Cómo sacar partido a la Bolsa japonesa
El mercado de acciones de Tokio sube un 17%, pero los expertos siguen viendo potencial
Japón está siendo una de las sorpresas de la temporada. El índice bursátil local, el Nikkei, se revaloriza un 17% en lo que va de año en moneda local, y un 25% en euros. La política monetaria expansiva de su banco central está dando alas a las cotizaciones de las empresas y dando con ello una alegría a los inversores españoles que apostaron por este mercado. La mejor forma de tener exposición a Japón es a través de los fondos. Y según Morningstar, los datos son llamativos entre los vehículos especializados en las acciones niponas. En los últimos 12 meses, Foncaixa Bolsa Selección Japón Premium, por ejemplo, acumula una revalorización del 46,35% (un 29,24% desde principios de año); BBVA Bolsa Japón, del 44,82% (26,24% desde enero); GVC Gaesco Japón, del 44,81% (25,43%); Santander Selección RV Japón, del 43,8% (26,46%); Renta 4 Japón, del 41,45% (28,76%)…
La mejor forma para el inversor español de tener exposición es a través de fondos
No hay experto que olvide hacer la precisión de que “rentabilidades del pasado no son en absoluto garantía de rendimientos de futuro”, pero también es cierto es que una inmensa mayoría de ellos sigue viendo a la Bolsa japonesa con “buenos ojos”. Por primera vez en años, se le concede “el beneficio de la duda”. Dean Cashman, gestor del M&G Japan Fund, lo deja claro: “las durante tanto tiempo arraigadas opiniones negativas sobre Japón han empezado a cambiar. Se perfila ya como una buena oportunidad de inversión”.
Para el 75% de los analistas de Japón consultados por Fidelity en su última encuesta los accionistas locales obtendrán mayores rentabilidades este año, no solo porque las empresas están mejorando su eficiencia en el uso del capital sino también porque “tienen previsto incrementar el importe de sus dividendos”. Para Simon Webber, gestor principal de carteras de renta variable mundial de Schroders, el hecho de las empresas japonesas estén dejando de amasar el excedente de efectivo para empezar a distribuirlo es un motivo claro para “despertar el interés de los inversores centrados en la percepción de rentas periódicas en el país”.
Un atractivo adicional es que las compañías están mejorando su dividendo
No parece ser una cuestión únicamente de capital o dividendos. “El principal atractivo de la renta variable japonesa es que las valoraciones no son caras respecto al resto del mundo”, asegura Javier Alonso, responsable de selección de fondos de renta variable de Abante. “Si bien es cierto que la valoración de esta Bolsa ha ido aumentando en los dos últimos años, también lo es que aún está por debajo de su media histórica, lo que es, sin duda, un atractivo para la inversión”, añade Ichiro Kosuge, gestor de Goldman Sachs Japan. Desde UBP, Cédric Le Berre, especialista en inversión, hace hincapié en esta idea: “la renta variable japonesa no se ha beneficiado del rally alcista que empezó en 2009 con la misma intensidad que la renta variable americana o europea. Es atractiva y está infravalorada por lo que el índice local tiene potencial para recuperar los niveles de 2007 en los dos próximos años”.
Aitor Jauregui, jefe de ventas de iShares Iberia, añade además que “Japón se ha convertido en el principal mercado en rivalizar con las políticas monetarias agresivas acometidas por el BCE. Asimismo, el anuncio por parte del fondo público de pensiones (GPIF) de incrementar su asignación a renta variable local y la réplica por parte de los fondos de pensiones privados, provocará flujos masivos que favorecen un excelente comportamiento del mercado”.
El contexto es positivo, pero no exento de riesgos como el elevado endeudamiento
El escenario es optimista, pero no está exento de riesgos. Para Víctor Alvargonzález, director de Inversiones de Tressis, no hay duda: el mercado de valores japonés seguirá ofreciendo una alta rentabilidad “al menos a corto y medio plazo, pero sólo para inversores dispuestos a asumir riesgos ... y que si fuera necesario no les tiemble la mano a la hora de vender”. La razón por la que justifica esta precaución es que no están muy claras las consecuencias que tendrán los motores que están alentando esta subida. Uno de los motores —explica Alvargonzález— es sano: las reformas para dinamizar la economía; otro es artificial, pero funciona a corto plazo: imprimir moneda para que el exceso de oferta haga caer el precio de la misma y otro es directamente tóxico: endeudarse hasta niveles desconocidos. Desde su punto de vista, por muy Japón que sea, un país no puede endeudarse ad infinitum para estimular su economía. De ahí que, salvo que el exceso de deuda y la emisión de dinero vayan acompañados de reformas muy fuertes —no es fácil en un país tan apegado a las tradiciones— seguirá la fiesta, pero “acabará mal”.
Dudas también de Philippe Waechter, el economista jefe de Natixis AM, que señala que “aunque aún quedan ganancias por generarse en el mercado de valores nipón, debemos ser escépticos a largo plazo a la espera de que la economía japonesa mejore su productividad”.
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