Casas gratis por todo el mundo
El intercambio de vivienda crece y permite ahorrar más del 50% en alojamiento
Más de medio millón de personas de todo el planeta intercambian sus casas con desconocidos para viajar. Algo bueno tendrá. Lo más evidente es la posibilidad de conocer mundo sin tener que hacer sacrificios económicos mayúsculos, de esos que le dejan a uno pagando la tarjeta de crédito el resto del año o años. A la hora de viajar, el alojamiento es lo que más cuesta, supone entre el 50% y el 58% del presupuesto total. Aquí está el ahorro; la casa sale gratis. El resto es lo que gasta cada viajero o familia en los billetes de avión, comidas y vehículo -que dicho sea de paso también se puede intercambiar-. A esto hay que añadir el coste por hacerse socio en alguna de las plataformas online que canalizan los intercambios, aunque una suscripción anual cuesta menos que una noche de hotel (entre 50 y 130 euros al año)
¿Viajar por la mitad de precio a Nueva York, una de las ciudades más caras del mundo? Suena bastante bien. “Si se puede comprar el vuelo por un precio razonable, sobre todo si se hace con antelación, alojarse después en un piso de intercambio en Manhattan no tiene por qué costar más que si nos quedáramos en casa”, advierte Violeta Díaz, representante de IntercambioCasas.com.
Hay usuarios que lo exprimen al máximo. “Por ejemplo, familias de cuatro miembros ahorran entre 4.000 y 9.000 euros cuando acuerdan un intercambio de dos meses en Nueva York. Otros socios realizan cambios con la costa española, francesa o italiana de 15 días y ahorran entre 1.800 y 3.000 euros (depende si se trata de Cannes, Benicassim o Porto Cervo)”, señala Laura Martínez Celada, cofundadora de Knok.com, red de intercambios de casa especializada en familias que crece a un ritmo del 8% al 12% anual. Hay otros socios que viajan varias veces a lo largo del año y entre Navidad, Semana Santa, verano y fines de semana, logran ahorros que pueden superar los 10.000 euros.
Franceses, estadounidenses e italianos son los más interesados en las casas españolas
Al no tener que pagar por noche es posible plantearse ciertos lujos, como vacaciones de uno o dos meses. O viajar a destinos lejanos, como Australia o Argentina, e invertir el presupuesto en el billete de avión. Las posibilidades de elección son infinitas. La mayoría de los portales tienen casas en 140 o 160 países alrededor del mundo.
Una vez superadas las reticencias naturales que supone dejar tu hogar en manos de un extraño y pensar que algo horrible pueda ocurrir, parece ser que el intercambio “crea adicción”. Así lo siente Carmen, una madrileña de 50 años que se ha alojado en más de 100 viviendas desde que se registró en el portal IntercambioCasas.com hace ocho años. En esta plataforma, con 65.000 casas, el número de intercambios crece un 17% de un año para otro y para 2015 calculan cerrar unos 140.000.
Esta forma de viajar basada en la confianza mutua y en el consumo colaborativo –que nació en los años cincuenta en los países Nórdicos de la mano de un grupo de profesores–, gana adeptos a un ritmo de vértigo. “En la última década el número de personas que intercambian su casa se ha duplicado”, cuenta Ans Lammers, de HomeForExchange.com, red que ha conseguido más de 500.000 tratos.
Europa está a la cabeza del crecimiento y América del Sur muestra resultados muy prometedores. De momento, “los destinos más demandados son Estados Unidos, España, Francia, Brasil y Reino Unido”, según Jean-Baptiste de La Mettrie, director de Intercambiodecasa.es.
Se incluyen casas de campo, pisos, barcos, granjas o mansiones
Franceses, norteamericanos e italianos son los más interesados en conseguir inmuebles en España, según Díez. No tendrán mayores problemas. “Nuestro país es el tercero en número de casas disponibles (entre 60.000 y 85.000 en total) y el quinto en cuanto a porcentaje de población que intercambia”, calculan en knok.com, red que tiene 35.000 viviendas, de las que unas 3.200 están en nuestro país.
A los españoles les gusta visitar ciudades europeas en Navidad y Semana Santa, pero optan por Estados Unidos, Australia, Japón o Argentina durante el verano. Las ciudades preferidas son Nueva York, París, Londres, Roma y Ámsterdam, entre otras muchas.
España ha dado pasos de gigante. “En 2006 había unas 200 personas registradas en el portal en inglés y las casas estaban en la costa. Eran de veraneo y muchas pertenecían a extranjeros. Al año y medio ya disponíamos de unas mil casas y actualmente hay 3.900 repartidas en todas las comunidades españolas”, explica la representante de IntercambioCasas.com.
Ahora bien, es Francia el país donde más viviendas se ofertan. No pasa lo mismo en Alemania. “Mientras que en Francia tenemos más de 3.000 miembros, en Alemania solo 200. El intercambio de casa parece ser una cuestión cultural y a los alemanes no les gusta compartir con extraños”, dice Lammer.
>Los usuarios se acercan a esta fórmula por el precio. Pero repiten por otros motivos: vivir de la misma forma que la población local, conocer gente nueva, tener una casa con más espacio que un hotel y más privacidad, residir en un barrio tradicional y descubrir la cultura del país más a fondo.
Se ceden todo tipo de alojamientos, desde casas grandes con jardín y piscina, apartamentos en la playa y estudios en el centro de una gran capital, hasta granjas, casas de campo, cabañas en los árboles, casas-barco y caravanas. También hay mansiones. Un 69% de los alojamientos es vivienda habitual y el resto son segundas residencias, apuntan en Knok.
A diferencia de lo que se pueda pensar no son los jóvenes aventureros los que más hacen uso de estas redes, sino familias con hijos, parejas de mediana edad, jubilados (las que más flexibilidad tienen) y personas que viajan solas.
Sincronizar agendas
El intercambio dura lo que acuerden sus propietarios. Lo habitual son de dos a cuatro semanas, aunque puede ser un día, un fin de semana, tres meses o incluso un año. Ahora bien, hay que ponerse de acuerdo y sincronizar agendas. En esto reside uno de los principales escollos, aunque algunas plataformas han creado fórmulas flexibles, como Knok o la starp up My Twin Place. Por cada día que se deja la casa a otra familia se acumulan puntos en noches de alojamiento gratis para usar donde quieran y cuando quieran. El otro escollo son los posibles desperfectos en el inmueble. En este caso, se recurre al seguro multirriesgo del hogar, aunque algunas redes, como Intercambiodecasa.es, ofrecen un seguro de alojamiento específico opcional por 50 euros.
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