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La hora de los autónomos

El debate sobre la definición y alcance del trabajador por cuenta propia crece en un mercado laboral con menos puestos fijos

Hay más de cuatro millones de personas trabajando bajo el régimen de autónomos en España
Hay más de cuatro millones de personas trabajando bajo el régimen de autónomos en EspañaGETTY

¡Proletarios del mundo, uníos!” Con esta consigna concluían Karl Marx y Friedrich Engels su Manifiesto Comunista, el tratado político que sentó las bases de esta corriente de pensamiento a mediados del siglo XIX. Todo un llamamiento que exhortaba a los obreros a organizarse, tomar conciencia de su fuerza y cambiar su destino. Hoy, salvando las enormes distancias y prescindiendo de las connotaciones ideológicas, una pequeña adaptación de ese mismo eslogan sirve para alentar a otro importante colectivo a hacer lo mismo. Bastaría con sustituir la palabra “proletarios” por la palabra “autónomos”.

Según datos del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA), 2016 cerró con 3.191.291 afiliados a la Seguridad Social. Un 22,2% de los mismos tienen a su vez contratados a otros 913.078 asalariados. Es decir, que en total hay más de cuatro millones de personas trabajando bajo el paraguas de los autónomos en España. Una fuerza demasiado grande para resignarse a la irrelevancia. “Somos el motor de la economía y del empleo. En diez años los autónomos constituirán cerca del 35% de nuestra fuerza laboral y marcarán las reglas de funcionamiento del mercado de trabajo más allá de las estructuras paternalistas”, vaticina Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de ATA, la asociación que representa a casi un 60% de los trabajadores por cuenta propia del país.

Los nuevos modelos organizativos están dando un renovado impulso a emprendedores, freelances y otros trabajadores independientes. Para Olivia Fontela, directora de marketing de Infojobs, contratar a un profesional autónomo puede ser la mejor solución para sacar adelante un proyecto concreto o dar salida a tareas que dentro de la empresa llevarían demasiado tiempo. “Son personas que saben optimizar su tiempo, liderar proyectos, tomar decisiones por sí mismas y con iniciativa para marcarse retos y buscar nuevos proyectos. Y estas son cualidades muy buscadas en las organizaciones”.

Tópicos superables

A pesar de estas virtudes, Ferrero cree que aun deben superarse muchos tópicos alrededor de una figura que ha sido tradicionalmente denostada por no encajar en la definición estándar de trabajo de la era post-industrial. “Hace 25 años ninguna organización, ni pública ni privada, se preocupaba ni ocupaba de panaderos, farmacéuticos, taxistas, arquitectos, abogados, veterinarios, fontaneros, ingenieros, periodistas, transportistas…¡Eran valientes solitarios!”, recuerda.

Trabajo asociado

Ha sido una de las polémicas del verano. El Ministerio de Empleo resolvió el pasado mes de agosto descalificar y disolver como cooperativa a Factoo por diversas infracciones. A través de esta plataforma, los profesionales pueden facturar su actividad sin necesidad de darse de alta como autónomos bajo la fórmula de “cooperativas de trabajo asociado”. Una vía que, sobre el papel, permite rebajar las cargas de aquellos profesionales que suscriben proyectos puntuales y no continuados en el tiempo.

Según el Ministerio, sin embargo, los “socios trabajadores” de Factoo son en realidad profesionales por cuenta propia y deben, por tanto, cumplir con sus obligaciones fiscales y en la RETA como cualquier trabajador autónomo.

Factoo ha recurrido y aduce diferencias de interpretación de la Ley. “Nuestra plataforma, dentro de la legalidad, permite a los usuarios trabajar legalmente, cubiertos ante cualquier posible incidencia y cotizando a la Seguridad Social”, se defiende Chema Escrivá, su director general. La cooperativa tacha a la Inspección de Trabajo de inmovilista y de hacer “una interpretación clásica de la figura de la cooperativa de trabajo asociado, pero que a día de hoy está totalmente desconectada de la realidad socio-económica y de empleo existentes”.

Un olvido histórico que intenta ahora reparar la nueva Ley de Autónomos, actualmente en trámite de aprobación en el Senado y cuya entrada en vigor está prevista para enero de 2018. “La nueva legislación incluye una batería de medidas que facilitan el emprendimiento, como la prolongación de seis a 12 meses de la tarifa plana de 50 euros. También se facilita la conciliación familiar, gracias a la bonificación del 100% de la cuota de autónomos durante un año para el cuidado de menores de doce años, familiares en situación de dependencia o con discapacidad; y de otro tanto en la cuota de cotización a la Seguridad Social durante el descanso por maternidad, paternidad y adopción”, resume José Ramón Fernández de la Cigoña, editor de contenidos fiscales, laborales y de contabilidad en el CEF.

La ATA califica la norma como un “paso de gigante” para el colectivo y celebra “una Ley de Autónomos que ha contado con la opinión de los autónomos”. Según Ferrero, las 20 medidas aprobadas por unanimidad en el Congreso suponen menos trabas, más seguridad jurídica y mayor protección social. Además, “es la primera ley que no sólo contempla el fomento del nuevo emprendedor, sino que busca facilitar el día a día de los autónomos de toda la vida”, añade.

Lagunas jurídicas

No obstante, los expertos alertan de que la reforma también presenta lagunas significativas. “El desarrollo del concepto de habitualidad para darse de alta, la cotización a tiempo parcial en determinadas situaciones especiales, la ampliación de la cotización de desempleo o un mayor control de los falsos autónomos que presten servicios en las empresas son aspectos aún sin resolver y que dejan a los autónomos con menores niveles de protección y en desventaja frente a los trabajadores por cuenta ajena”, advierte Luís San José Gras, socio del Área de Laboral AGM Abogados.

Fernández de la Cigoña insta a las asociaciones a seguir presionando. “A pesar de las medidas tomadas, continuamos a la cola de los países de nuestro entorno, ya que los autónomos en España soportan una de las fiscalidades más altas de Europa. La cotización a la Seguridad Social debería vincularse a los ingresos, para que los profesionales que ingresen menos no se vean abocados a la economía sumergida porque no pueden pagar la cuota de autónomos”, reclama.

Deficiencias al margen, la ATA reivindica la figura del autónomo como “el cisne de la nueva economía mundial”. Celia Ferrero: “El auge emprendedor no es sólo una circunstancia económica, sino un movimiento social de muchas personas que han optado por innovar, adaptarse a la velocidad del cambio y salir adelante por sí solas. Es el germen de un nuevo paradigma en las relaciones económicas y laborales. Y va a ir a más”.

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