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La recuperación trae un veraneo más caro

Los hoteles han vuelto a las tarifas precrisis. Vuelos y casas rurales también suben. Solo la gasolina se espera más barata este año

Turistas en la playa de Barcelona.Vídeo: Carles Ribas | ATLAS
Cristina Delgado

Los expertos en gestión de hoteles dicen que cuando se bajan las tarifas, para volver a subirlas al mismo nivel sin perder clientes, pasan de media siete años. La regla se ha cumplido en España. Y los hoteles, que para evitar perder clientela se apretaron el cinturón y se lanzaron a las ofertas a partir de 2010, ya navegan en tarifas precrisis. En mayo los precios medios por habitación y día subieron entre el 4% y 10% interanual, según cifras oficiales. Alojarse en un cinco estrellas costaba de media en abril, cuando se celebró la Semana Santa, 190 euros por noche, 24 euros por encima de 2008, antes de que estallara la crisis. Y las subidas de precios, coinciden los expertos, van a acelerarse este verano.

No solo el alojamiento se encarece. En lo que va de año la mayoría de apartados del Índice de Precios del Consumo (IPC) vinculados a turismo y el ocio encadenan algún tipo de subida. Los hoteles se disparan el 17,7% en el año. Los restaurantes suben de media el 0,9%. Los vuelos nacionales, del 3,3%. Y los internacionales, del 0,4%. De momento, el único capítulo que parece a salvo del encarecimiento es la gasolina. Con la bajada del precio del petróleo, el litro de diésel valía esta semana 1,05 euros y el de gasolina, 1,18 euros. Es su precio más bajo en el año y dos céntimos menos que en 2016.

Salvo imprevisto o desastre, España volverá a batir un récord de turismo este verano. Nadie —ni expertos, ni empresarios ni Administración— lo pone en duda. En 2016 llegaron a España 19,7 millones de extranjeros solo entre julio y agosto. Este año serán más. Y tanto ellos como los veraneantes españoles, de media, se encontrarán con precios más altos. “Los precios de los hoteles suben porque hay demanda. Pero no solo. España ya no busca competir solo en precios. Empieza a disfrutar de una especie de posición de monopolio en su entorno: muchos de los países con los que compite en sol y playa han sufrido incidentes peligrosos. Y España es segura”, dice Ricard Santomà, decano de la Facultad de Turismo Sant Ignasi, vinculada a la Universidad Ramón Llull.

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Un círculo virtuoso

“Los hoteleros han ido probando: suben precio, y llenan. Así que suben más”, resume Santomà. Es, dice, una especie de círculo virtuoso para los empresarios: sus clientes habituales, europeos, están en plena salida de la crisis y la renta sube. Ven España como un destino deseado por el clima y la playa. Y, además, es seguro. “Aunque la subida de precios, obviamente, no llega a todo. Hay zonas con mucha oferta y mucha estacionalidad que siguen enfocadas a clientes que piden precios bajos”, apunta Santomà.

Bruno Hallé, socio de la consultora especializada Magma HC, defiende que la subida de precios tiene una justificación más allá de la demanda. “Las tarifas suben porque ha habido un reposicionamiento en muchos hoteles”, defiende. Los fondos y las sociedades inmobiliarias se han lanzado a comprar hoteles. Y muchos empresarios han apostado por invertir. “No ha sido chapa y pintura. este año se han hecho reformas de verdad en muchos establecimientos para subirlos de nivel”, asegura. Destaca los casos de varios hoteles en Calvià o Ibiza en Baleares, de Tenerife en el caso de Canarias y de Torremolinos.  

Además, recuerda Hallé, muchos hoteleros han encontrado en Internet la manera de gestionar su ocupación con menos dependencia de los touroperadores, que suelen buscar hacer paquetes turísticos muy baratos y les presionan. De hecho, los paquetes con precios cerrados, muy populares entre parte del público británico y alemán, son el único capítulo del IPC turístico que sigue abaratándose este año.

Efecto arrastre

Con las reformas de hoteles y la mayor demanda, los veraneantes que llegan son de mayor renta. “Y hay un efecto arrastre. Desde los restaurantes a los chiringuitos de playa suben el nivel de la oferta para adaptarse”, señala. Y también suben los precios.

Las reservas de vuelos a los destinos más populares ya son más caras que el año pasado a estas alturas. Según el buscador Skyscanner, los vuelos hacia América han bajado mucho con respecto al 2016 (hay pasajes a Punta cana un 40% más baratos), pero reservar un billete a Palma es un 15% más caro, la misma subida que experimenta también Madrid.

Las casas rurales no se libran de las alzas, aunque a un ritmo más suave. “Sigue siendo una modalidad más barata de alojamiento. La media en temporada alta está en 26 euros por persona y día”, cuenta Joseba Cortázar, director de comunicación de TopRural, portal especializado. Los alojamientos rurales son más dependientes de los clientes españoles que los hoteles urbanos y de playa, que tienen más negocio en los extranjeros. Y el turismo nacional tardó más en recuperar el tono. “Aun así, en comparación con el año anterior, en 2014 y 2015 los precios subieron el 1%. En 2016, el 1,9%. En el caso de este verano, la subida puede ser del 3%”, calcula.

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Sobre la firma

Cristina Delgado
Es subdirectora y se encarga de la edición digital de EL PAÍS. Antes fue redactora jefa de Economía, sección en la que se incorporó al periódico, en 2008. Licenciada en Periodismo y en Comunicación Audiovisual, ha realizado el máster UAM-ELPAIS y posgrados de información económica y gestión.

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