Terapia con voltios para Bultaco
El histórico fabricante de motos de Cataluña resucita con modelos eléctricos e híbridos
La familia Bultó echó en 1983 el cierre de su empresa de motos, Bultaco, incapaz de afrontar la dura competencia de las marcas japonesas como Honda, Yamaha o Suzuki. Y a pesar de que la firma Derbi intentó en 1999 resucitar la marca con su Bultaco Lobito, la leyenda acabó desapareciendo de las calles y las competiciones. Sin embargo, en 2014, 31 años después de su desaparición, un grupo de ingenieros e inversores decidieron dar una tercera oportunidad a Bultaco.
Lo primero que hicieron sus nuevos dueños fue crear un producto totalmente innovador, la Bultaco Brinco, híbrido de moto y bicicleta, con acelerador, que ha sorprendido a los expertos por las sensaciones que transmite. Una moto-bike que, según apunta Juan Manuel Vinós, consejero delegado de la firma, “representa un concepto nuevo que responde al ADN de Bultaco. A medio camino entre una bici y una moto de campo, le va bien a un joven para divertirse o a una persona de edad mediana para trasladarse”. Toda una ruptura con los vehículos de dos ruedas eléctricos “vendidos como ecológicos pero poco apasionantes” dice.
La producción de la nueva moto se inició en julio en la planta de fabricación de la empresa tiene en Montmeló (Barcelona), con capacidad para 50.000 vehículos al año. Empezó por unas 200 unidades al mes y la idea es terminar el año con unas 2.000 unidades. La producción prevista para el próximo año es de 5.000 motos. Las perspectivas parecen alentadoras. Además de las buenas críticas de los expertos que la probaron (alguno la calificó de adictiva), las unidades lanzadas al mercado se agotaron enseguida. “La Brinco ha tenido un éxito superior al esperado”, asegura Vinós, “tanto que hemos vendido todas las motos ya fabricadas y tenemos pedidos para este año y el que viene”. Algo que seguramente tiene también que ver con un precio (4.800 euros) ajustado.
Los años dorados
1958. El 17 de mayo Paco Bultó y un reducido grupo de incondicionales funda Bultaco.
1959-60. El 24 de marzo de 1959 se presenta el primer modelo, la Tralla 101. El 2 de octubre de 1960 Bultaco bate cinco récords del mundo de velocidad en larga distancia en el autódromo de Montlhéry (Francia), con un prototipo de 175 c.c. Dos de esos récords correspondieron a su cilindrada, pero batieron dos más en categoría 250 y otro en 350 c.c.
1966. La marca desarrolla a partir de la Metralla 62 de 200 c.c. la Metralla Mk2, que marcó un punto culminante de Bultaco en carretera. Su motor de 250 c.c. y cinco velocidades la llevó más allá de los 160 km/h, lo que la convertía en la dos y medio de serie más rápida del mundo.
1973-79. Jim Pomeroy, un joven debutante de 20 años, logra a los mandos de una MK6 la victoria en la primera prueba del Campeonato del Mundo de motocross de 1973. Desde 1975 hasta 1979, la Sherpa T se impone en los campeonatos mundiales de trial.
Pero, ¿Cómo surgió la idea de recuperar la marca? “Todo empezó en 2010 cuando un grupo de socios decidimos crear en Madrid una firma de ingeniería para desarrollar motores y sistemas de regeneración para motos y, sobre todo, para fabricar motos eléctricas de altas prestaciones”. La gran oportunidad surgió al año siguiente cuando Piaggio, propietaria de la marca Bultaco a través de su filial Derbi, decide cerrar la planta de esta empresa en Barcelona. “Ahí”, explica el ejecutivo, “vimos la posibilidad de recuperar la marca”. Esto se concretó a principios de 2013. Vinós y sus socios recuperaron la licencia (sobre la que la familia fundadora, los Bultó, tenía derechos), cambiaron el nombre de la firma a Bultaco Motors y dieron entrada a los fundadores, con un 50%, en Bultaco SL, sociedad que cobra los royalties por la marca.
Una vez logrado esto, el gran problema era diseñar un producto lo bastante atractivo para llamar la atención en un mercado saturado. Se optó por entrar en el segmento de las eléctricas. Y ahí lo fundamental fue contar con un equipo de diseño con profesionales veteranos, entre ellos José González, que había diseñado la Aprilia RSV4 y concibió la Brinco; o Gert Krammer, durante años el ingeniero responsable del desarrollo de centralitas electrónicas de Magna y que había trabajado para Mercedes Benz.
Además, la nueva empresa contó con activos sólidos desde el comienzo. Entre ellos sus propios accionistas, gente del mundo de la empresa, las finanzas y la industria del motor. Gerald Pöllmann, presidente de la firma, es un ingeniero mecánico que trabajó como responsable de Estrategia y Tecnología en Magna Steyr, un fabricante de coches para terceros (BMW, Mercedes Benz), y es experto en propulsión eléctrica y materiales ultraligeros. El propio Vinós, acumula una larga experiencia en temas financieros.
Sin embargo,la clave fue elegir el mejor momento para entrar en el negocio. “Hemos podido acometer el proyecto”, prosigue el consejero delegado, “porque las baterías han mejorado mucho, igual que la gestión electrónica del vehículo (que permite sacar mayor rendimiento) y los materiales”. Bultaco, cuyos técnicos han trabajado en un chasis en aluminio rígido pero ultraligero, utiliza la misma batería que los automóviles Tesla, fabricadas por Samsung y Panasonic. Otro factor decisivo es la existencia de un cluster de componentes para la moto en la Barcelona. “Sin esa multiplicidad de pymes experimentadas en el sector no hubiera sido posible arrancar con el proyecto”, dice Vinós. El 60% de los componentes proceden de proveedores situados a menos de 100 kilómetros de Montmeló.
Nuevas apuestas
La Brinco es solo el primer paso de una estrategia de producto más ambiciosa. Según la empresa se vaya asentando, irá lanzando nuevos modelos como la Rapitan o un modelo híbrido. La empresa ha delineado un plan de negocio según el cual espera producir cerca de 20.000 unidades y facturar 150 millones de euros para 2020, lo que la acercará a los niveles de venta de Bultaco en los años 70, cuando era la segunda empresa de motos de Europa y llegó a tener una fábrica en EE UU.
La empresa cuenta ya con 11 puntos de venta en España y ha cerrado acuerdos de distribución en ocho países. Para avanzar en el proyecto, la empresa (que hoy cuenta con 60 trabajadores), prevé incrementarla plantilla hasta las cien personas en 2020. La empresa, que hasta ahora solo ha recibido una subvención de un millón y medio de euros de la UE por su Adaptcontrol, la centralita electrónica de la moto, empezó su andadura con una inversión de 20 millones de euros. Con la expectativa de abandonar los números rojos en 2016, Bultaco se plantea varias opciones para conseguir financiación, desde ampliaciones de capital para los actuales accionistas como dar entrada a sociedades de capital riesgo.
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