Pistas para salir de rebajas por Europa
Los analistas aconsejan una estrategia basada en valores concretos más que en países
La renta variable europea es una de las apuestas más claras de los gestores para 2014. Las principales Bolsas del Viejo Continente (París, Fráncfort o Londres) llevan varios años seguidos de subidas, y las plazas de los países de la periferia (Madrid, Lisboa, Dublín o Atenas) despertaron en 2013 con fuertes alzas. A pesar de estos precedentes, los analistas siguen viendo potencial en las acciones europeas. Eso sí, aconsejan una gestión activa, basada en la selección de valores para configurar una cartera diversificada más que una apuesta por países o sectores concretos.
“Tras el pesimismo macroeconómico de los últimos años, no sorprende que las acciones europeas sigan bajo un halo de escepticismo”, reconocen los expertos de Fidelity en un reciente informe. “Este escepticismo constituye, no obstante, una oportunidad para los inversores: las valoraciones son atractivas con respecto a otros mercados y han aparecido señales alentadoras de mejoría económica, a pesar de los ampliamente documentados desafíos estructurales”, añaden desde la gestora de fondos estadounidense.
La idea más importante, según Fidelity, es que invertir en Europa es invertir en empresas, no en países: “Sobre esta base, existen varios argumentos atractivos para comprar acciones de empresas europeas, dado que el Continente alberga muchos líderes mundiales que se benefician de sólidos fundamentales, como mercados con crecimiento estructural, marcas sólidas, balances saneados y amplia exposición internacional”.
Fidelity destaca la atractiva rentabilidad por dividendo de los grupos europeos
Javier Galán, gestor de fondos de Renta 4, comparte este tipo de aproximación al mercado europeo. “Los índices nacionales no son homogéneos. Por ejemplo, hay países como España donde el peso del sector financiero es muy elevado. Es preferible buscar una mayor diversificación a través de apuestas sectoriales y sobre todo de la selección de valores que cumplan una serie de criterios”, explica. Galán compone su cartera de compañías basándose en dos estrategias. Por un lado elige empresas que ofrezcan “crecimiento defensivo”, es decir, aquellas con alzas sostenidas de ventas y beneficios, y cuyo negocio no dependa excesivamente del ciclo económico. En este grupo entrarían valores como Swatch, Heineken o farmacéuticas como Roche, Novartis y Sanofi. También busca empresas en reestructuración o con potencial para dar un salto de tamaño como Ericsson, Michelin, Galp y British Gas.
En el caso de Self Bank tienen una cartera dinámica compuesta por 20 valores europeos que pasan varios filtros como tener una atractiva valoración, un negocio diversificado o una buena valoración crediticia, entre otros requisitos. “Componen esta cartera compañías como ING, LVHM, Total, Phillips, Gas de France-Suez, Vinci y Sanofi, entre otras”, explica Julián Lirola, analista de Self Bank.
Los expertos de Fidelity encuentran cinco factores clave para apostar por la renta variable europea. En primer lugar, las empresas “están avaladas” por una “sólida” trayectoria e incremento de los beneficios a pesar de la debilidad del crecimiento económico. “Un factor generalmente fiable a la hora de determinar la evolución bursátil es la creación de valor, y la buena noticia es que muchas empresas europeas han sobresalido en este ámbito a pesar de las difíciles condiciones económicas de los últimos años”, dice Paras Anand, responsable de renta variable europea de Fidelity. Como ejemplos de capacidad para proteger los márgenes en un entorno tan adverso citan los casos de compañías como Audi, Volkswagen, Hermes, Nestlé e Inditex.
El segundo factor de peso para Fidelity es que las perspectivas de crecimiento de los beneficios y la inversión empresarial “están mejorando”. En este sentido, el banco de inversión Goldman Sachs predice un crecimiento de las ganancias corporativas del 14% para los componentes del índice Stoxx 600 en 2014.
Asimismo, Fidelity destaca que las valoraciones relativas de las cotizaciones se encuentran actualmente en niveles “atractivos”. Europa, según estos expertos, cotiza con un PER [ratio que mide el número de veces que los beneficios están recogidos en la cotización] “considerablemente menor que los mercados de Estados Unidos y Japón”, tanto por beneficios registrados como por beneficios previstos. El ratio PER puede ser un indicador problemático ya que puede registrar mediciones sesgadas de las ganancias corporativas (por ejemplo, pueden estar cerca de sus máximos cíclicos). Un indicador que resulta más difícil de manipular son los dividendos que pagan las compañías a sus accionistas. “Sobre esta base, la rentabilidad por dividendo del 3,5% de Europa bate ampliamente a otras grandes regiones, incluidos los mercados emergentes; así, prácticamente duplica la rentabilidad por dividendo de las acciones japonesas y es un 75% más alta que el 2% que ofrece Estados Unidos”, recoge el informe de Fidelity.
Renta 4 apuesta por Swatch, Heineken, Roche, Michelin o Galp, entre otros
Otro factor que juega en favor de las Bolsas europeas es que existen varios aspectos macroeconómicos que están experimentando mejoras. “Cada vez está más claro que la situación económica se ha estabilizado y está mejorando gradualmente, aunque desde un nivel bajo. El compromiso asumido por [el presidente del BCE] Mario Draghi en julio de 2012 de hacer lo que sea necesario [por salvar el euro] redujo considerablemente la inquietud de los inversores en torno al euro”, argumentan en Fidelity.
El quinto, y último, factor clave para apostar por Europa, según la gestora estadounidense, es que el tirón de los índices está encontrando apoyo en el aumento de los flujos de inversión. “Con todos los titulares negativos de los últimos años, no sorprende que las acciones europeas hayan sido durante algún tiempo el sector más denostado de la renta variable mundial. Sin embargo, desde el verano el sentimiento hacia Europa ha empezado claramente a mejorar desde unos niveles estructuralmente bajos”. Los datos de Lipper muestran que tras 11 trimestres consecutivos de salidas netas de capitales, las entradas trimestrales de dinero en los fondos europeos (menos Reino Unido) han sido positivas desde finales del último trimestre de 2012.
¿Tendrán continuidad estos flujos de inversión? “Hay buenas razones para creer que así será. El peso de las acciones europeas en las carteras de los inversores sigue siendo bajo desde una perspectiva histórica y se necesitarían muchos más flujos de entrada para compensar los 167.000 millones de dólares que salieron de los flujos europeos entre mediados de 2007 y finales de 2012”, concluye el informe de Fidelity.
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