La banca busca un sustituto de Miguel Martín para presidir su patronal
José Manuel Campa, José María Roldán y Francisco Uría, entre los candidatos
La Asociación Española de Banca (AEB) es un importante centro de influencia y altavoz de las opiniones del sector ante la sociedad. Por eso, la persona que esté al frente de esta organización debe ser alguien que cuente con el apoyo de los bancos (sobre todo los grandes) y mantenga una estrecha sintonía con ellos. Con la reputación por los suelos, el sector financiero busca una nueva figura que sea un revulsivo y que le defienda con gran ímpetu y pujanza ante una sociedad que acusa a la banca de buena parte de los males de la crisis.
Miguel Martín, (Jerez de la Frontera, 1943), actual presidente de la AEB, ha estado ocho años al frente de esta institución, a la que llegó con el apoyo del Santander, después de ser subgobernador del Banco de España. En marzo de 2014 dejará la institución, según han confirmado diferentes fuentes financieras. Todos los bancos reconocen su gran dedicación, aunque en los últimos meses ha habido discrepancias con Martín por su negativa a aparecer en los medios para la defensa del sector en temas como los desahucios, las cláusulas suelo o la falta de crédito. Tampoco gustaron algunas críticas al Gobierno del PP por la reestructuración bancaria. Por todo esto se incorporó a la AEB Juan José Toribio, profesor emérito del IESE, cuyo papel era reforzar la defensa del sector ante la opinión púbica.
La elección del sustituto no es tarea fácil. Hasta el momento se barajan tres nombres: José Manuel Campa, profesor de Dirección Financiera y Economía del IESE y ex secretario de Estado de Economía con el Gobierno de Zapatero cuya incompatibilidad acaba en diciembre; José María Roldán, ex director general de Regulación del Banco de España hasta que fue relevado el 14 de este mes y Francisco Uría, socio del sector financiero de KPMG y Subsecretario del Ministerio de Hacienda bajo el anterior mandato de Cristóbal Montoro. Los tres cuentan con apoyos y detractores entre los bancos, pero el proceso sigue a ritmo rápido porque todos son conscientes de que el momento es delicado y se necesita una figura con fuerte presencia pública.
El escogido deberá defender al sector en la UE y ante la sociedad española
Tradicionalmente, el Santander y el BBVA buscaban un candidato de consenso que luego proponían a los demás: Popular, Sabadell y Bankinter. Ahora se hace de forma más colegiada, al menos entre los cuatro bancos más grandes. Es posible que si alguno de los candidatos escogidos contara con la oposición radical de alguno de los dos grandes bancos se abría la terna a otros aspirantes.
Los tres están considerados como buenos defensores del sector, sobre todo en las cuestiones europeas, en donde la banca se la juega con todos los cambios de regulación y la llegada del supervisor único. Pero, unos y otros, también les encuentran pegas. En el caso de Campa, algunos critican su vinculación política por la participación en el Gobierno socialista. Otros piensan que tiene un perfil demasiado académico para un cargo que precisa “mucha labor comercial y entrar en la pelea”, dice gráficamente un ejecutivo. Sin embargo, otros recuerdan su perfil profesional indiscutido como demuestra su pertenencia al prestigioso Expert Group (presidida por Erkki Liikanen), que evalúa las recomendaciones políticas sobre reformas estructurales para el sector bancario europeo. “Su papel político no le favorece como candidato ante Luis de Guindos un factor que no hay que olvidar”, apuntan en un banco.
Roldán goza de gran prestigio internacional y el sector le reconoce su defensa en la crisis. Sin embargo, algunos creen que puede repetir una de las críticas que se hacen a Martín: ser exresponsable del Banco de España y mantener una actitud inquisitorial sobre el sector que incomoda a los asociados de la AEB. También apuntan que los que vienen de la Administración tienen menos reflejos para labores comerciales.
Francisco Uría despierta apoyos relevantes, sobre todo porque ha demostrado una efectiva defensa del sector de forma voluntaria, así como una gran cualificación técnica. Algunos creen que le falta relevancia pública para la presidencia de la AEB. Para otros, esta cuestión no es tan relevante.
La situación actual incomoda a Martín, que preferiría una elección rápida, pero el nuevo presidente de la banca se busca con cuidado “porque no estamos para experimentos sino para acertar”. Desde luego, nadie piensa en Isidro Fainé, presidente de Caixabank y La Caixa, porque todavía no se contempla la incorporación de los bancos de las cajas, ni mucho menos la fusión AEB-CECA. Esa es otra pelea.
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