¿Es el momento de comprar una casa o es mejor vivir de alquiler?
Incluso cuando la situación económica permite acceder a una vivienda en propiedad, arrendarla también ofrece ventajas
Cuando el mercado inmobiliario empieza a dar señales consistentes de mejora en determinadas zonas de la geografía patria, surge de nuevo una pregunta a la vez pertinente y falaz: ¿Compro mi casa o sigo de alquiler? Es una cuestión pertinente, porque ocuparse y preocuparse de formar un hogar en un inmueble concreto es un tema financiero de capital importancia. Pero, a la vez, es una cuestión falaz, porque la compra de un inmueble y su alquiler no son contratos comparables.
Cuando alquilamos una casa para vivir asumimos un compromiso importante, pero mucho menor que la compraventa, especialmente si necesitamos financiar la operación mediante un préstamo hipotecario. Comparar ambos contratos supone un ejercicio de funambulismo no apto para personas sin unos conocimientos financieros profundos. Pese a ello, muchos inquilinos se preguntarán si vale más la pena comprar, ante la afirmación que muchas veces escuchan de que alquilar es "tirar el dinero".
La persona que mejor conoce nuestra situación económica, familiar, nuestras ambiciones y aficiones, miedos y esperanzas somos nosotros mismos. Ningún experto puede discernir mejor quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos. Y de ello depende la respuesta a si es mejor alquilar o comprar una casa mediante una hipoteca. Asumiendo que los consejos siempre han de particularizarse, veamos algunas ideas generales sobre la cuestión.
El alquiler da libertad
Alquilando compramos un tiempo de disfrute del uso de una casa de otro. Es una opción que proporciona libertad, por ejemplo de aceptar trabajos ubicados en otras regiones o países, sin el ancla que ser propietarios con deuda supone. Comprar nos ancla a un territorio, principalmente si nuestro socio hipotecario es una entidad financiera; podemos cambiar de residencia y alquilar la vivienda en propiedad, ciertamente, pero nos arriesgamos a los potenciales impagos del arrendamiento, mientras que tenemos que responder puntualmente de las mensualidades del préstamo.
En cuanto al riesgo económico, alquilar nos expone a un calor intenso pero no abrasador, si pasamos por dificultades económicas. Si en un futuro nos resulta imposible abonar el alquiler, la deuda que podamos acumular acaba siendo las mensualidades impagadas y poco más. Al dejar la casa alquilada, no nos persiguen otras deudas como sí ocurre con el impago hipotecario. Si la hipoteca es sobre nuestra vivienda habitual, el banco se puede adjudicar la casa por el 70% del valor de tasación a efectos de subasta (cifra reflejada en la escritura de préstamo hipotecario firmada), y reclamar los costes judiciales de la ejecución hipotecaria, los intereses remuneratorios y de demora, hoy limitados al triple del interés legal del dinero.
Comprar puede ser cómodo en la jubilación
Ser propietarios de una vivienda ya pagada al llegar el momento de la jubilación es, al menos hasta la fecha, una de las decisiones de ahorro más inteligentes que un particular puede hacer. Con una pensión cada vez más exigua y un mercado de alquiler que no se adapta a los menguados ingresos de la gente mayor, no parece buena idea llegar a esta etapa de la vida con la carga de que supone el pago de un alquiler (o de una hipoteca). Lo que tiene mucho menos sentido económico es también "invertir" en segundas o terceras residencias, ya que hay otras formas de invertir más líquidas, si confiamos en el volátil activo del ladrillo, como la sociedad cotizada anónima de inversión en el mercado inmobiliario (Socimi), por ejemplo.
En cuanto al pago mensual, comparar un alquiler con la cuota hipotecaria solo tiene algún sentido si el préstamo hipotecario se ha contratado a tipo fijo. Si la hipoteca es variable, la cuota de un año puede que no tenga que mucho que ver con la próxima revisión. Como precaución en iAhorro.com siempre recomendamos tomar el referencial hipotecario contratado en su máximo histórico y sumarle el diferencial. Así para una hipoteca de 150.000 euros a 30 años, a Euribor + 1%, no tomemos la cuota del primer año, sino la mensualidad resultante de tomar un Euribor al 5%. La hipoteca del ejemplo sería de 899 euros. El simulador del Banco de España es muy útil para estos menesteres.
Comprar o alquilar: depende. Tomemos este tipo de decisiones con el tiempo y dedicación que merecen, por la cuenta que nos trae.
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