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Entrevista | Elga Bartsch

“Los bajos salarios encienden el debate sobre la desigualdad”

La economista jefe para Europa de Morgan Stanley comenta los desafíos de la economía del continente

Thiago Ferrer Morini

La economía europea parece estar en un compás de espera, con varios frentes abiertos —la salida de Reino Unido de la UE (Brexit), los bajos tipos de interés, la falta de Gobierno en España— y otros por abrir —el referéndum de diciembre en Italia y las elecciones francesas y alemanas—. Elga Bartsch (Flensburgo, 1966), economista jefe para Europa de Morgan Stanley, es la responsable de ayudar a un banco que gestiona o supervisa más de 400.000 millones de dólares en activos a darle sentido a todo esto.

Elga Bartsch, economista jefe para Europa de Morgan Stanley.
Elga Bartsch, economista jefe para Europa de Morgan Stanley.Kike Para

Pregunta. Durante esta primera mitad del año la economía mundial ha evolucionado mejor de lo esperado.

Respuesta. Así es. De hecho, en marzo calculamos que había un 30% de posibilidades de que el mundo entrase en recesión, luego lo subimos a un 40%, y lo hemos vuelto a revisar a un 30%, por encima del consenso del mercado. El impacto del Brexit no se ha materializado con la inmediatez que creíamos. Temíamos que Reino Unido caería en una recesión en esta segunda mitad de este año, que el crecimiento de la zona euro se iba a paralizar, y que en Estados Unidos veríamos una contracción de las condiciones financieras que se iba a reflejar en el PIB. Con los datos que tenemos no vemos un impacto inmediato del Brexit; a más largo plazo aún nos preocupan los vientos en contra, aunque no va a ser todo lo abrupto que temíamos.

P. ¿Por qué no se han cumplido las malas previsiones?

R. Lo que quizás ha tranquilizado al mercado es que, primero, la inestabilidad política que se esperaba que derivase del Brexit se ha calmado con mucha rapidez, especialmente la sucesión dentro del Partido Conservador y la formación del Gobierno; segundo, después del nombramiento de May todo el mundo se fue de vacaciones, así que las cosas han estado muy paradas. Pero aun así, cuando realmente empiece el proceso de la activación del artículo 50, no será un shock como fue el resultado de la votación. El proceso del Brexit es muy difícil y va a tomar su tiempo, pero parece bastante irreversible.

P. ¿Cuál es la situación de la banca europea?

R. Si leemos las minutas del Consejo de Gobierno del BCE, hablan de la caída de las acciones bancarias tras el Brexit, y se muestran preocupadas sobre cómo puede ocasionar un aumento futuro de las restricciones al crédito. No quiero señalar a ningún banco o país, eso es algo de los expertos en bancos, pero sí sé que no es exclusivo de Europa. Aquí, creo que hay signos de interrogación sobre ciertas entidades en varios países, y por eso creo que cobra sentido que el Banco Central, ya que no puede comprar acciones de bancos directamente, empiece a considerar la compra de bonos bancarios. Ayudaría a facilitar las condiciones del crédito y está dentro de sus atribuciones. Es cierto que no está exento de controversias, y requeriría un debate en el Consejo de Gobierno, pero sería un paso importante para el sector.

P. ¿Cuánto tiempo más podremos estar en una situación de tipos de interés a cero o negativos?

R. Creemos que en diciembre el BCE va a adoptar una medida de compromiso; una nueva bajada del tipo de depósito y la prolongación de la inyección cuantitativa durante otros seis meses, con el añadido de bonos bancarios al programa de compras. Todo esto estará en vigor hasta que se pueda confirmar que la estabilidad de precios es sólida y que la inflación cumple con sus objetivos del 2%. Pero como hemos visto con la Reserva Federal, salir de ese escenario no es fácil. Si miramos las propias previsiones del BCE, las inyecciones cuantitativas seguirán en vigor al menos hasta marzo. Dudamos que pueda hacer más, pero puede que el debate renazca en el Consejo de Gobierno.

P. ¿Quién sale ganando con esta situación?

R. Los mayores ganadores son los Gobiernos, que son los que se pueden financiar a mucho menor coste. Hay cálculos de cuánto gasto público se están ahorrando con los programas del BCE comparado con lo que hacen con sus propias medidas; en algunos casos es muchísimo más. Eso les permite esquivar las reformas que necesitan hacer.

P.  Pero el escenario político no parece el más favorable para las reformas pendientes.

R. La política monetaria no puede arreglar todo esto por sí sola. Cosas como la infraestructura, programas educativos, globalización, aperturas al comercio, inversiones, migraciones, cosas que son importantes para potenciar el crecimiento a largo plazo. El BCE tampoco puede arreglar los desequilibrios en las cuentas nacionales. Pero estos problemas no son exclusivos de la zona euro. Estamos viendo en el mundo desarrollado un crecimiento del descontento, del que Brexit solo ha sido una manifestación. La pregunta es qué impulsa este descontento, y, para mí, se trata de la falta de crecimiento proactivo de los últimos dos años, que se refleja en la lentitud en la que aumentan los ingresos y la incapacidad de aumentar salarios. Y si ves a los países con un mercado laboral en buenas condiciones, como pueden ser Reino Unido o Estados Unidos, la gente no está preguntándose por el empleo, está preguntándose sobre por qué no suben sus salarios. Eso está llevando a la gente a hablar más de desigualdad, que ha crecido por la globalización, la tecnología y, más recientemente, por la política monetaria; eso ha alimentado el rechazo a las reformas. El debate político actual está caracterizado por discusiones populistas más sentimentales que racionales, y me preocupa el latente estado de agitación.

P. Jean-Paul Juncker, en su discurso sobre el Estado de la UE, ha anunciado su intención de prácticamente duplicar los fondos de su plan de estímulo. ¿Significa que el estímulo fiscal ya no es tabú en la UE?

R. En absoluto, pero depende de las circunstancias nacionales. La austeridad murió el año pasado cuando por primera vez tuvimos un estímulo fiscal positivo del 0,5% del PIB, aunque no es mucho: menos de una tercera parte de lo que tuvimos en 2009. El foco es Alemania, porque tiene el margen fiscal. El año que viene hay elecciones y Wolfgang Schäuble ya ha hablado de recortes de impuestos, pero su partido le pide más bajadas de lo que él tiene en mente, y sus socios de coalición socialdemócratas también piden otras medidas. La pregunta es si podrá llevar a cabo todo lo que planea.

P.  En España llevamos 10 meses sin Gobierno. El nuevo Ejecutivo va a tener que tomar decisiones muy serias sobre el déficit, ¿qué es lo que le preocupa al mercado de la situación?

R. Si he de ser sincera, creo que el mercado está mucho más preocupado por cómo van a evolucionar el referéndum en Italia y las elecciones en Francia y Alemania.

P.  Es decir, que en el caso español, no esperan una reacción del mercado.

R. Sinceramente, no lo sé.

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Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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