Matrimonio mallorquín presenta 12.000 firmas contra cobro de impuesto feudal
Un matrimonio mallorquín ha entregado hoy en el Parlament balear más de 12.000 firmas a favor de la abolición del alodio, un impuesto feudal sobre viviendas o solares que se remonta al siglo XIII y que hoy, con democracia, continúa vigente en las Islas Baleares.
El simbólico acto de entrega de las listas de los nombres de las personas que piden la derogación del alodio, es un paso más de los que ya han dado Xus Sastre y su mujer Beatriz, desde que hace casi dos años emprendieron esta lucha contra un impuesto que consideran injusto.
"Estas firmas son el testimonio de que los ciudadanos quieren una respuesta de los políticos", ha dicho Xus a la prensa pocos minutos antes de entrar con Beatriz en la oficina del registro de la Cámara balear para depositar las cajas con las firmas.
Este joven matrimonio con dos hijos ha relatado que supieron de la existencia de este impuesto cuando en 2010 acordaron que Beatriz comprase la mitad de la casa que pertenecía a su cuñado para tener así en propiedad la totalidad de la vivienda, situada en la barriada de Es Pil-lari de la zona de la playa de Palma.
"El notario cuando compramos la casa nos avisó de que existía el alodio, pero nos dijo que no se cobraba, que no nos preocupásemos porque nadie nos lo iba reclamar", ha recordado Beatriz, quien trabaja de administrativa en un hospital.
La sorpresa surgió cuando dos años después de adquirir la casa que antes fue de los padres de Xus recibieron una carta de un bufete de abogados en la que se exigía el pago de 1.800 euros en nombre de su clienta, la marquesa de Campo Franco, en concepto de alodio.
Este impuesto llamado alodio en castellano y "alou" en catalán, y que está vigente en Mallorca y Cataluña, procede del derecho romano y se trata de una carga sobre viviendas o solares por la que los descendientes de familias de la antigua nobleza pueden reclamar el pago de un laudemio de hasta un 2 % por cada trasmisión de la propiedad u operación de compraventa de viviendas o parcelas que estén dentro de lo que tiempo atrás fueron tierras feudales.
"Todo esto pervive porque está en el lado oscuro de nuestra legislación, alguno ha dicho que son las momias del derecho foral", ha apuntado Beatriz, quien al igual que su marido se ha documentado a fondo sobre el alodio y el impacto que todavía causa en Mallorca.
"Sabemos de vecinos que están pagando el alodio, algunos a plazos", ha apuntado Beatriz.
La lucha de este matrimonio se tornó de su parte cuando el pasado octubre un Juzgado de Palma de Mallorca desestimó la demanda interpuesta por la marquesa para hacer valer su derecho a reclamar el pago de un laudemio por el inmueble gravado con alodio en favor del tío de la demandante.
Para la pareja fue una gran victoria por el hecho de que entre los dos prepararon muy bien su defensa, porque 1.800 euros era una cantidad respetable estando Xus sin trabajo. Además, por ser menor de 2.000 euros no era obligatorio que les defendiera un letrado.
Durante el juicio Xus y Beatriz demostraron que el alodio había prescrito y el juez condenó a pagar las costas judiciales a la demandante y actual titular del marquesado de Campo Franco, creado por el rey Felipe V en 1718.
"Así como se eliminaron otros impuestos como el fideicomiso, también éste se puede abolir y habría que ver si es compatible con la normativa europea", apunta Xus, quien además de profesional de la producción musical se ha convertido casi en un experto en la materia.
A pesar de que el Juzgado se pronunció hace un mes a favor del matrimonio, éste no ha sido capaz de eliminar la anotación de alodio que figura en la hoja de registro del Registro de la Propiedad, dado que solo se puede hacer si la marquesa accede o lo ordena un juez.
"Esto es lo más ridículo, tenemos una sentencia que dice que el alodio ha prescrito pero no podemos eliminarlo del Registro de la Propiedad", apunta Beatriz.
El matrimonio ha dedicado muchas horas a investigar en archivos y a consultar con profesionales del Derecho los más variados aspectos del alodio, y según han constatado, su aplicación está más extendida de lo que imaginaron en un principio.
Beatriz ha explicado que hace unos dos siglos, el que por entonces era el obispo de Mallorca pidió en las Cortes de Cádiz la derogación del alodio por considerar que era "injusto".
"Algunos no quieren cuestionar el alodio, dicen que puede al derecho a la propiedad, a las herencias", matiza Beatriz.
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