Maíz dulce a ritmo de banjo
La empresa segoviana Huercasa patrocina un festival de música country en Riaza para promocionar los vegetales precocinados y los valores de la vida rural
Félix Moracho, fundador y presidente de la empresa de productos vegetales transformados Huercasa, ubicada en Sanchonuño (Segovia), está convencido de que hay una tendencia clara de consumo: la alimentación a base de productos saludables y fáciles de preparar, la llamada quinta gama. De ahí que su empresa familiar, creada hace 35 años, se mueva con soltura en ese mercado y, además, que esté asociada a una visión romántica del mundo rural. Ello le ha llevado a centrar su estrategia de marketing y de responsabilidad social corporativa en un festival de música country, como icono de la cultura campestre.
NEGOCIO CONSOLIDADO
Con 159 empleados, que llegan a los 350 en temporadas altas, Huercasa cuenta con tres líneas de negocio muy consolidadas: maíz dulce en mazorca, remolacha roja de mesa y endivias. Todo de la quinta gama, es decir, listo para comer porque ha sido cocido previamente, y envasado al vacío y esterilizado, lo que permite la conservación del producto muchos meses en condiciones normales, sin necesidad de frío.
Además, la compañía ha puesto en marcha dos nuevas líneas de producto, también de la quinta gama, como legumbres —lentejas, garbanzos y alubias rojas— y lanzará, en otoño, zanahoria en bastones o sticks, que serán presentados en la feria del sector Fruit Attraction, en Madrid.
El director general de Huercasa, Juan Carlos García, considera a la empresa como la primera europea distribuidora de maíz dulce y una de las más importantes del mundo, con 30.000 toneladas al año, y también de remolacha, con 28.000 toneladas, además de otras 15.000 toneladas a través de la alianza con el productor lituano Jovaigé Ltd. En su conjunto, la compañía segoviana factura al año 30 millones de euros, de los que dedica el 1,5% a investigación y desarrollo, exportando el 80% a Europa y países ribereños del Mediterráneo. Sus productos pueden comprarse en prácticamente cualquier país que se pueda citar en una franja imaginaria desde Reino Unido, al oeste, hasta Israel o Turquía, con distribución a través de las principales cadenas, como Lidl, Carrefour, Alcampo, Aldi o El Corte Inglés.
Recientemente, la empresa segoviana ha puesto en marcha la Cocina de Ideas, una nueva planta piloto, con avanzada tecnología, para desarrollo de nuevas hortalizas y verduras de la quinta gama. algunas sugeridas por las grandes superficies comerciales a la vista de los gustos de la clientela.
La clave del desarrollo de la compañía, en opinión de García, empieza en el campo, donde cuenta con sus propias técnicas aplicadas desdela siembra y la elección de la semilla, hasta la recolección. El progreso de la empresa depende de que pueda procesar las hortalizas y verduras lo más frescas posible a través de una cadena de suministro que en un 75% procede de Castilla y León, y otro 25% de zonas de Extremadura y Andalucía.
Huercasa no cultiva directamente sino que contrata con un grupo de agricultores, con quienes acuerda desde el momento de la siembra el tipo de semilla, excluyendo todo tipo de cultivo transgénico. Para el director general de la firma, estos pactos “permiten al agricultor abandonar el mundo de la especulación, ya que se establece el precio y el compromiso de que le compraremos todo, independientemente del rendimiento”.
Para rematar la faena y dar publicidad a su marca, Huercasa patrocina un festival de música country en Riaza, provincia de Segovia, que aspira a ser un referente internacional como el de Nashville dentro de 20 años. En la pasada edición participaron figuras de renombre como Emmylou Harris, Rodney Crowell o Laura Cantrell. El evento es también una excusa para lo que Moracho llama “democratizar la empresa”. Desde seis meses antes de la celebración del encuentro musical, la dirección y los empleados pueden asistir dos veces al mes y en horario laboral a clases de baile de esta música popular de Estados Unidos.
IDENTIDAD PROPIA
La empresa dice que la apuesta de Moracho por asociar la música country con sus productos le ha dado a la empresa una identidad que otros rivales en Europa no tienen. Para empezar, los músicos que han participado en el festival se han convertido en "embajadores" de su marca. También ha aumentado la venta de maíz para asar en barbacoas, sobre todo en países como Alemania, Dinamarca o Reino Unido. La remolacha ha ganado espacio en los supermercados como una hortaliza más, aunque el consumo de este producto en Alemania, por ejemplo, es diez veces mayor que en España.
“La música country forma parte de la cultura de la humanidad”, subraya Moracho, mientras que en su particular decálogo de los valores del mundo rural, identifica el ritmo de estos acordes con la vida sana, la sostenibilidad, el respeto, las ansias de libertad o la solidaridad. “El futuro será más urbano, pero el medio rural seguirá teniendo vigencia, ambos han de convivir”, sentencia.
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