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JOAQUÍN DUATO | Presidente de Janssen, la farmacéutica de Johnson&Johnson

“Los fármacos no superan el 20% del gasto sanitario total”

“En EEUU hay un mecanismo que hace caras las medicinas, pero en Europa bajan”

María Fernández

Es uno de los ejecutivos españoles con más peso internacional: lleva 28 años en Johnson & Johnson (J&J) y preside Janssen, la división farmacéutica que aporta el 47% del negocio del grupo, 33.500 millones de dólares. Bajo su gestión, Janssen ha crecido durante seis años el doble de lo que lo ha hecho el mercado, ­­—el año pasado avanzó un 7,4%—. Joaquín Duato (Valencia, 1962), que también preside la patronal farmacéutica estadounidense, dice que debe la proyección de su carrera a las jefas que ha tenido: “Me identifico con las mujeres. Y como les pasa a ellas, me he sentido excluido, en mi caso en un contexto social y cultural ajeno. Esa sensación me ha hecho intentar hacerlo mejor que el resto”.

Joaquín Duato, presidente de Janssen, farmacéutica de Johnson & Johnson.
Joaquín Duato, presidente de Janssen, farmacéutica de Johnson & Johnson. Álvaro García

Pregunta. ¿Cómo les afecta el cambio político a las farmacéuticas en EEUU?

Respuesta. Como en cualquier industria, tenemos que trabajar con cualquier tipo de gobierno. Todas las empresas que están en la patronal se dedican a la investigación… J&J tiene 130 años, hemos visto muchos gobiernos. Cuando cambian es una situación de toma de contacto con la administración. Queremos seguir teniendo un entorno que permita la inversión para desarrollar productos y que se permita un acceso amplio a los medicamentos a la población. Esta administración es receptiva a introducir aspectos de mercado, también dentro del área del gasto farmacéutico.

P. ¿Les preocupa que el presidente, Donald Trump, pueda tomar medidas proteccionistas que afecten a la industria?

R. No se utiliza demasiado esa palabra [proteccionismo] en el contexto de la industria farmacéutica. Enfatizamos la importancia que tenemos: invertimos 70.000 millones de dólares en investigación en EEUU. Empleamos cerca de cuatro millones de personas con empleos directos de calidad.

P. ¿Temen lo que pueda pasar con Obamacare?

R. Después de un periodo de cinco años el programa tiene áreas de mejora, necesita algunos cambios, y es lógico.

P. Pero pararece que Trump va con actitud destructora, no revisora.

R. La sanidad es un aspecto tan importante para la sociedad, que sea cual sea tu aproximación a ella al final descubres, como él ha dicho, que esto es muy complicado... Creemos por un lado que es bueno que la cobertura sanitaria se extienda a más personas, como principio, pero también entendemos que hay elementos que necesitan mejorarse. Cada administración es diferente y la han elegido los ciudadanos americanos, tenemos que respetar esa decisión.

P. ¿Hasta qué punto piensa en los accionistas antes que en los pacientes?

R. Una compañía farmacéutica tiene sentido solo si es capaz de traer medicamentos que tengan un impacto positivo en los pacientes, en curar cosas que no se curaban, como hemos hecho en algunas situaciones como el Sida o la Hepatitis C. La prioridad por la que existimos es esa. En cuanto seamos capaces de crear medicamentos para tratar enfermedades como el alzheimer, el cáncer… siempre va a haber un retorno positivo para el accionista.

P. Pero cuando se plantean investigar enfermedades que padecen personas con poco poder adquisitivo…

R. La mayoría de las enfermedades, excepto algunas restringidas a países emergentes, son comunes. La gente tiene cáncer, enfermedades mentales, inmunológicas… esté donde esté. Hay algunas específicas que son más prevalentes en países emergentes. Tenemos un grupo dedicado a investigar enfermedades que no tienen una contrapartida económica. Por ejemplo, hemos desarrollado un tratamiento para la tuberculosis multirresistente y nuestro objetivo ahí no tiene ningún tipo de objetivo económico.

P. ¿Y por qué lo hacen?

R. Porque es parte de una empresa como la nuestra, con 130 años de historia. Tenemos una tabla de principios que llamamos El Credo, que se escribió en el año 43, que dice que nuestra primera responsabilidad es con los pacientes, la segunda con los empleados, la tercera con las comunidades, y la cuarta, con los accionistas. Indica que tienes que tener una responsabilidad sobre los cuatro grupos, y no sobre uno individualmente. Lo que motiva aquí a la gente es traer curas… no movilizas a un empleado porque le digas que los accionistas van a ganar más dinero.

P. ¿Por qué cree que la imagen de la industria no es precisamente esa que usted describe en su empresa?

R. Dentro del gasto sanitario, el gasto de medicamentos representa, dependiendo de los países, entre un 10% y un 20% del total. En EEUU el 14%, un porcentaje que se ha mantenido estable. La gente no se focaliza en el 86% restante, sino en ese 14%. ¿Por qué? Porque lo que la gente conoce más no es el trabajo de investigación para traer fármacos, sino los problemas de acceso que el precio de los medicamentos puede crear, o los problemas que los Gobiernos tienen para pagar. No es ni una cosa ni otra. Hay que trabajar en tratar de mejorar los problemas de acceso por el precio de los medicamentos y hay que ser capaz de continuar investigando. También hay que tener en cuenta que la industria tiene un mecanismo de control de costes, que está incluido en el sistema, que son los genéricos y los biosimilares. Un fármaco, después de 10 o 15 años, pierde la patente y tiene un precio muy reducido. En EE UU el 90% de las recetas son de fármacos sin patente. En España el 79%. Siempre va a haber una tensión sobre la percepción de los precios por parte de pacientes y gobiernos y la necesidad de investigar.

P. ¿Las medicinas son caras?

R. Cuando la gente dice que el precio de los medicamentos es caro… realmente hay un mecanismo que lo hace caro. En EE UU, si el precio es 100, nosotros nos quedamos 60, los 40 restantes van a compañías de seguros y distribución, es decir, a otros actores que no investigan. En Europa, en cambio, los precios bajan cada año.

P. Han lanzado 19 productos nuevos desde que usted preside la compañía. ¿Se acabó el ciclo de crecimiento?

R. Nuestro éxito está superconectado con la habilidad de encontrar nuevos medicamentos, pero intento que no sea cíclico. Hemos desarrollado un buen sistema de innovación abierta en oncología, sistema nervioso central, enfermedades infecciosas, inmunología y enfermedades cardiovasculares y metabólicas.

P. ¿Por qué creen que van a seguir creciendo?

R. El año pasado invertimos 7.400 millones en investigación. Vamos a seguir creciendo por tres motivos: tenemos 12 fármacos que van a seguir creciendo en el futuro por nuevas indicaciones. El segundo es el catálogo de investigación. Vamos a tener más de 10 fármacos que seguramente se aprobarán de aquí a 2021. Es nuestra cartera de investigación final, la mejor que hemos tenido en los últimos tiempos. El tercer motivo es nuestra reciente compra de Actelion, acabo de llegar de Suiza de cerrar la transacción. Sus fármacos son útiles en la hipertensión pulmonar arterial que no tiene un tratamiento aún óptimo que va a ser un motor de crecimiento para nosotros. Esperamos sumar 2.600 millones en ventas cada año.

P. ¿Es España un mercado importante para ustedes?

R. El gasto farmacéutico en España proyectado en 2017 es el mismo que en 2010. Hemos seguido introduciendo nuevos medicamentos. España puede que su situación sea más extrema que otros países donde se ha recuperado antes el gasto farmacéutico. En Europa tenemos que mejorar en la aprobación rápida de medicamentos, creando procedimientos similares a los que tiene EEUU y sobre todo facilitar el acceso al paciente y que las discusiones de reembolso, del precio de acceso, sean más rápidas.

P. ¿Temen que la digitalización les cree problemas en el futuro?

R. La digitalización ha sido fundamental para la explosión en investigación. La genómica no sería posible sin una capacidad de computación alta. Hay muchas más aplicaciones que sirven para que las terapias sean mucho más completas, pero no es algo que te vaya a sacar del mercado. Las empresas tecnológicas son un compañero de viaje. No tememos algo como lo que ha pasado a Whole Foods con Amazon, porque el expertise primario de la industria es en ciencias médicas y biológicas, que es diferente.

P. Deme un ejemplo de cómo trabajan.

R. En dispositivos médicos tenemos una joint venture con Google para desarrollar cirugía robótica, que te permite una precisión mayor y compartir datos, tener algoritmos que te permiten mejorar el proceso. Ahí es un ejemplo donde la tecnología como la ciencia pueden servir para mejorar el tratamiento, pero no es algo que nos vaya a expulsar del mercado.

P. ¿Hasta qué punto la falsificación de fármacos les supone un problema?

R. Es un problema serio de seguridad en mercados emergentes, que tienen sistemas de certificación menos consolidados que los que puede haber aquí. En algunos casos supone un problema de toxicidad, y en la mayoría de falta de eficacia. Además puede crear otros obstáculos añadidos: cuando encontramos un fármaco falsificado a veces tenemos que retirar todos, los falsificados y los que no. El impacto en el negocio no es aún un problema.

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Sobre la firma

María Fernández
Redactora del diario EL PAÍS desde 2008. Ha trabajado en la delegación de Galicia, en Nacional y actualmente en la sección de Economía, dentro del suplemento NEGOCIOS. Ha sido durante cinco años profesora de narrativas digitales del Máster que imparte el periódico en colaboración con la UAM y tiene formación de posgrado en economía.

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