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España explota el viento del mar

Gamesa, Iberdrola, Navantia y Repsol compiten por la eólica marina del norte de Europa

Plataforma de energía eólica marina de Iberdrola.
Plataforma de energía eólica marina de Iberdrola.

Iberdrola, Repsol, Gamesa y Navantia responden a la demanda mundial de energía eólica offshore (producida por parques eólicos ubicados en el mar), y su cartera de pedidos arrastra a una treintena de empresas españolas. Sus principales clientes son Gran Bretaña y Alemania, que lideran la construcción mundial de parques eólicos marinos. Iberdrola ha construido y opera uno y construirá tres más. Repsol ha entrado en el negocio con la compra de la británica Sea Energy Renewables en 2011 (hoy es Repsol Nuevas Energías UK), obteniendo los derechos de construir otros dos.

Europa es pionera en esta fuente energética (año 2000), tiene 82 parques eólicos marinos (3.072 turbinas), y solo los 15 conectados a su red eléctrica en la primera mitad de 2015 suman una inversión de 7.100 millones de euros. “La energía eólica marina será clave para garantizar la seguridad energética europea en los próximos años, ya contribuye al 1,1% de la demanda eléctrica del continente”, asegura Oliver Joy, portavoz de EWEA (European Wind Energy Association). La producción de esta energía crece de forma exponencial desde 2007. De enero a junio de 2015 ha crecido un 200% sobre igual periodo del año anterior, dando electricidad a 2,4 millones de nuevos hogares. Serán casi el doble a finales de año.

Tal crecimiento sostiene una industria con 75.000 personas, que llegará a 129.000 trabajadores en 2019. Irá a más, EWEA prevé que la energía eólica cubrirá la cuarta parte de la demanda eléctrica europea en 2030, y casi el 28% de esa energía eólica procederá del mar. Eso supondrá una enorme carga de trabajo que llegará a las empresas españolas en forma de contratos. “Tenemos empresas en toda la cadena de valor de la energía eólica, partimos con ventaja para afrontar el reto”, cuenta Kilian Rosique, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica.

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Iberdrola ha entrado en el mercado de los parques eólicos marinos con el diseño, construcción y explotación de West of Duddon Sands (a 20 kilómetros de la costa británica). Es uno de los mayores parques marinos europeos, que abastece 300.000 hogares británicos desde 2014, gracias a una inversión de 1.600 millones de euros. Tiene 108 molinos en 67 kilómetros cuadrados. “Lo hicimos en consorcio con el operador danés Dong (el pionero en esta tecnología) para ir sobre seguro. La tecnología eólica marina difiere de la terrestre, requiere mayores inversiones, e instalar estos parques en el mar es un riesgo añadido”, cuenta Víctor Rey, director de operaciones de Negocio de Energía Offshore de Iberdrola. Solo el alquiler diario del barco utilizado para montar el parque son 200.000 euros. La apuesta de Iberdrola por la construcción y operación de los parques marinos es clave para mantener el liderazgo como operador mundial de energía eólica. Ahora aborda en solitario la construcción y operación de Wikinger, un parque que dará energía a 350.000 hogares alemanes desde el mar Báltico. Hacer Wikinger costará 1.400 millones de euros, y una parte de ellos irán a suministradores españoles de energía eólica.

Solo el contrato firmado por Iberdrola con Navantia asciende a 170 millones de euros. El astillero público español hace 29 de las 70 estructuras que soportarán bajo el agua los mástiles de los aerogeneradores, y la subestación eléctrica marina. Esta carga de trabajo arrastra a decenas de proveedores como Windar Renovables, Nervión, Intaf, Talleres Mecánicos Galicia, Cooperativa Iris, Artabro Samdeu, Elinco o Buqueland. Por otra parte, la experiencia ha abierto las puertas a Navantia para entrar en varias licitaciones de parques eólicos marinos británicos. “Luego iremos a Alemania y Francia”, puntualiza el portavoz de Navantia.

Gamesa, el líder español de aerogeneradores (y cuarto mundial), hará los 70 molinos de Wikinger a través de Adwen, el consorcio que formó hace una año con Areva (gigante francés de energía y mundial en energía nuclear). “Además de las turbinas para este parque de Iberdrola, Adwen ha fabricado e instalado ya 126 aerogeneradores en tres parques marinos y tiene contratos para instalar otro centenar más. Parte del trabajo se realiza desde España, donde Adwen tiene al 20% de su plantilla”, explica Xabier Etxeberria, director general ejecutivo de Gamesa.

El siguiente parque de Iberdrola será East Anglia One, uno de los mayores del mundo, que abastecerá a medio millón de hogares británicos. “Las turbinas serán de Siemens (el líder mundial de este mercado), y esperamos que entren empresas españolas en las licitaciones que acabamos de lanzar”, explica Rey. Después vendrá la construcción de Saint-Brieuc, que dará luz a 350.000 hogares franceses, y traerá más trabajo para España.

Repsol da los primeros pasos para montarse en la rueda. Es el contratista principal del parque Inch Cape, que también operará, y dará energía a 550.000 hogares británicos a partir de 2018. En él trabajan empresas españolas, como DRACE Infraestructuras, que ha hecho el mástil metereológico del parque en Cartagena. Ferrovial participa en el concurso para lograr la ingeniería y suministro de parte de los equipos.

Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Francia, Bélgica y Holanda son los que más apuestan por los parques eólicos marinos porque tienen plataformas continentales poco profundas. En España, los ayuntamientos de Cádiz, Huelva y Castellón se opusieron en 2007 a los parques eólicos. Son los únicos puntos del litoral español en donde se pueden hacer pues la profundidad del resto lo impide.

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