Las enmiendas al tratado UE - EEUU que silenciaron a la Eurocámara
La suspensión de la votación en la Eurocámara sobre el TTIP ha salvado las negociaciones
La suspensión de última hora de la votación sobre la posición política de la Eurocámara hacia el tratado comercial y de inversión entre la UE y EE UU (TTIP, por sus siglas en inglés) ha salvado su propia existencia. Había más de 200, pero bastaron tan solo cuatro enmiendas —26, 27, 115 y 116— al polémico tribunal de arbitraje (ISDS, por sus siglas en inglés) para parar en seco la votación de la primera posición política sobre el tratado del Parlamento Europeo. Ahora los miembros del comité de comercio internacional tendrán que rebajar el tono entre las diferentes familias políticas y retomar, probablemente en julio, según una alta fuente de la Eurocámara, la lucha por encontrar una posición firme y consensuada sobre el TTIP.
Lo que pasó el martes, según fuentes directas y con presencia en la votación, es que varios grupos estaban dispuestos a lanzar un órdago y ejercer el llamado key vote (voto clave). Es decir, votar en contra de toda la resolución si no se apoyaba la enmienda presentada por ellos mismos. En vista del peligro que esto entrañaba para la marcha de las negociaciones entre Bruselas y Washington, la Eurocámara decidió paralizar la votación y así, paradójicamente, salvar el TTIP.
Los frenos a la votación
La propuesta sobre el ISDS que se iba a votar este miércoles abogaba por un mecanismo permanente para resolver las diferencias entre los inversores y los Estados que esté "sujeta a los principios y el control democráticos, en la que los posibles asuntos sean tratados de forma transparente por jueces profesionales, independientes y designados públicamente en audiencias públicas, y que incluya un mecanismo de apelación en el que se garantice la coherencia de las decisiones judiciales y se respete la jurisdicción de los tribunales de la UE y de los Estados miembros".
Populares, más cercanos a una modificación del ISDS
Los Populares, en su enmienda 26, quisieron resaltar que el mecanismo de arbitraje debía ser "diferente del antiguo mecanismo de resolución de litigios entre inversores y Estados". Es decir, el ISDS. Aunque no explican qué es exactamente lo que piden.
Socialistas, divididos ante el tribunal de arbitraje
Los socialistas quisieron, sin embargo, ser más extensos e incluyeron tres enmiendas (115 y 116, los más suaves y 27, los más críticos) al ISDS. Los primeros rechazaban el ISDS explicando que "no se recurrirá al arbitraje privado del mecanismo de resolución de diferencias entre los inversores y los Estados".
Los más críticos con un sistema de arbitraje supranacional como los franceses, los británicos y los holandeses explicaban en su propia enmienda (la 27) que hay que "oponerse a la inclusión de un mecanismo de resolución de litigios entre inversores y Estados en el TTIP, puesto que existen otras opciones para aplicar la protección de las inversiones". En esta posición se encuentran también los Verdes y la izquierda europea.
Además, la propuesta de resolución (redactada por el socialista Bernd Lange) sugería la creación de una Corte Internacional: "La herramienta más adecuada para abordar las controversias en materia de inversiones podría ser un Tribunal Internacional de Inversión de carácter público". La rama más proclive de los socialistas a eliminar cualquier forma de arbitraje —que según fuentes del grupo representaría el 33% del total— lo enmendaron y sugirieron el "será", en lugar del "podría ser".
Tanto socialistas como populares rechazan el ISDS como se conocía anteriormente y el matiz es tan sutil, que muchos diputados de la comisión de comercio internacional —que ahora está obligada a emitir una nueva recomendación consensuada para llevarla al Pleno de Estrasburgo (Francia)— auguran un debate "muy intenso. Y muy largo".
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