El mármol también viene de Cerdeña
La isla afianza a Italia como el mayor exportador del material en Occidente
Cerdeña promete playas indescriptibles y una costa a salvo del turismo de masas. También ofrece historia y vida cultural en sus núcleos urbanos. O las llamativas panorámicas de centenares de yates atracados en sus innumerables puertos. Esta isla italiana posee, además, uno de los mármoles más valorados internacionalmente. A poca distancia del Mediterráneo y en pleno Parque Nacional del Golfo de Orosei y del Gennargentu se extraen los bloques del denominado daino reale o breccia sarda. Salen de la cantera de Orosei, un paisaje lunar que produce una piedra de diferentes tonos ‘beige’ con gran demanda en todos los rincones del globo.
Con algo más de millón y medio de habitantes (1.665.617, según datos de 2007) y una economía centrada en los servicios, Cerdeña afronta los meses con menor afluencia de turismo con actividades ligadas a la agricultura o con la fama de productos nacionales como el queso o el vino. Aparte, sus suelos abastecen todo el año de la mayor producción nacional de granito y de un mármol veteado que nutre a un sector situado en segunda posición de la clasificación mundial. “La piedra italiana es de las más vendidas internacionalmente, con un 13,5% del mercado, por detrás de China, que ocupa el 35,8%. Entre las dos copan la mitad”, explica Marisa Carrio, editora del periódico digital especializado FocusPiedra. “Los mayores puntos de venta son Estados Unidos y el Golfo Pérsico. Italia es un país con mucha tradición de piedra y son grandes vendedores. Tiene canteras en todo el territorio y el mármol blanco de Carrara o el travertino romano son de los más laureados. El daino reale está, de hecho, entre los diez mármoles más vendidos en nuestro país”, añade.
La piedra italiana copa el 13,5% del mercado mundial, por detrás de la china, con el 35,8%
Desde hace casi medio siglo, una decena de empresas trabaja en la zona y nutre parte de los 2.650 millones de euros que genera el sector en Italia, según datos de Confindustria Marmomacchine, la Asociación Italiana del Mármol. Una de estas compañías, MarmiOrosei, presume de haber embellecido con sus piedras el aeropuerto Charles de Gaulle de París. “El mármol suele emplearse tanto para fachadas como para pavimentos, para revestir exteriores e interiores o incluso para arte funerario”, prosigue Carrio. Con un precio medio de 48 euros el metro cuadrado, los bloques procedentes de Cerdeña se exportan en bruto, en tableros o convertidos en baldosas.
“La piedra natural [que comprende el mármol, el granito, la piedra o el travertino] alcanzó en todo el país los 86 millones de toneladas en 2014, un 7,4% más que en 2013”, emite el último informe de la sociedad italiana Internazionale Marmi e Macchine, del pasado mes de julio. “No existen muchos datos concretos sobre la producción y distribución de mármol, porque se agrupan dentro de otros sectores como el inmobiliario o el tecnológico”, expone Raimondo Lovati, de la secretaría general de Confindustria Marmomachine, desde la sede en Milán. “Las cifras son nacionales y muestran que existe un incremento en los últimos meses después del gran descenso producido a partir de 2008 por la crisis económica”.
LA SOMBRA DE CARRARA
“No solo queremos algo funcional, sino que se inspire en las tendencias”, dice la industria
Aunque muy por debajo de la producción de las provincias del norte del país (donde el citado mármol de Carrara, el preferido por el artista Miguel Ángel, sigue a la cabeza del gusto mundial), las canteras de Cerdeña luchan por la innovación. De sus tripas se obtienen también las variantes black secret o silver moon, utilizadas principalmente en revestimientos y cocinas. “Buscamos una nueva interpretación de las piedras. No solo queremos algo funcional sino que se inspire en las nuevas tendencias”, escriben en Sardegna Marmi, una de las primeras procesadoras de Orosei. “Cuando miras el mármol de Cerdeña percibes las líneas claras e irregulares trazadas por la dolomía y la caliza, pero si te acercas notas su verdadero encanto: las conchas, el coral y los otros restos fósiles incrustados en su composición”, apuntan. “Dentro del daino reale [y dependiendo de la cantidad de vetas e incrustaciones] fabricamos cuatro tipos: el copo de nieve, el nublado, el perlado o el veteado, de los que repartimos 80.000 toneladas al año”, subrayan.
Las particularidades de esta piedra las conoce de sobra Encarni Abad. Es la gerente de la Asociación del Mármol de la Comunidad Valenciana (de donde se extrae hasta el 62% del mármol español) y se muestra incapaz de darle una puntuación concreta a la denominación de Cerdeña. “La calidad depende del uso que le vas a dar. Es muy difícil establecer unos marcadores. Se tienen que tener en cuenta la dureza y la resistencia, pero también su papel, si es para interior o exterior. Aparte, el color o la forma (con vetas o sin ellas) son cosa de cada uno, de sus gustos”, esgrime. “Lo que está claro es que tanto en España como en Italia, con dos mercados importantes, se vive ahora mismo de las ventas al extranjero. La mayoría de las industrias relacionadas con la piedra suele ser familiares y la crisis ha tumbado a muchas. Han sobrevivido las grandes, las que han podido abrir camino en otros continentes”.
Entre ellas están las que trabajan desde hace décadas en Orosei, cuya expansión se palpa en los camiones que circulan por las carreteras que provienen de la playa, en los bloques colocados en los arcenes y, también, en las cocinas de algunos yates.
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