Boeing contempla cancelar la producción del Jumbo
La sequía de nuevos pedidos y el coste hacen el programa del B747 inviable medio siglo después de revolucionar la forma de viajar
La historia de la reina de los Cielos llega a su fin. Boeing, el fabricante del legendario B747, admite ya abiertamente que la demanda para este modelo es tan baja que podría llevarle a cancelar la producción en Everett. El fabricante estadounidense, que el pasado 15 de julio cumplió su centenario, tenía la esperanza de poder mantener vivo el programa. Pero el ritmo al que están ensamblando este avión lo hace inviable.
El Jumbo es uno de los aviones más reconocidos de la historia de la aviación y hasta no hace mucho fue el modelo preferido para las compañías que cubrían rutas intercontinentales. Boeing realizó más de 1.500 entregas de este avión de cuatro motores desde que empezó a volar hace casi medio siglo. Pero la manera de viajar cambió y ahora lo que demandan las compañías son aviones más pequeños y eficientes, de dos motores.
“Es razonable que se pueda decidir poner fin a la producción del B747”, advierte la compañía una nota entregada al regulador bursátil. Hasta ahora la dirección de Boeing venía justificando su producción para cubrir un mercado nicho en el negocio de carga. Pero los pedidos tampoco llegan por ahí. Recibió solo cuatro este año. Eso le llevó a reducir el ritmo de ensamblaje de 12 unidades al año hasta solo seis a partir de septiembre.
El coste del programa Jumbo hizo mella en los últimos resultados de Boeing. La compañía registró pérdidas de 234 millones de dólares en el tercer trimestre por las cargas extraordinarias de este avión y del nuevo Dreamliner. “Si no somos capaces de conseguir pedidos suficientes y el mercado no mejora, tendremos que registrar pérdidas adicionales”, explica la nota dirigida a los inversores. En este momento tiene cerca de una veintena en cartera.
Boeing no firma aún la carta de defunción del B747 aunque se prepara para replegar las alas. De momento procede a cancelar los planes que tenía para incrementar la producción a un avión al mes a partir de 2019. Esa expectativa ya no es realista, como indicó en la conferencia con analistas su consejero delegado, Dennis Muilenburg. El avión, insiste, es “único” y por eso tratará de salvarlo ajustando el ritmo de producción mientras lo permita la sequía.
El B747, con capacidad para 467 pasajeros, fue el modelo que abrió los viajes en avión a las masas. Airbus se enfrenta a un reto similar con el A380, pese a ser un avión que integra la tecnología más moderna. Antes del cese de la producción, Boeing tiene que completar un contrato del Pentágono para renovar los dos aviones que utiliza el presidente de EE UU. El nuevo Air Force One es una versión militar del nuevo B747 y será operativo en 2020.
Los viajes punto a punto en lugar de entre grandes aeropuertos hizo que las aerolíneas prefieran operar bimotores como el B777 y el B787. Además de consumir menos, son más rápidos, más flexibles al programar las flotas y más fáciles de mantener que el B747. El viejo Jumbo tiene además el problema de que los pilotos que estuvieron a sus mandos se están retirando.
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