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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Menos morosidad bancaria

La entrada de créditos en mora registra una importante contención, del 50%, desde inicios de año

Desde el inicio de la crisis, el seguimiento de los créditos dudosos en el sistema bancario, tanto en millones de euros como en tasa de morosidad (relativa al saldo vivo de créditos) se ha erigido en el principal indicador sobre la salud de dicho sistema. Desde esa perspectiva, no cabe duda de que los datos publicados esta semana por el Banco de España sobre créditos dudosos a junio apunta en la buena dirección, en la medida en que el saldo de dudosos y la tasa de morosidad continúan la senda descendente que registran desde febrero. Concretamente, en los seis primeros meses del año se ha reducido en más de 11.000 millones de euros el saldo de créditos dudosos de las entidades de depósito, desde los 192.000 millones con que cerraba 2013. La tasa de mora se ha reducido desde su máximo del 13,8% al 13,2%.

 En la evolución del saldo de dudosos merece la pena diferenciar entre el efecto derivado de nuevas entradas en mora y salidas, y en este segundo caso distinguir entre las salidas “buenas” (recuperaciones de créditos dudosos) y las “malas” (pase a fallidos y a adjudicados). Aunque no conocemos los datos para el conjunto del sistema, una extrapolación de aquellas entidades que han publicado sus datos desagregados nos permite extraer conclusiones. La entrada de créditos en mora muestra una importante contención desde inicio de año, hasta ritmos en torno al 50% de la que tenía lugar el pasado año. Además, se produce una evolución constante de las salidas de mora, sobre todo en las recuperaciones, al tiempo que el pase a fallidos mantiene su ritmo natural. Es esa mezcla de componentes la que permite afirmar que lo peor de la morosidad ya ha pasado.

La tasa de morosidad sufrió importantes oscilaciones, no exentas de falta de credibilidad, en los primeros años de la crisis, así como por los vaivenes derivados de varios reales decretos o circulares del Banco de España que obligaban a masivos traspasos de créditos considerados normales a una situación de dudosidad. Incluso en los meses finales de 2013 el anuncio de las pruebas de estrés que se llevarán a cabo durante 2014, tomando como base los balances de cierre de 2013, pudo generar algunos movimientos espasmódicos de reclasificación de activos, con efectos sobre la tasa de morosidad.

De hecho, la evolución “natural” de la tasa de mora podría verse alterada en los próximos meses si, con la finalización del ejercicio de evaluación en marcha, se produjesen nuevas reclasificaciones de activos desde una situación normal a dudosa. En todo caso, serían movimientos puntuales y no deberían alterar una dinámica que, aunque de forma lenta, probablemente continúe registrando mejoras en la tasa de morosidad, y con ello abrir la puerta a la verdadera “prueba del algodón” de la normalización bancaria, que no es otra que un flujo positivo de concesión de crédito.

Ángel Berges y Sergio González son profesores de AFI- Escuela de Finanzas.

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