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Un impuesto al tabaco que puede salvar millones de vidas

Latinoamérica debate el mérito de aumentar radicalmente los impuestos al cigarrillo como medida disuasiva y para robustecer los sistemas de salud

En la región de las Américas hay más de 127 millones de fumadores, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En la región de las Américas hay más de 127 millones de fumadores, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).Marcelo Camargo (Agencia Brasil)

 ¿Cuánto cuesta un paquete de cigarrillos en la tienda más cercana a su casa? Si usted está en América Latina, es muy posible que el precio no sea un obstáculo para comprarlo.

Actualmente, sólo 33 países en el mundo, entre los cuales hay sólo un latinoamericano (Chile), imponen impuestos que representen más del 75% del precio de un paquete al por menor, según lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para desalentar el consumo.

El bajo costo de una cajetilla de tabaco, sin embargo, genera un alto costo para los sistemas de salud de la región: cerca de 33.000 millones de dólares, lo que equivale al 0,5% del producto interno bruto (PIB) de la región y al 7% de todo lo que Latinoamérica gasta en servicios de salud cada año.

En los países de la región, los sistemas de salud de Chile (0,86% del PIB), Bolivia (0,77%), Argentina (0,70%), Colombia (0,57%) y Brasil (0,51%) son los más afectados por el tabaquismo, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), órgano regional de la OMS. Hasta el momento, la recaudación fiscal obtenida con la venta de cigarrillos no cubre ni la mitad de tales costos. 

Es por todos estos motivos que los impuestos al tabaco, como medida fiscal para proteger a la población de los riesgos a la salud causados por el consumo, se han convertido en uno de los temas más importantes de este 31 de mayo, Día Mundial sin Tabaco, en el que la OMS y otras instituciones internacionales, como el Banco Mundial, discuten las políticas más efectivas para prevenir el efecto negativo del tabaquismo sobre el desarrollo.

El objetivo más importante de incrementar substancialmente los impuestos es encarecer los cigarrillos, disminuir el consumo y, por ende, el riesgo de enfermar y morir prematuramente debido a los males asociados al uso del tabaco. De esta manera, la aplicación de altos impuestos a los cigarrillos debe ser vista como una medida fiscal para mejorar la salud de la población. Pero también, tal como se ha observado en diferentes países del mundo, como un aporte a la movilización de ingresos públicos adicionales para mejorar la capacidad fiscal de los gobiernos y de esa manera poder financiar inversiones y programas prioritarios que benefician a toda la población.

“Este efecto doble debe convencer a los gobiernos de que los beneficios sociales y económicos pueden ser sustanciales si actúan con firmeza", comenta Patricio V. Márquez, especialista principal en salud pública del Banco Mundial. Recuerda que el consumo de tabaco es un factor de riesgo en seis de las ocho principales causas de muerte en el mundo, ya que afecta negativamente a la totalidad de los órganos vitales del cuerpo humano.

Más impuestos ¿la solución?

El aumento de impuestos suele ser una cuestión polémica en todo el mundo, pero la evidencia científica y la experiencia generada son cada vez más sólidas para argumentar en favor de esta medida. Recientes estudios en países como Armenia, Chile, China y Estados Unidos evidencian que encarecer el costo de los cigarrillos beneficia principalmente a las poblaciones de menores ingresos.

"Al llevar a la disminución del uso del tabaco, la población de bajos ingresos acaba recibiendo de 1,5 a 10 veces más en beneficios de salud que el valor pagado en impuestos, ya que al reducir el consumo se reduce el riesgo de enfermar y de utilizar servicios de salud costosos, que en muchas ocasiones son pagados del bolsillo de los usuarios, especialmente en países donde no existe una cobertura universal de salud”, afirma Márquez.

Estos costos directos son capaces de llevar las familias a la situación de extrema pobreza, ya que pueden ser catastróficos para enfermedades como el cáncer, problemas cardiovasculares y el enfisema pulmonar, explica.

Además de disminuir los gastos asociados con los tratamientos médicos, dejar de fumar o reducir su consumo aumenta la porción de los ingresos familiares que se pueden destinar para financiar necesidades prioritarias, como una mejor ingesta nutricional de los niños.

La mejora de las condiciones de salud generada por la reducción del consumo del tabaco genera beneficios sociales como por ejemplo el aumento de la productividad, medida a través de una disminución de los días no trabajados. También se reducen los riesgos a la salud de los no fumadores causados por el humo, particularmente en los hogares, y los incendios en las residencias.

Y si los gobiernos fueran a destinar los ingresos fiscales adicionales del incremento de los impuestos al tabaco para expandir la cobertura universal de la salud como se ha hecho en las Filipinas, las personas de menores ingresos se beneficiarían de esta medida aún más.

Otro tema importante que debe ser abordado por los gobiernos de América Latina como una prioridad es la ratificación del Protocolo para la Eliminación del Comercio Ilícito de Productos de Tabaco aprobado en noviembre de 2012.

"El comercio ilícito de los productos de tabaco representa una grave amenaza para la salud pública, porque aumenta el acceso a productos de bajo costo, lo que alimenta la epidemia de tabaquismo y mina las políticas de control del tabaco. También provoca pérdidas fiscales sustanciales ya que los gobiernos dejan de percibir ingresos y contribuye al financiamiento de actividades criminales internacionales", comenta Márquez.

Avances

Hay más de mil millones de fumadores en todo el mundo, de los cuales 127 millones (11,4%) viven en la región de las Américas, según la OMS. Desde la entrada en vigor del Convenio Marco para el Control del Tabaco de la OMS, en 2005, la región ha progresado en la implementación de políticas de control del tabaco. Hoy, cerca de la mitad de la población de la región está protegida por medidas efectivas de salud pública como son la protección contra la exposición al humo de tabaco, y la reglamentación de la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco.

La OMS alerta que, a pesar de estos avances, la epidemia de tabaquismo continuará creciendo en toda la región si los países no fortalecen sus políticas y estrategias para combatir el uso de los productos del tabaco en todas sus formas.

Mariana Kaipper Ceratti es productora en línea del Banco Mundial

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