La inversión celebra la estabilidad
Los buenos datos macroeconómicos y los riesgos y oportunidades del ‘Brexit’ marcan el séptimo Spain Investors’ Day
Cuánto pueden cambiar las cosas en ocho meses. En abril de 2016, la sexta edición del Spain Investors’ Day abrió con cuatro meses de retraso, con un Gobierno en funciones y sin perspectivas de formación, y el debate económico entre los cuatro grandes partidos políticos —nominalmente, el acto estrella de esa edición— acabó siendo un diálogo de sordos que dejó perplejos a los inversores. Pero en 2017, ya en su fecha habitual como primer gran evento económico del año, y con un Ejecutivo que, aunque nominalmente en minoría, tiene pocas dudas sobre su estabilidad, el ambiente en los pasillos y escaleras del hotel Ritz de Madrid era más liviano y, en cierta manera, más jovial que en ediciones anteriores. “El año pasado los inversores se retrajeron y se dijeron ‘vamos a esperar a que haya Gobierno”, considera Benito Berceruelo, presidente del foro. “Este año hay mucho más interés”. El propio rey Felipe VI, en su primera participación en el foro como monarca (ya acudió a la tercera edición, en 2013, aún como príncipe de Asturias) lo señaló durante su discurso: “La atmósfera es distinta a la del año pasado”.
El cambio de ambiente político ha venido acompañado por el refuerzo moral de los datos macroeconómicos, que el Gobierno se apresuró a desgranar a lo largo de todo el evento. “El PIB español ha crecido un 3,3% en 2016”, aventuró la directora de la Oficina Económica del Gobierno, Eva Valle, durante la inauguración. “Estamos entre los países que mejor funcionan de Europa”. “España ha dejado atrás la incertidumbre”, señaló el ministro de Economía, Luis de Guindos. “Hay una clara aceleración de la creación de empleo: hemos sumado medio millón de puestos de trabajo. Por otro lado, el superávit por cuenta corriente ha crecido durante cinco años seguidos. Es una cifra increíble que indica nuestra competitividad y que vamos a mantener”. “El comercio exterior ha alcanzado los 210.000 millones de euros”, apuntó María Luisa Fontela, secretaria de Estado de Comercio. “Son los mejores datos de la serie histórica, que comenzó en 1971. Y el sector de servicios no turísticos ya representa más del 50% de las exportaciones”.
El interés de las empresas en participar de esta edición del Investors’ Day (39, según la organización) se hizo evidente en el número de directivos que literalmente se agolpó en los salones del Ritz para asistir al discurso del Rey. Mientras, la presencia de los inversores se ha mantenido estable. En ésta séptima edición del SID estuvieron presentes alrededor de 160 de ellos, representando más de 80 instituciones distintas, la mayoría europeas (sobre todo de Reino Unido y Francia) pero también de países como Estados Unidos o Malasia. El evento está organizado por Estudio de Comunicación con el respaldo estratégico de BNP Paribas y el patrocinio de varias empresas, entre las que está el grupo PRISA, sociedad editora de EL PAÍS.
Para los empresarios, “España es un país en el que hay que estar siempre”, como señala Ángel Pérez Carretero, inversor en renta variable de BNP Paribas. “El clima de negocios ha mejorado. Las empresas españolas están muy internacionalizadas, sobre todo en América Latina. Es evidente que nunca se va a volver a los tiempos de la burbuja y en el sector inmobiliario el grueso de la rentabilidad ya se ha hecho, pero aún hay mercados nicho con oportunidades de negocio que aprovechar”. Un entorno que puede recibir un empujón si, al calor de la recuperación económica, se abren puertas que durante la crisis permanecieron cerradas. “Después de seis años de ajuste, es hora de pensar algo más en el futuro”, señaló el ministro de Energía, Álvaro Nadal. “Es hora de invertir”.
Reinventarse para seguir creciendo
Los propios avances de la economía española están llevando al Spain Investors' Day a venderse de otra manera. Nacido en los años más duros de la Gran Recesión, su objetivo declarado siempre fue ofrecer a las cotizadas españolas un lugar donde convencer a los inversores internacionales que el país estaba abierto a los negocios. Con la recuperación, el mensaje se orienta más hacia los aspectos prácticos. "Si un inversor internacional tuviese que venir a hacer una ronda por las empresas cotizadas españolas, le llevaría dos meses", comenta Berceruelo. "Aquí en dos días has hablado con más de treinta de ellas". "Las cifras son importantes, pero para saber si una empresa está bien gestionada hay que conocer bien al equipo directivos", apunta Pérez Carretero. El reto sigue siendo atraer a los inversores institucionales más grandes.
"Hoy el Spain Investors' Day es más relevante que nunca", señaló Alejandro Martínez Borrell, presidente de Grant Thornton España, uno de los patrocinadores del evento, organizado por Estudio de Comunicación con el apoyo estratégico de BNP Paribas. PRISA, sociedad editora de EL PAÍS, también está entre los patrocinadores.
En 2015, España recibió inversiones internacionales directas por valor de más de 52.000 millones de euros y fue el noveno destino mundial para las inversiones internacionales directas (y cuarto de la Unión Europea). “Las multinacionales de origen extranjero han sido en muchas ocasiones un pilar del crecimiento económico en España”, señaló el rey Felipe. “Y lo han sido de tres maneras: primero, al crear nuevos empleos, muchos de ellos para profesionales muy cualificados, de los que en España hay muchos; segundo, al expandir la base de las empresas exportadoras que hay en España y, tercero, al ayudar a consolidar un nuevo modelo de crecimiento, basado en una economía abierta e innovadora. Todo esto ha ayudado en última instancia a mejorar el ambiente de los negocios en España”.
Pero a pesar de las buenas noticias, el futuro no está exento de riesgos: todo lo contrario. Hasta la economía española prevé reducir su crecimiento en un entorno internacional turbulento e inestable. “Esperamos un 2,5% en 2017”, señaló Valle. El más prolijo a la hora de advertir a los inversores de los riesgos futuros fue el propio Guindos: “La situación es especialmente frágil y quiero hacer énfasis en nuestra vulnerabilidad”, afirmó a los asistentes. “La recuperación a nivel global no está siendo fuerte; al contrario, es mediocre y desigual. En Estados Unidos hay un nuevo Gobierno y el proteccionismo pasa a ser un riesgo real”. “Hay que ver cómo de rentable va a ser el sistema financiero, que aún está en proceso de ajuste”, consideró Pérez Carretero.
Sobre todo, el principal desafío para la economía española está en digerir la salida de la Unión Europea de Reino Unido, cuarto mayor destino de las exportaciones españolas y, sobre todo, primer emisor de turistas. La incertidumbre acerca de cómo el Gobierno de Theresa May va a implementar el Brexit adoptado en referéndum se suma al peligro de que otros países de la Unión, como Holanda, Francia o Hungría, le sigan la senda. Vivimos un auge de los movimientos eurófobos”, recordó el ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastís, aunque, en palabras de Guindos, en España “el populismo ha sido derrotado en las urnas, como en Argentina o Perú”.
“El Brexit no va a ser fácil”, señaló el ministro de Economía, “ni para ellos ni para Europa. Pero hay que dejar definido de forma bien clara que no puede haber una Unión Europea a la carta”. “Hay decenas de miles de británicos que son propietarios en las costas españolas. Ya no son turistas sino consumidores”, consideró el ministro Nadal. “La posición del Gobierno va a ser cuidadosa. Por un lado hay que dejar claro que para Reino Unido es peor estar fuera que estar dentro, pero por otro lado no puede ser un castigo. Tenemos una buena relación que mantener”.
Pero, a la vez, el Brexit también tiene un jugoso botín del que España quiere un bocado: la industria financiera británica, hasta ahora basada sobre todo en Londres, que puede buscar nuevos destinos dentro de la Unión Europea para conservar su negocio en la zona de libre cambio más importante del planeta. “Contar con un buen mecanismo de supervisión puede ser un valor fundamental para atraer el negocio de la City”, declaró el presidente de la CNMV, Sebastián Albella. “Estamos siendo extraordinariamente activos”. “España está abierta a acoger nuevas empresas con los brazos abiertos”, apuntó Dastis.
En un entorno tan inestable,“la complacencia es el peor error que podemos cometer”, alertó Guindos. “Si damos marcha atrás en las reformas hechas, mandaremos señales erróneas”. El ministro de Economía enumeró los principales pilares de la estrategia del Ejecutivo: “Primero, confiamos en cumplir nuestros objetivos de déficit: 4,6% del PIB en 2016 y 4,1% en 2017. Segundo, una reforma de la Seguridad Social que sea gradual y continua. Y, por último, un nuevo acuerdo con las regiones que garantice que los servicios públicos estén financiados y el déficit permanezca bajo control”.
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