 2030, los europeos llegarán a estar entre los más longevos del mundo, ya que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Japón, las mujeres tienen la mayor esperanza media de vida con 87 años, seguidas de España (y Andorra) con 86 años, y de Australia con 85 años. Como contraste, la esperanza de vida al nacer en Sierra Leona es 50,1 años, en Angola 52,4 años, en República Centroafricana, 52,5 años y en Chad 53.1 años. En 2015, el Foro Económico Mundial sitúa a Hong Kong en primer lugar, con 83,5 años, seguido de Japón, Italia, Islandia, Suiza, Francia y España. Mientras, la OMS (2016) coloca a España en quinto lugar con 82,8 años, estando Japón en primer lugar, seguido de Suiza, Singapur y Australia.
Las proyecciones de población mundial de la ONU hasta 2100 muestran que el conjunto de los 51 países de Europa pasará de tener 738 millones de habitantes en 2015, a 707 millones en 2050 y a 646 millones en 2100; es decir, perderá 88 millones en los próximos 85 años. Por el contrario, África, que es el continente más cercano a Europa, aumentará su población, desde los 1.186 millones de habitantes, en 2015, a 2.478 millones, en 2050 y a 4.889 millones, en 2100. Es decir, África tendrá 7,56 veces más población que Europa y sólo Nigeria, con 752 millones, tendrá más población, en 2100, que toda Europa (incluida Rusia) con sólo 646 millones. Asia, por su parte, pasará de 4.393 millones en 2015, a 5.267 millones en 2050 y a 4.889 millones en 2100. América pasará de 992 millones en 2015 a 1.217 millones en 2050 y a 1.221 millones en 2100.
Es decir, mantener el peso relativo de la población de Europa en el mundo terminará dependiendo de la inmigración que reciba de África, pero también de Oriente Medio, de Asia e Iberoamérica.
Asimismo, las cuatro divisas más globales eran, en 2016, el dólar estadounidense (con un 48% de cuota mundial), el euro (con un 33%), la libra esterlina (con un 12%) y el yen, con un 7%. Pero otras divisas como el yuan chino están ganando terreno. En tan solo dos años, ha irrumpido en la escena con un 11% de cuota mundial, mientras que las tres primeras han perdido: el dólar ha caído del 48% al 43% del total, el euro del 33% al 30%. Solo el yen ha subido un punto porcentual.
También es importante comparar los gastos relativos en defensa. Según el Instituto Internacional para la Paz de Estocolmo (SIPRI, en sus siglas en inglés) entre 2012 y 2045 Estados Unidos duplicará su gasto en defensa desde 682 millones de dólares a 1.355 millones, seguido de China, que pasará de 251 millones a 1.270 (cinco veces más); India, de 117 millones a 654 millones (5,6 veces); Rusia, que pasará de 113 millones a 295 (2,6 veces); Reino Unido, que los incrementará de 58 millones a 108 millones (1,86 veces); Francia, que evolucionará de 51 a 87 millones (un 58% más); Japón, de 46 millones a 67 (un 68%); Alemania, de 46 millones a 63 millones —un aumento del 36%— y Brasil pasará de 35 millones a 97 millones, multiplicándolo por 2,7 veces.
Por el contrario, en ayuda humanitaria y al desarrollo, la UE suministra el 56% de la ayuda total mundial, con unos 74.000 millones de dólares, frente a Estados Unidos, que suministra menos de la mitad de esa cifra (32.000 millones, el 24% del total) Esto, representando la UE el 23,8% del PIB global y Estados Unidos el 22,2%. Japón suministra el 7% del total mundial de ayuda, Noruega el 3% y Canadá otro 3%; el resto del mundo representa un 7%. El caso de Noruega —que no es un miembro de la UE— es excepcional, ya que es el que dedica más recursos del mundo, en porcentaje de su población y de su PIB, a la ayuda al desarrollo.
Algo similar ocurre cuando se mide el nivel de igualdad de sus sociedades, a través del coeficiente de Gini, en que cero es el máximo de igualdad, 0,20 es la media y a partir de 0,35 es la mayor desigualdad. La OCDE ordenó en 2015 a sus 36 países miembros de mayor a menor igualdad; la media fue 0,31. Los más igualitarios, con un Gini de entre 0,23 y 0,26, fueron Islandia, Noruega, Dinamarca, Eslovenia, Checoslovaquia y Bélgica. Con un Gini de entre 0,27 y 0,29 estaban Eslovaquia, Austria, Suecia, Luxemburgo, Holanda, Hungría, Alemania, Corea del Sur, Francia, Chequia, Polonia e Irlanda. Con un Gini de entre 0,3 y 0,35 terminaron Holanda, Canadá, Italia, Japón, Australia, Portugal, Grecia, España, Nueva Zelanda y Letonia. Con un Gini entre 0,36 y 0,40: Israel, Reino Unido, Rusia, Lituania y Estados Unidos y Turquía y, finalmente, con un Gini de entre 0.40 y 0.56, Chile y México.
En 2015, el Índice Global de Paz clasificó los 25 países más pacíficos del mundo, siendo Islandia el más pacífico y España el menos. La lista muestra este orden: Islandia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Portugal, República Checa, Suiza, Canadá, Japón, Eslovenia, Finlandia, Irlanda, Bután, Suecia, Australia, Alemania, Noruega, Noruega, Bélgica, Hungría, Singapur, Holanda, Mauricio, Eslovaquia y España.
Una encuesta del Eurobarómetro de 2016 sobre la Unión Europea preguntó sobre el nivel de confianza y legitimidad que tienen los ciudadanos en la UE, haciendo tres preguntas. A la primera, "¿es la UE una zona de estabilidad?", el 66% de los encuestados se declaró de acuerdo, el 29% en desacuerdo y el 5% no supo o no quiso contestar. La segunda, "¿Apoya las cuatro libertades de la UE?", obtuvo un 81% de respuestas positivas, el 14% de negativas y el 5% NS/NC.
En otro excelente dato, el 16 de noviembre de 2016 la Comisión estimó que la tasa de empleo en 2017, sería, por fin, superior a la observada a finales de 2008, justo después de la Gran Recesión, alcanzando el 71,1% de la población en edad de trabajar.
Hace unos días, el grupo Conference Board, que representa los intereses del sector privado, estimó un crecimiento mundial menor en los próximos 10 años: un 3% para el año que entra y un 2,8% para el período entre 2023 y 2027. En concreto, Estados Unidos señalaría un 2,6% en 2018 y 2,1% entre 2023 y 2027; Europa, menos todavía, un 1,9% el próximo año y un 1,3% en los cuatro últimos años hasta 2027.(1,9% y 1,2%, respectivamente, para la eurozona). Japón, por su parte, registraría un 1,0% en 2018 y 0,9% en 2023-2027; China, 3,9% y 3,3%; India 6,5%, y 5,8%. Menores cifras registraría Rusia: un 1,5% en 2018 y un 0,5% en 2023-2027. Iberoamérica tendría un 1,6%, en 2018 y un 1,9% en 2023-2027; en concreto, Brasil se apuntaría un 1,5% en 2018 y 1,3% en 2023-2027, mientras que México vería datos del 2% en 2018 y 2,6% en 2023-2027.
Estas cifras contrastan con las publicadas por el Fondo Monetario Internacional en octubre, que estimaba un crecimiento de las economías avanzadas del 3,7% en 2018 y del 3,8% en 2022; Estados Unidos, en concreto, registraría un 2,3% en 2018 y 1,7% en 2022, mientras que la eurozona se apuntaría un 1,9% en 2018 y 1,5% en 2022. Japón, por su parte, mostraría un 0,7% en 2018 y un 0,6% en 2022, mientras que el resto de economías desarrolladas avanzaría un 2,2% tanto en 2018 como en 2022.
Por países, España aumentaría un 2,5% en 2018 y 1,7% en 2022; Alemania, un 2,2% y un 1,8%, respectivamente; Francia: un 2,1% y un 1,4%; Italia, un 1,5% y un 1%; Holanda, un 2,6% y un 1,8%. Bélgica, un 1,6% y un 1,5%; Austria: un 1,9 y un 1,4%. Grecia, un 2,6% y un 1,0%; Portugal, un 2,0% y un 1,2%, y finalmente, Irlanda, con un 3,4% y un 2,8%. En definitiva, una ralentización del crecimiento mundial y europeo en los próximos cuatro años.
Guillermo de la Dehesa es presidente honorario del CEPR (Centre for Economic Policy Research) de Londres.
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