Italia recorta sus previsiones de 2014 drásticamente con una caída del 0,3%
El frenazo de la eurozona y el retroceso de la demanda interna explican la revisión
Italia cerrará el año en recesión. Según las nuevas proyecciones publicadas por el Instituto de Estadística de Italia (Istat), el Producto Interior Bruto (PIB) se reducirá un 0,3% en 2014 y en 2015 volverá a subir en un 0,5% —la mitad que en su anterior pronóstico—. Este crecimiento se consolidará en 2016, cuando alcanzará el 1%. El Istat corrige así a la baja las previsiones del Ejecutivo de Matteo Renzi, que había calculado un aumento del 0,6% en 2015.
Según los técnicos del instituto de estadística, las medidas puestas en marcha por el Gobierno tendrán un "efecto nulo" en 2015 y en 2016. Por un lado, el complemento salarial de 80 euros que el Ejecutivo ha aprobado para quienes tengan un sueldo inferior a los 1.500 euros estimulará los consumos. Pero este aumento se anulará si el Gobierno no impedirá la subida automática del IVA previsto para 2016. Además, aunque en 2014 hayan vuelto a subir los gastos de las familias italianas, este incremento se debe solo a una disminución de la propensión a ahorrar.
La drástica revisión a la baja de las expectativas de crecimiento del país transalpino para 2014 se explica también por la debilidad de la expansión prevista para la Zona euro, así como por la caída prevista de la demanda doméstica italiana —que restará tres décimas— mientras la demanda externa aportará apenas una décima al crecimiento.
El Istat calcula que la tasa de paro se situará al cierre de este ejercicio en el 12,5%. No obstante, prevé que cuando Italia salga de la recesión en 2015 el paro disminuya en un 0,1%. En 2016, la tercera economía de la Zona euro crecerá a un ritmo del 1%, la tasa de paro bajará al 12,1%.
El PIB italiano se contrajo un 0,2% en el segundo trimestre respecto al anterior, cuando ya había descendido un 0,1%. Con dos trimestres consecutivos a la baja, Italia volvió en junio a estar, técnicamente, en recesión.
La Comisión Europea elevó el pasado marzo su presión sobre Italia y Francia, que han pasado por la crisis sin aprobar medidas de calado. Bruselas incluyó al país transalpino en el grupo de los desequilibrios económicos excesivos y le reclamó “acciones políticas urgentes”.
La semana pasada, sin embargo, la Comisión decidió que no devolverá los proyectos presupuestarios a Italia (y también Francia) después de que el Gobierno de Matteo Renzi aceptara finalmente recortes adicionales en sus cuentas públicas. Italia corrigió su presupuesto, elevando los recortes del 0,1% al 0,3% de su déficit estructural, mientras que Francia informó de un recorte adicional de 3.600 millones de euros, el 0,002% del PIB galo y apenas tres décimas de esfuerzo estructural para atajar su déficit.
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