Navidades, mejor en equipo
Las compañías tienen una buena oportunidad durante las fiestas de finales de año de poner en marcha actividades para fortalecer el compromiso de los empleados
Como tantas otras empresas españolas, la especializada en sistemas de almacenaje Esmena tenía la costumbre de regalar cada Navidad una cesta con productos de alimentación a sus empleados. Pero tras fusionarse con Mecalux en 2012, la compañía resultante decidió suprimir esta tradición aduciendo dificultades económicas. Los sindicatos lo denunciaron y, después de sucesivos litigios y recursos judiciales, el Tribunal Supremo, en una sentencia del 21 de abril de este año, les dio la razón. La resolución determina que la cesta de Navidad era un beneficio que se daba todos los años y se había convertido, por tanto, en un derecho adquirido de los trabajadores.
Sin necesidad de tener que acudir a los juzgados por su causa, las fiestas navideñas suponen un quebradero de cabeza para las empresas. Gastos extraordinarios, ajuste de vacaciones, descenso de actividad. Aunque bien gestionado, este periodo también puede ser una excelente oportunidad para fortalecer intangibles como el compromiso de los trabajadores. Juan San Andrés, experto en productividad y factor humano, asegura que en Navidad se crea “una burbuja psicológica” o estado mental propicios para que sirvan de trampolín emocional a la organización. “El ánimo es alegre y hay, en general, buena predisposición. El año nuevo, además, trae una sensación de inicio de ciclo que se comparte con los compañeros”. Una mezcla de elementos que convierten este tramo del año en un buen momento para “hacer balance, celebrar éxitos, reforzar el sentimiento de equipo y limar conflictos”. En todo caso, agrega, sin que la dirección monopolice la fiesta, ya que “es un momento de todos”.
Eventos temáticos
Cajas solidarias
La solidaridad gana enteros como ingrediente en las iniciativas navideñas corporativas. La colaboración con organismos no gubernamentales está cada vez más extendida y va mucho más allá del clásico donativo. "Las empresas se han dado cuenta de que pueden crear al mismo tiempo valor social y económico, sobre todo alineando las causas con las que colaboran con su actividad. Así, además de fondos también aportan su expertise", dice Marifé Escobar, responsable de relaciones corporativas de la Fundación Educo. Muchas de estas iniciativas, recuerda, "nacen de los propios empleados". Y también influyen en ellas la presión de unos consumidores "cada día más sensibilizados con las empresas socialmente responsables".
Desde esta ONG se han puesto en marcha este año las EducoBox, unas cajas regalo que las compañías pueden ofrecer a sus clientes y trabajadores. Cada una de estas cajas contiene obsequios relacionados con las necesidades específicas que han trasladado a Educo niños de los 14 países en los que trabaja, desde libros, mochilas o almuerzos escolares hasta medicamentos, artículos para la higiene, semillas o fertilizantes. Según Escobar, "es importante para nosotros sentir que hacemos equipo con las empresas y que también ellas se sienten agentes del cambio social, que tienen el compromiso de contribuir a mejorar la vida de aquellos que viven realidades difíciles e injustas".
Con el objetivo de aprovechar esa atmósfera y canalizar toda esa energía positiva, es habitual que las empresas pongan en marcha una serie de acciones y eventos de temática navideña. “Estas actividades pueden contribuir a la fidelización de los empleados y a fortalecer los valores corporativos de la empresa, al poner en práctica acciones que unen emocionalmente a los trabajadores y les dan la posibilidad de afianzar su espíritu de equipo”, señala Luisa Izquierdo, directora de Recursos Humanos de Microsoft Ibérica. Por su parte, José Luis Catalina, socio director de BLC Desarrollo, piensa que la Navidad es un vehículo para “reforzar una mayor sintonía con los objetivos compartidos, una comunicación más abierta y una mayor colaboración entre personas y grupos”. Eso sí, Catalá advierte de que es importante que estos eventos no se queden sólo en algo cosmético. Para ello “será esencial que este mensaje sea coherente con la forma de actuar de la empresa durante el resto del año”.
Fernando Botella, presidente de Think & Action, cree que el planteamiento correcto respecto a esta época del año es el inverso al habitual. “No se trata tanto de decir: ‘Como es Navidad, hay que hacer algo’, sino de incorporar la Navidad a las medidas que ya se estén tomando en la empresa”. Por ejemplo, ilustra, “si se está reforzando el trabajo colaborativo, una buena idea puede ser organizar una cena de Navidad en la que sean los empleados quienes cocinen en equipo y además tengan la obligación de pedir a sus compañeros los ingredientes necesarios para sus preparaciones”.
Los expertos coinciden en que el evento navideño debe contar con un elemento diferencial que le dé significado y provoque una llamada de atención en sus destinatarios. “Gastarse miles de euros en llevarse a toda la plantilla a cenar en el restaurante de siempre, para que todo el mundo se vuelva a sentar al lado de los de siempre y se pasen la velada criticando a otros compañeros como ya hacen a diario en la máquina del café de la oficina, no funciona”, advierte Botella. En su lugar, tercia José Luis Catalá, “hoy se buscan eventos amenos y divertidos, que incluyan pequeños retos, sorprendan y no sean ‘lo mismo de otros años’. Que ayuden a que los trabajadores se conozcan en su faceta más humana y lejos del estrés y los agobios del día a día”.
La empresa de organización de eventos Team Team intenta con sus propuestas darle una vuelta de tuerca al viejo concepto de cena navideña. Uno de sus últimos proyectos es un mercado navideño privado en versión food truck, organizado en las inmediaciones de la sede del cliente para sus 200 trabajadores. “Cada vez menos gente quiere la típica fiesta estandarizada, con música atronadora, bebida y comida, y se apuesta por tener algo único y especial creado para la ocasión”, destaca Claudia Pfannes, una de sus fundadoras.
Incluir a las familias en las celebraciones o dar a los eventos navideños un componente solidario son otras tendencias en alza. Microsoft aúna ambas en la fiesta infantil que celebra cada año en su sede de Madrid para los hijos de los empleados. En ella, además de organizar talleres, juegos o la entrega de las cartas a los Reyes Magos, se invita a los niños a que traigan juguetes que se destinan a familias desfavorecidas. Además, los trabajadores tienen la opción de ceder el importe de su cesta a una ONG o de comprar regalos de Navidad para ancianos sin familia que viven en residencias. Con estas acciones, explica Luisa Izquierdo, la compañía tecnológica busca ofrecer a sus profesionales “la oportunidad de compartir momentos con los compañeros de una manera distendida, además de sentirse parte de un proyecto de liderazgo responsable”.
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