Portugal sube impuestos al tabaco, combustibles, coches y bancos
El Gobierno socialista reduce el déficit para llegar a un acuerdo con la Comisión Europea
La Comisión Europea y el Gobierno de Portugal han llegado a un acuerdo para el presupuesto del país para este año, que había despertado muchas críticas de la CE, así como en organismos técnicos portugueses.
Al acuerdo de reducción del déficit estructural (entre el 0,3% y 0,6%) se llega a través de un aumento generalizado de impuestos indirectos. Sube tabaco y combustibles, como ya estaban anunciados; pero, tras las pegas de Bruselas, más: en lugar de un aumento de 4-5 céntimos por litro de combustible serán del orden de 6-7 céntimos; y a eso se añadirán un aumento del impuesto de circulación de los automóviles y un aumento de los impuestos para la banca destinado a reforzar el Fondo de Resolución para crisis bancarias y el fin de la exención del IBI para los fondos inmobiliarios.
El Gobierno prevé aumentar un 40% los ingresos provenientes de la banca, hasta superar los 260 millones de euros. A partir de este año, también pasarán a contribuir los bancos extranjeros que no tengan sede en Portugal, pero operen en el país (caso de los españoles Bankinter y BBVA).
Durante el miércoles, el ministro de Finanzas, Mário Centeno, ha explicado, por separado, a cada uno de los grupos parlamentarios las modificaciones al presupuesto del Estado para 2016, que mañana debe ser aprobado por el Consejo de Ministros.
A medida que salían los portavoces de los grupos, se iban conociendo detalles de los cambios introducidos por el Gobierno, presionado por la Comisión Europea, por un lado, y por sus socios parlamentarios, por otro. Así el crecimiento del PIB previsto anteriormente en el 2,1%, baja al 1,9%, más de acuerdo con las previsiones de la CE y del FMI. Y la gran divergencia entre CE y el Gobierno de António Costa, la reducción del déficit estructural, en lugar de bajar solo dos décimas, bajará cuatro, equidistante entre las pretensiones de uno y otro lado.
También aumenta el esfuerzo para reducir el déficit absoluto, que en el programa socialista era del 2,8%, en el primer borrador del presupuesto el 2,6% y ahora queda en el 2,4%. Todo ello a falta de explicaciones más detalladas, que serán dadas el jueves tras la aprobación en Consejo de Ministros.
Las rectificaciones han agradado a los grupos que apoyan al Gobierno socialista en el Parlamento, pues no han tocado directamente las ayudas sociales ni salarios ni pensiones. Para el portavoz del Bloco de Esquerda Pedro Filipe Soares, "la austeridad es parte del pasado. El BE ha visto que se han salvaguardado sus grandes objetivos", declaró a la salida de la reunión con Centeno.
João Oliveira, portavoz del PC, denunció "la operación de chantaje de la Comisión Europea, que tiene por objetivo evitar que los países, los pueblos, los estados decidan en sentido contrario al camino de hundimiento y degradación de las condiciones de vida de los portugueses. Es preciso afirmar ante la CE, la soberanía del Estado portugués".
Como escribió ayer el columnista del Público João Miguel Tavares, "la izquierda portuguesa es capitalista para pedir dinero, pero comunista a la hora de devolverlo".
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