La política fiscal de Rajoy: bienestar al 1% más rico
La política redistributiva del Gobierno incrementa la desigualdad
Mariano Rajoy quiere comprar la voluntad de los españoles utilizando las instituciones y el Presupuesto de 2016 al prometer lo contrario de lo que ha hecho durante cuatro años. Lo más democrático es que el Gobierno y el Parlamento que surja de la voluntad de los españoles, expresada en las urnas, sean los que elaboren y aprueben dicho Presupuesto porque son los encargados de gestionarlo.
De esa forma, el Presupuesto responderá a las preferencias políticas expresadas por los españoles. De lo contrario, el Presupuesto respondería a las preferencias políticas expresadas cinco años antes, en 2011. Si Rajoy quiere que se apruebe el Presupuesto antes de acabar el año, lo lógico sería que más que adelantar el Presupuesto, adelantara las elecciones.
El adelanto en la rebaja en el IRPF que anunció Rajoy supone que el 1% de los contribuyentes más ricos (193.994) se benefician más de dicha rebaja que 14 millones de contribuyentes. Más concretamente, el mencionado 1% se ahorra de media 1.706 euros al año y los 10 millones de contribuyentes con menos rentas se ahorran de media 5 euros al año.
Sin embargo, durante toda la legislatura Rajoy ha subido los impuestos por valor de 21.000 millones de euros, que han sufragado especialmente las rentas medias y los trabajadores.
Mientras tanto, por el lado del gasto público se han producido recortes por valor de 15.000 millones, en Sanidad, Educación, protección social, dependencia y vivienda. Gasto del que se benefician de forma fundamental las rentas medias y los trabajadores. En definitiva, una transferencia de renta y de bienestar al 1% más rico. Dicho de otra manera: la política redistributiva del Gobierno incrementa la desigualdad.
Una política fiscal también irresponsable. Con un déficit público cercano al 6% y una deuda pública en torno al 100% del PIB, es una irresponsabilidad regalar 1.500 millones de euros (9.000 millones es el coste total del conjunto de la reforma fiscal anunciada por el Gobierno), fundamentalmente, a las rentas más altas, poniendo en riesgo con ello la financiación de las políticas de cohesión social.
El Gobierno ha venido desarrollando una política fiscal procíclica. Subió los impuestos en la parte baja del ciclo y ahora los baja, a las rentas más altas, cuando la economía está creciendo al 3%. Más bien el Gobierno debería aplicar una política económica que ayudara a suavizar el ciclo.
Esta rebaja de impuestos anunciada por el Gobierno supone una merma de recursos para las políticas de cohesión social financiadas por las Comunidades Autónomas. Hay que tener en cuenta que el Fondo de suficiencia autonómico aumenta de acuerdo a la evolución de los ingresos del Estado que, como consecuencia del regalo fiscal, serán menores.
Nuestro sistema tributario necesita una reforma en profundidad, no meros parches. Precisamos una reforma fiscal que haga un sistema impositivo más eficiente, más simple y más justo.
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