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Esta ‘tele’ es una ruina

Las operadoras de televisión de pago consiguen superar la cifra récord de seis millones de abonados pero sus ingresos caen

Ramón Muñoz
El tenista Rafa Nadal, en la presentación de la plataforma de televisión de Movistar.
El tenista Rafa Nadal, en la presentación de la plataforma de televisión de Movistar.

La televisión de pago en España vive sus mejores momentos, según las cifras oficiales. Pero solo en apariencia. El número de abonados que paga por ver contenidos audiovisuales ha superado la cifra récord de seis millones, según los últimos datos disponibles correspondientes al tercer trimestre de 2016, que hizo públicos esta semana la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Aunque ese dato incontestable esconde otro mucho más preocupante, del que el regulador no se ha hecho eco: los ingresos de las compañías que explotan esos contenidos han caído pese a ese aumento de abonados.

En efecto, los ingresos de las operadoras por televisión de pago en los últimos doce meses de los que se tienen datos (del 1 de octubre de 2015 a 30 de septiembre de 2016) ascendieron a 1.775 millones de euros, un 7,4% menos que en los doce meses anteriores. En ese periodo, el número de abonados ha crecido en 575.000, un 10,6% más. Es decir, que pese al aumento de clientes han caído los ingresos.

Las razones de esta aparente paradoja es que, contrariamente a lo que sostiene la CNMC, el consumidor español sigue siendo reacio a pagar por ver televisión, y solo las ofertas-chollo que realizan las operadoras de telecomunicaciones como cebo para que contraten otros servicios (telefonía fija, móvil e Internet) a través de paquetes convergentes o todo en uno han motivado ese éxito de la tele de pago.

Del total de abonados a la TV de pago, más de 5 millones, el 84,2% del total, tienen el servicio contratado bajo alguna modalidad empaquetada junto con telefonía e Internet. Otro dato que avala esta tesis es que el todo en uno que más crece es el llamado paquete quíntuple -el que combina la TV de pago con los cuatro servicios de telecomunicaciones (fijo, móvil, datos y banda ancha)- que contabilizó más de 192.000 altas netas nuevas en el trimestre y alcanzó un total de 4,5 millones de abonados.

El crecimiento del número de abonados de la televisión de pago es paralelo a la disminución del ingreso medio mensual por cada abonado, el llamado ARPU, un dato que las compañías guardan celosamente y que la CNMC tampoco publica. En otras palabras, hay más usuarios dispuestos (u obligados) a contratar televisión pero a un menor precio.

Reducción de ingreso por abonado

El problema para las operadoras de telecomunicaciones –fundamentalmente Movistar, Vodafone y Orange- es que esa reducción del ingreso por abonado no se ha visto acompañada de una reducción de costes. Al contrario, los gastos en la compra de contenidos se ha disparado en los dos últimos años. La puja por los derechos del fútbol y los acuerdos con las productoras cinematográficas, tanto tradicionales como las de la era Internet (HBO y Netflix), han supuesto un sobrecoste para las compañías de telecomunicaciones difícil de sostener en el tiempo, según han alertado sus propios responsables de las operadoras.

Para paliar esta abultada factura, todos ellos han recurrido a la fórmula de aumentar las prestaciones de los paquetes convergentes a cambio de subida de precios unilaterales. Entre esas mejoras no solicitadas por los clientes se encuentran la inclusión de contenidos de pago.

La irrupción de las operadoras de telecomunicaciones en la televisión de pago ha acabado con prácticas como el pago por visión en los partidos de fútbol que permitía rentabilizar mejor el coste de los derechos, y que hoy ha desaparecido. Con una buena promoción de las que realizan las operadoras a comienzos de temporada (agosto o septiembre) se puede contratar toda la Liga, partidazo incluido, la Copa del Rey y las competiciones europeas (Champions y Europa League) por 15 euros al mes (IVA incluido) o incluso por menos si se contrata un paquete de telefonía de elevado precio.

El cambio de tecnología prueba también ese cambio de hábitos en el consumo de televisión de pago. La televisión por banda ancha (bien sea por fibra óptica o ADSL) ha experimentado un aumento del 55,8% en ingresos en el último año, mientras que la televisión por satélite sufrió un retroceso del 23,3%.

Otro punto para la reflexión es que, frente a los malos augurios que preveían un trasvase masivo desde la televisión en abierto a la de pago, con la consiguiente caída de la facturación para las cadenas tradicionales, la televisión gratuita sigue superando en ingresos a la de pago. Es cierto, como apuntaba el blog de la CNMC que en el tercer trimestre de 2016, la TV de pago la supera ampliamente en ingresos (458,4 frente a 359 millones), pero en los últimos doces meses, la televisión en abierto obtuvo unos ingresos (fundamentalmente publicitarios) de 1.871 millones frente a los 1.775 millones de las cuotas de la de pago. Es más, en el último año, la facturación de las cadenas tradicionales ha crecido un 5,8%.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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