EE.UU. condicionó el negocio de Petrobras a no entrar en Ecuador, según WikiLeaks
El Gobierno de Estados Unidos condicionó en 2006 el aval para la venta de una refinería en Texas a Petrobras a que la petrolera estatal brasileña se comprometiera a no ocupar el lugar dejado por compañías estadounidenses en Ecuador, según documentos filtrados por Wikileaks y difundidos hoy por la prensa.
La adquisición de la refinería Pasadena Refining Systems (PRS) es investigada actualmente por la Policía Federal, el Tribunal de Cuentas de la Unión y el Ministerio Público (Fiscalía) de Brasil debido a que, según documentos filtrados a la prensa, el acuerdo incluyó cláusulas que causaron perjuicios millonarios a Petrobras.
Según documentos de Wikileaks publicados por el diario O Estado de Sao Paulo, Estados Unidos envió en 2006 varias misiones a Brasil con el propósito de entrevistarse con representantes del Gobierno y de Petrobras para entender la posición de la compañía en la región y su competencia con las petroleras estadounidenses.
En los encuentros, según documentos de la embajada de EE.UU. en Brasilia a los que tuvo acceso Wikileaks, Washington condicionó la aprobación de la venta de la refinería de Texas a garantías de que Petrobras "no tiene interés en asumir los activos de Occidental Petroleum's Ecuador" tras la renegociación de las regalías del petróleo llevada a cabo por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa.
"La misión recibió garantías de forma repetida y de manera más destacada durante la visita en junio de 2006 del secretario de Comercio (de Estados Unidos, Carlos) Gutiérrez a la ministra de la Casa Civil (Presidencia), Dilma Rousseff", en la época también presidenta del Consejo de Administración de Petrobras, apuntó el informe.
"Ante esas garantías, ofrecidas a nivel ministerial, se cree que el caso Occidental no debe ser un obstáculo para la propuesta de Petrobras de adquirir el 50 % de la PRS. No creemos que la adquisición de la PRS por parte de Petrobras signifique un riesgo para la la seguridad nacional", agrega el documento diplomático.
El documento señala que enviados del Gobierno estadounidense se entrevistaron, también en mayo de 2006, en Río de Janeiro, con el entonces director internacional de Petrobras, Néstor Cerveró, responsable de negociar la compra de la refinería.
"Sería una mala política para Petrobras minar su relación con la Occidental asumiendo sus activos en Ecuador", dijo a sus interlocutores Cerveró, según señala el informe.
En septiembre de 2006, el entonces presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli, se reunió con integrantes de una misión en la Embajada estadounidense y explicó que la intención de la petrolera en sus negocios en EE.UU.era elevar la producción diaria de 2,4 millones de barriles a 4,5 millones en 2011.
En 2008, según el informe, el embajador estadounidense de la época, Clifford Sobel, fue informado por otro director internacional de Petrobras, Jorge Luiz Zelada, de que la empresa invertiría 5.000 millones de dólares en Estados Unidos y que entre sus planes figuraba adquirir el 50 % restante de la PRS.
Según la investigación que se lleva a cabo en Brasil, en 2006 Petrobras pagó 360 millones de dólares por la mitad del capital de la refinería, que un año antes había sido adquirida en su totalidad por 42,5 millones de dólares por la firma belga Astro Oil.
Esa empresa retuvo su participación del 50 %, pero posteriormente Petrobras fue forzada a desembolsar otros 820 millones de dólares para comprar la otra mitad a Astro Oil, debido a una cláusula en el contrato que le obligaba a ello.
La operación fue autorizada en 2006 por los miembros del Consejo de Administración de Petrobras, que dirigía entonces la actual jefa de Estado, Rousseff.
En un comunicado difundido en marzo, Rousseff admitió que la compra de la refinería en Pasadena fue autorizada debido a que el Consejo de Administración de Petrobras recibió "informaciones incompletas" de un laudo "técnica y jurídicamente equivocado".
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