El sindicato chino, aún lejos de representar los intereses de los trabajadores

China cuenta con el sindicato con más afiliados del mundo, pero su vinculación directa con el Partido Comunista le ha convertido más en un aparato del Estado y menos en una organización eficaz que luche por los derechos laborales de los cientos de millones de trabajadores de la potencia asiática.
La Federación Nacional de Sindicatos de China (ACFTU, en sus siglas en inglés) cuenta con 280 millones de afiliados, según datos de mediados de 2013, y su razón de ser es "unir el Partido Comunista de China y los trabajadores, ejercer como apoyo social importante para el poder político del país y representar los intereses de los empleados".
La ACFTU ha mantenido siempre el monopolio de la representación de los trabajadores en el país, y cualquier intento de establecer sindicatos independientes al binomio Estado-Partido han sido prohibidos.
La relación es tan evidente que el líder del sindicato, Li Jianguo, es uno de los 25 miembros del Politburó, el segundo órgano de decisión más importante del PCCh tras el Comité Permanente.
En las primeras décadas tras la fundación de la República Popular China, la asociación desempeñó perfectamente su papel de canal de transmisión entre el Partido y el pueblo, pero a partir de la apertura económica del gigante asiático en los 70 -que trajo la explotación laboral en varias zonas del país y la consecuente escalada de las protestas y huelgas- la institución no ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos que corren en China.
Desde "China Labor Watch", una organización que lucha por los derechos de los trabajadores chinos desde el extranjero, aseguraron a Efe que "la ACFTU es principalmente una organización del Partido Comunista en lugar de una organización de los trabajadores".
Así, señalan que el sindicato único "tiene muchas restricciones debido a la influencia de los políticos locales en él, que a su vez tienen intereses en las empresas" y que a menudo la sección sindical está liderada por un gerente de la compañía, por lo cual "no puede representar a los trabajadores en caso de disputas".
Las principales demandas de los trabajadores chinos se basan en el impago de sus sueldos, la seguridad laboral y las pocas compensaciones por los accidentes, aunque las peticiones recientemente se han dirigido también a conseguir mejoras de las condiciones de trabajo.
De hecho, y a pesar del aumento significativo de los conflictos laborales en China -hasta las cifras oficiales apuntan a ello-, el ACFTU sólo refleja, en su página web, aquellos casos de trabajadores que mostraron un comportamiento ejemplar o la solución de leves disputas, pero no sobre las grandes huelgas.
Efe contactó varias veces con la organización para conocer su opinión al respecto, pero ninguno de los departamentos del sindicato quiso hacer declaraciones.
A pesar de reconocer la poca efectividad real del sindicato, "China Labor Bulletin", otra organización de defensa de los derechos laborales con base en Hong Kong, considera que hay algunos funcionarios dentro del sindicato que sí se preocupan por los derechos e intereses de los trabajadores.
De hecho, apuntan a que la organización se encuentra ante la disyuntiva de suavizar al máximo posible los conflictos laborales existentes por su vinculación directa con el mundo empresarial o recoger y defender las demandas de los trabajadores, que desde abajo cada vez más ponen más presión a la ACFTU para que haga un mejor trabajo.
Si bien es cierto que recientemente se han implementado reformas, como intentos para que los trabajadores elijan directamente a los representantes del comité de empresa, su aplicación es aún de dudoso cumplimiento y en áreas muy limitadas.
"Hasta que los trabajadores no tengan una organización eficaz y que les represente de verdad, la defensa de los derechos laborales en China siempre será deficiente", sentencian las organizaciones de defensa de los trabajadores.
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