Brasil y México, líderes en economía colaborativa en Latinoamérica
Los dos países, junto con Argentina, son los lugares donde más penetran las plataformas que se dedican a este tipo de negocio en la región
Rodeada casi siempre de suspicacias por plantear un modelo alternativo de consumo, la economía colaborativa comienza a abrirse paso en América Latina con empresas dedicadas sobre todo al transporte, alojamiento y turismo. Brasil, México y Argentina concentran la mayor creación de empresas de este nuevo paradigma de la región, aunque el sistema está todavía "en su infancia", según revela el primer estudio del sector, Economía colaborativa en América Latina, del IE Business School y el Banco Interamericano de Desarrollo, presentado este jueves en Madrid.
El modelo colaborativo está basado en el acceso a Internet y la gestión de los servicios. Y lo cierto es que países como Chile, Argentina y Uruguay se han apuntado desde hace tiempo a la revolución digital. Dos de cada tres ciudadanos de estos países tienen acceso a la Red, y en el conjunto del área latinoamericana y el Caribe el número de usuarios con conexión a Internet ha pasado del 20,7% en 2006 al 46,7% en 2013.
Brasil, al que el FMI auguró este miércoles una caída del 3,8% del PIB en 2016 y cuya economía navega ahora condicionada por el proceso de destitución (impeachment) a la presidenta Dilma Rousseff, es líder en iniciativas de economía colaborativa en la región. "El efecto idioma y el tamaño del mercado [más de 200 millones de habitantes] hacen que sus iniciativas estén parcialmente protegidas del resto del entorno", reza el informe, que subraya cómo los sectores de transporte (24%), intercambios (21%) y turismo (18%) son los canales donde más se expande este tipo de negocio en el país.
En México, que crecerá un 2,4% este año pero al que el FMI ha alertado sobre seguir engordando su deuda (51% del PIB), también el transporte (45%) aglutina la gran mayoría de iniciativas de consumo colaborativo. El documento señala que "parece moverse por imitación a los demás mercados (...). Será interesante ver cómo crecen las iniciativas locales frente a la opción de entrada muy fuerte de competidores de EE UU".
"Lo que nos enseña el modelo de la economía colaborativa es que los usuarios están dispuestos a hacer cosas de forma distinta, y que por otro lado representa una oportunidad para el mundo empresarial local", señaló Ricardo Pérez Garrido, profesor del IE Business School, durante la presentación del informe en Madrid. Las plataformas de transporte y de servicios son las que más se crean en esta región. Pero se trata en su mayoría de firmas muy pequeñas: un 63% de las nuevas entidades de este segmento solo tiene entre uno y 10 trabajadores.
Los fundadores de las mismas consideran que el desconocimiento del negocio (60%) y la desconfianza de los clientes (42%) limitan actualmente el crecimiento, a lo que se le une el acceso a la financiación (43%). "El reto va a ser cómo colaborarán las empresas grandes y las instituciones para aumentar el impacto social de estas iniciativas locales", aseguró Pérez Garrido.
Empresas de alojamiento
Los gigantes de la economía colaborativa que se dedican al alquiler de pisos y habitaciones presumen de una mayor presencia en la región. Firmas como Airbnb, Couchsurfing, Intercambiocasas y Homaway operan prácticamente en todos los países de Latinoamérica, mientras que las que se dedican al transporte, como Uber y Cabify, solo lo hacen en Chile, Colombia, Brasil, México y Perú.
Blablacar, la aplicación que permite compartir viajes en coche para pequeñas y largas distancias, trabaja también solo en Brasil y México. Jaime Rodríguez, responsable de BlaBlaCar para España y Portugal, admite que antes de lanzar la plataforma en un país analizan el grado de penetración de la tecnología móvil; la existencia de buenas redes de carreteras y de una distancia aceptable entre las poblaciones. En un año de actividad en México, el portal de BlaBlaCar ha registrado cifras "excepcionales", sostiene Rodríguez. "Logramos un millón de desplazamientos en 12 meses. Se trata de cifras que tardamos años en ver en países como Francia o España, y que demuestran el margen muy elevado de crecimiento de la zona".
Las plataformas del sector del alquiler y del turismo tienen sobre todo clientes extranjeros, añade Pérez Garrido. Esto representa una ventaja con respecto a la cuestión cultural, que sigue siendo el gran reto del sector en la región. Es decir, cómo extender la confianza del usuario hacia estos tipos de plataformas. "Y a ello hay que añadir las diferencias de cada país en cuanto a regulación, que en el sector del transporte suele ser más duro que en el del alojamiento privado", concluye el profesor.
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