Draghi defiende los sobrecostes de la nueva sede del BCE

El presidente del Banco Central Europeo (BCE) ha defendido en una carta a un eurodiputado el coste final de la nueva sede del organismo, de 1.300 millones de euros. Mario Draghi defiende que el proceso ha sido competitivo, considera que los sobrecostes estaban justificados y cree que no se debe comparar esa cifra con los 500 millones en que se cifró inicialmente el coste de construcción del edificio.

Draghi contesta una pregunta del eurodiputado portugués Miguel Viegas, de Izquierda Unitaria. El presidente del BCE empieza subrayando que todas las licitaciones para las nuevas instalaciones se adjudicaron tras un proceso competitivo a escala europea en el que el criterio decisivo fue la mejor relación calidad precio.

La cifra de 500 millones publicada por el BCE en su informe anual de 2005, señala Draghi, se refería solo a los costes construcción en precios constantes del año 2005, pero ya entonces el montante de la inversión total se cifraba en 850 millones de euros a precios de 2005.

Según Draghi, la inversión total incluía no solo los costes de construcción sino también los de compra y restauración del Grossmarkthalle, el antiguo mercado mayorista que se integra en las nuevas instalaciones, el del proyecto, decoración, mobiliario, etcétera, que según Draghi se estimaron con la metodología estándar para este tipo de proyectos.

Imprevistos

Draghi recuerda que en septiembre de 2012, una vez hubieron acabado la mayor parte de los trabajos estructurales, el BCE publicó una estimación de todos los costes del proyecto de nueva sede, cifrándolos entre 1.150 y 1.200 millones, lo que incluía 200 millones de incremento de costes de materiales y de construcción desde 2005 a 2014. Según Draghi, esos sobrecostes de 200 millones, un 24%, ya se esperaban en 2005, pero no se incluyeron en la estimación de entonces porque se formuló a precios constantes.

Los otros 100-150 millones de costes adicionales previstos en septiembre de 2012 correspondían a diversos imprevistos, principalmente dos. Primero, que el sistema de adjudicación a un contratista general previsto inicialmente no dio buenos resultados y se cambió a un modelo de contratación diferente. Y segundo, que el Grossmarkthalle, un gran edificio industrial de 1928, presentaba una serie de deficiencias que no se detectaron en la revisión previa a su adquisición. Las deficiencias afectaron a los cimientos, la cubierta y el hormigón, lo que obligó a acometer trabajos adicionales no previstos inicialmente.

Cuando llegó el momento del traslado, en noviembre de 2014, el coste había subido aproximadamente otro 10%, hasta unos 1.300 millones. Draghi lo justifica con los mismos argumentos del mayor coste de materiales y construcción por el tiempo transcurrido desde 2005 (que eleva a 220 millones), por las estructuras del Grossmarkthalle, y además en que la capacidad de la nueva sede se incrementó de 2.300 a 2.900 personas. "Esta ampliación se hizo necesaria por el sustancial aumento delas funciones del BCE, incluida la supervisión bancaria, que también ha exigido más personal en tareas generales de apoyo, parte del cual está situado en las nuevas instalaciones", se justifica Draghi.

Las cifras a comparar, según el presidente del BCE, son 1.070 millones (850 millones de proyecto original más 220 millones de ajustes por inflación desde 2005) con 1.300 millones de estimación actual, tras hacer frente a un proyecto complejo y aumentar la capacidad en 600 personas.

Al final, concluye Draghi, el BCE cumplió con el plan de trasladar a su personal en 2014 tras completar un complejo proyecto que ha incluido la renovación de un edificio catalogado, la limpieza de suelo industrial contaminado y un aumento de la capacidad del edificio.