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Los sólidos pilares del grupo ACR

La constructora navarra sorteó la crisis del sector sin pérdidas ni despidos

Obras de la constructora navarra ACR en Bodegas Chivite.
Obras de la constructora navarra ACR en Bodegas Chivite.

Antes de que todo se hiciera añicos, antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, el número de afiliados a la Seguridad Social en el sector de la construcción se situaba en más de 2,5 millones. Tan solo siete años después, esa misma cifra llegó a tocar fondo con menos de un millón de trabajadores. A pesar de que los excesos que salieron a la luz dejaron en evidencia a casi todas las empresas de la industria, algunas, muy pocas, pasaron de puntillas por la crisis gracias a una gestión que con el tiempo se reveló como la más prudente.

Este es el caso del Grupo ACR, dedicado a la construcción, promoción y rehabilitación de viviendas, que ha aumentado su facturación año tras año, incluso en los peores momentos de su historia, cuando entre 2013 y 2014 sintieron con fuerza la crisis del ladrillo. Solo en 2015, la compañía facturó 130 millones de euros, un 45% más que el año anterior, recuperando así los niveles de actividad previos al estallido de la burbuja. “Somos un grupo con más de 40 años de experiencia, por lo que nuestra trayectoria, entre otras cosas, nos ha ayudado a superar el bache. Además, cómo no, también ha influido el trabajo previo y haber actuado con prudencia, compartiendo riesgos y beneficios”, explica Michel Elizalde, consejero delegado del grupo.

La compañía, fundada en 1973 en Pamplona, cuenta con una plantilla de 330 empleados y desde que se creó ha entregado más de 21.000 viviendas. Su actividad empresarial se divide en tres ámbitos: construcción (65%), promoción (25%) y rehabilitación de vivienda (10%). Elizalde destaca la capacidad del grupo para “pegarse” al mercado, lo que les permitió ver dónde estaban las oportunidades antes de que la crisis llegara al Grupo ACR. “Esto nos dio aire y nos hizo estar fuertes y solventes cuando llegaron los malos momentos”, apunta. En la actualidad tienen en construcción más de 1.400 viviendas y 15 promociones en curso.

En 2011 decidieron salir de su nicho regional y crecer en Madrid y Barcelona

Cuando llegó la crisis a la compañía, decidieron hacer una apuesta firme y “arriesgada” por su equipo, por su plantilla. “La cifra de negocio se redujo a la mitad; en cambio, el número de empleados apenas varió, no hicimos un regulación de empleo ni tomamos ninguna medida traumática. Pensamos que el papel de la gente es fundamental, hicimos una apuesta por los nuestros, una apuesta a costa de que nuestros resultados se redujeran, pero creímos que era lo más importante”, señala el ejecutivo.

El año 2011 fue una fecha clave en la historia de ACR, ya que fue el momento en el que la compañía decidió hacer un gran cambio en su perfil. “En aquel entonces nosotros ya éramos fuertes a nivel regional, en Navarra, País Vasco y Aragón, pero queríamos convertirnos en una empresa nacional e internacional”, apunta Elizalde. Para conseguirlo, desarrollaron un plan estratégico que aún está vigente y que se basa en tres puntos clave.

El parlamento navarro y las bodegas Chivite están entre sus obras

Por un lado, crecer en el mercado nacional. “Sabíamos que España, en algún momento, tenía que salir de la crisis”, indica Elizalde. En 2011 llegaron a Madrid y Barcelona con la construcción y la promoción de viviendas. En torno a un 40% de su actividad se centra en la actualidad en la Comunidad de Madrid y Cataluña. Otra de las apuestas de este plan fue el mercado internacional, donde no les ha ido tan bien. “Hemos tenido menos éxito, y eso también hay que admitirlo”, apunta el consejero delegado. En Francia están entregando las últimas viviendas que construyeron para terminar de cerrar sus operaciones. “Estamos replegando, es un mercado complicado”. También están trabajando en Colombia, tanto en el sector público como en el privado, donde crecen a un ritmo “menor” del que les gustaría. “La situación del país no es la misma que cuando llegamos y eso nos ha frenado”, explica Elizalde. Por último, su plan pasa por el mercado de la rehabilitación de viviendas, donde ya tienen experiencia y en el que confían.

En la actualidad, el grupo está presente en Navarra, País Vasco, La Rioja, Aragón, Madrid, Cataluña y Castilla y León. Algunas de las obras más destacadas de la empresa son el Parlamento de Navarra, la actuación integral en un barrio de Barakaldo (Bizkaia) o la ampliación de las Bodegas Vega Sicilia, en Valladolid.

Una de las características que distinguen a ACR de sus competidores, y que les ha hecho crecer y consolidarse en este sector, es, según explica Elizalde, su capacidad de servicio global. “Esto multiplica nuestra capacidad y nuestra inteligencia. Además, estamos muy cerca del cliente, de sus necesidades, e intentamos entender su negocio, optimizamos mucho su proyecto”.

Para su expansión a nivel nacional, Elizalde confía en que sobrevendrán tiempos mejores: “El año 2015 ha sido mejor que el anterior, creo que saldremos, pero con una pendiente muy pronunciada. El mercado parece que ha aprendido, que se ha limpiado y que los que quedamos somos más fuertes”. El futuro de ACR, según señala su consejero delegado, pasa por las personas. “Cada día tenemos que ser mejores, pero siempre con la gente que trabaja con nosotros. Debemos tener a los mejores y fidelizarlos”.

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