El automóvil mira más allá de la crisis

La industria del automóvil empieza a dar signos de recuperación. No son para echar las campanas al vuelo, pero sí destacan en el contexto de una economía en crisis como la española con una tasa de paro del 26%. Las fábricas están aumentando la producción de vehículos, adjudicándose nuevos modelos y creando empleo, algo difícil de encontrar no solo en territorio nacional, sino también en el conjunto del sector en Europa.

Los ajustes salariales y la flexibilidad laboral —una característica de este sector desde los años noventa— son una de las claves que explican por qué las plantas españolas se encuentran entre las más competitivas. En ellas se fabrican en la actualidad 39 modelos de vehículos, frente a los 34 de hace dos años. En los próximos dos años, la cifra crecerá hasta 45 modelos, según los datos de la asociación de fabricantes (Anfac).

Como consecuencia, la producción ha subido sin interrupción en los últimos siete meses después de varios años críticos en los que la fabricación se había hundido por debajo de los dos millones de vehículos. Este año el sector calcula que cerrará con una producción de 2,2 millones de coches y prevé fabricar 2,4 millones en 2014 y alcanzar los tres millones en 2015. En los años de mayor bonanza, en 2003 y 2004, se sobrepasaban los tres millones de unidades. “En general se puede hablar de cierta recuperación, pero no de euforia desatada”, afirma David Barrientos, portavoz de Anfac.

En el mercado interior las ventas mejoran pero siguen en mínimos

La mejoría ha tenido cierto efecto sobre el mercado laboral. Mientras la economía española destruía empleo, la industria del automóvil creó 2.400 puestos de trabajo en el primer semestre. Y todo indica que la cifra habrá seguido creciendo, dado que Ford anunció a finales de noviembre que ha contratado en las últimas semanas a unas 1.800 personas para su planta en Almussafes (Valencia). En total, los fabricantes han invertido en el último año 3.500 millones de euros y esperan invertir 1.500 millones en 2014.

La plantilla de todas esas fábricas tiene mucho que ver en la mejora experimentada por el sector, lastrado desde hace seis años por un desplome de las ventas por la crisis y de los enormes descuentos necesarios para vender un coche. “Llevamos años acordando medidas de flexibilidad y de ajuste salarial con las empresas para salvar nuestros trabajos”, explica Mariano Cerezo, secretario federal y responsable del sector de automoción de MCA-UGT. Desde 2005, según sus cálculos, los salarios han registrado una subida acumulada del 3%, “en el mejor de los casos”, dice. “En muchos casos, se han congelado directamente”, añade Cerezo.

Otras medidas no salariales, pero claves, han sido las de flexibilidad laboral, que básicamente permiten adaptar las jornadas y las vacaciones a las necesidades de producción de las plantas. De hecho, el automóvil lleva desde los años noventa aplicando, siempre con el acuerdo de los representantes de los empleados, la flexibilidad laboral introducida en la última reforma del mercado de trabajo.

Otros factores explican la competitividad de las fábricas en España, todas ellas en manos de empresas extranjeras. “La industria de componentes que hay en nuestro país nos da un valor diferencial con otros países”, explica Barrientos. Se trata de empresas con mucha experiencia y cercanas a las plantas, lo que abarata los costes. “También ha sido básica la diversificación, tanto de modelos, como de países a los que se exporta”, dice.

"Queremos industria, porque sin industria no hay empleo"

Casi nueve de cada 10 coches que se fabrican en España se destinan a la exportación. “Cobran cada vez más relevancia en la cuota exportadora países como EE UU, Argelia, Austria y Turquía”, concluye. En 2010, EE UU no importó ningún coche desde España; en lo que llevamos de año, ha importado 18.000 unidades. Para el año que viene, Ford España tiene previsto enviar 100.000 unidades del nuevo Tourneo Connect, modelo destinado a los taxistas de Nueva York.

El mercado nacional de ventas es el que está teniendo más dificultades para salir del bache. A mediados de la década pasada, se matriculaban 1,6 millones de coches al año. En 2013, se cerrará con 720.000 unidades vendidas. A pesar de esto, se están produciendo las primeras señales de reanimación en tres años y, aunque el nivel siga bajo, este año se habrán matriculado más vehículos que el anterior. “Creo que hemos tocado fondo”, explica Jaume Roura, presidente de la patronal de concesionarios Faconauto. “El año que viene tendría que ser el de la recuperación, y esperamos que el Plan PIVE se mantenga un par de años o tres para dar el empujón que necesitamos”, añade.

El Gobierno puso en marcha el Plan PIVE y PIMA Aire de ayuda a la compra el año pasado tras la insistencia de fabricantes y vendedores. En total se han destinado 400 millones en ayudas que, según el sector, han tenido un impacto en la recaudación fiscal de 1.500 millones, tanto a través del IVA como del impuesto de matriculación. Además, hay que tener en cuenta los descuentos récord para sostener las ventas y no es extraño ver cómo se puede comprar un coche por al menos un 20% menos que hace cinco años.

Pero tanto los fabricantes como los representantes de los trabajadores temen que la política del Gobierno se coma buena parte de los esfuerzos realizados para salir adelante. Se refieren sobre todo a los nuevos impuestos sobre la energía, que están elevando los costes de producción. También piden mejoras en la logística, dada la importancia de las exportaciones. Cerezo aboga por prevenir las crisis, no esperar sentados a que sucedan: “Queremos industria, porque sin industria no hay empleo, y sin empleo no hay derechos”.