El BPI deja de ser bono basura al día siguiente de la opa de CaixaBank

Ha bastado tan solo un día para que Fitch, la agencia de calificación de riesgos, saque eleve la nota al banco portugués BPI y lo saque de la calificación de bono basura. Entre medio, CaixaBank se había hecho con el 84,5% de la sociedad y había anunciado la renovación de la cúpula directiva del banco, con Pablo Fornero como nuevo director general.

Con la opa, CaixaBank consiguió pasar del 45,5% al 84,5% del capital y tomar el control absoluto del consejo de administración gracias a la salida de los consejeros angoleños de Santoro y la entrada de un español al frente de un banco portugués, como se ha encargado de destacar la prensa nacional. Además, el banco catalán ha anunciado que cubrirá toda la próxima emisión de deuda subordinada de BPI por un importe de 225 millones de euros, que van a reforzar los ratios que exige el BCE.

Los efectos han sido inmediatos para Fitch pues ha elevado dos escalones el rating de BPI, del BB al BBB-, solo un escalón por debajo del que tiene CaixaBank (BBB), y superior al que tiene el resto de los bancos portugueses. Las agencias Moody's y S&P aún califican al BPI como bono basura.

La revisión al alza de Fitch, a la que seguirán próximamente las otras agencias de calificación de créditos, corroboran lo que anunció el presidente de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, el miércoles al asegurar que la mayor presencia del banco catalán mejoraría la solvencia y facilitaría al BPI mejores vías de financiación.

El primer día en bolsa tras el fin de la opa, no fue bueno para el banco luso que llegó a bajar hasta un 20% el precio de su acción, aunque al final de la tarde limitó las pérdidas al 10%. Dado que CaixaBank tiene el 94,5% y Allianz el 8,4%, apenas hay un 7% del capital en el parqué, por lo que Euronext ha sacado el valor de su índice.