La prensa británica pierde su batalla legal en defensa de su estatuto
La prensa escrita británica perdió hoy su batalla legal para obligar al Gobierno a reconsiderar su propuesta de estatuto regulador, que ha sido rechazado en favor de otro auspiciado por los partidos políticos del país.
La Corte de Apelación desestimó la petición de los periódicos de que se revisara esa negativa, en línea con una decisión anterior del Tribunal Superior, al considerar que el proceso que se siguió fue el adecuado.
El abogado de Pressbof -que agrupa a los rotativos-, Richard Gordon, argumentó al solicitar la revisión que este organismo no fue informado con detalle de los requisitos que debía reunir su estatuto para que fuera aceptado en lugar del oficial.
Sin embargo, el juez valoró hoy que esos criterios debieron ser "obvios", pues emanan de las recomendaciones que hizo el juez Brian Leveson al investigar las prácticas y la ética de la prensa tras el escándalo de las escuchas ilegales que se practicaban para obtener exclusivas.
Leveson aconsejó crear un estatuto amparado por una legislación que permitiera a la prensa autorregularse bajo la supervisión de un panel independiente de expertos, lo que sustituiría a la obsoleta y muy criticada Comisión de quejas a la prensa (PCC, en inglés).
Los tres principales partidos políticos -conservadores y liberaldemócratas, en el Gobierno, y laboristas- acordaron entonces un estatuto que ha recibido ya sanción real, pero que los periódicos se niegan a aceptar porque, al enmarcarse en una ley, consideran que abre las puertas a la intromisión política y coartará la libertad de información.
Aparte del litigio que acaba de perder, Pressbof inició otro precisamente para impedir la imposición de este estatuto oficial, si bien hoy dijo que en los próximos siete días decidirá si lo mantiene o lo retira.
Los periódicos han puesto en marcha además la llamada Organización de estándares de la prensa (Ipso) para dirimir quejas en sustitución de la antigua PCC, y ha nombrado como presidente al juez Alan Moses, pero los grupos de víctimas de las escuchas no reconocen al organismo.
El director de Hacked Off (que representa a damnificados como Hugh Grant o Siena Miller), Brian Cathcart, dijo que el nombramiento del presidente "no cambia nada" pues el organismo es "defectuoso" al ser heredero del anterior, que estaba dominado por los directores de los grandes periódicos.
El escándalo de las escuchas, en que periodistas pinchaban buzones de móvil de famosos y ciudadanos corrientes para obtener información, llevó al cierre en abril de 2011 del histórico "News of the world", del grupo Murdoch, tras la detención de multitud de empleados que actualmente son procesados.
El caso llevó al primer ministro, David Cameron, a ordenar una investigación judicial al margen de la policial, de la que salió la recomendación de reforzar la regulación de la prensa escrita, que a diferencia de la radiotelevisión no cuenta con un marco regulador amparado por ley.
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