Aplicaciones para científicos

Rafael Berjillos Morente es el gerente de Tharsis Technology, una spin off nacida en la Universidad de Huelva y que hoy diseña desde sistemas mecánicos y estructuras en 3D hasta instrumentación científica enfocada a aceleradores de partículas. No en vano, entre las metas de la compañía, “que esperamos ver cumplidas a medio plazo”, está conseguir proyectos en el CERN (organización europea de investigación nuclear) de Suiza. Además, la compañía está directamente implicada en la construcción de un acelerador de partículas en la propia universidad onubense, “un tema que está algo parado por la crisis, pero esperamos poder retomarlo muy pronto”, dice Berjillos.

Rafael enumera diversos ejemplos de lo que es el trabajo de esta firma tecnológica cuando, para sintetizar a lo que se dedica Tharsis Technology, suelta un palabro nacido en la propia empresa: productorización. Según explica el emprendedor, el término alude al hecho de que una empresa “ofrezca su capacidad productiva, tecnológica e intelectual para diseñar y prestar servicios no como un producto físico, sino como un diseño o una idea. A partir de aquí, trataremos de sacar productos adaptables a conjuntos de detectores y aplicables a otros usos. Queremos hacer productos que, en un máximo porcentaje, sean reutilizables”.

Con este modelo de negocio, la compañía ha conseguido colocar su tecnología en dos proyectos desarrollados en Francia. “Para el Gran Acelerador Nacional de Iones de GANIL, un laboratorio para experimentos en física nuclear construido cerca de Caen. Y también hemos firmado un contrato en Orsay, donde la empresa ha montado un telescopio de detectores de silicio”, explica. En Orsay, Tharsis Technology ha trabajado en colaboración con el grupo Estructura de la Materia de la Universidad de Huelva. “Fue un proyecto para estudiar qué tipo de partículas se producen en determinadas reacciones”.

Rafael Berjillos empezó a trabajar en la universidad en 2006. Cuatro años después, Tharsis Technology echó a andar. “Durante cuatro años, yo viajé mucho y tuve la oportunidad de visitar diversas instalaciones, trabajar con diferentes grupos multidisciplinares por toda Europa. Además, pude conocer muchos ejemplos de empresas que habían nacido a partir de la transferencia de tecnología al mercado desde grupos de investigación universitarios. Nosotros, que habíamos desarrollado electrónica y sistemas mecánicos aplicables, entre otras cosas, a aceleradores de partículas, podíamos hacer lo mismo”.

Y lo hicieron. Aunque no fue fácil. “Aparte de que hubo muchas noches sin dormir, nos encontramos con que en España apenas hay mercado para nuestros productos”, dice Berjillos. Sin embargo, las mayores dificultades para Tharsis Technology vinieron al tener que cambiar su filosofía de trabajo. “Cuando llevas trabajando varios años en la universidad, no tienes en cuenta ni los números ni el riesgo de errar en experimentos, diseños… Tú vas a hacer un diseño y no piensas que esa aplicación la vas a poder utilizar pasado el tiempo en otro experimento. Cuando estás en una empresa, tienes que trabajar pensando en que todo lo que hagas sea útil para el desarrollo de aplicaciones de interés para el mercado. Tienes que mentalizarte… y eso lleva su tiempo”.

Proyecto a proyecto, éxito a éxito, Tharsis Technology, que facturó 500.000 euros en 2013, fue haciéndose con un nombre. “En nuestro negocio es esencial tener referencias para que confíen en ti”. También para conseguir financiación. “Entrar en el Proyecto CAMPUS —un programa de la Junta de Andalucía para fomentar la creación de empresas de base tecnológica— fue muy importante para nosotros, puesto que nos permitió invertir en la contratación de material y compra de tecnología”. Y así es como esta empresa fue creciendo a partir de una idea que siempre había estado en la mente de su creador. “Una vez que uno se forma y adquiere experiencia, es casi algo natural desarrollar un proyecto empresarial”, zanja Berjillos.