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Illescas, otro hijo de la burbuja

Ha doblado su población y volumen de suelo artificial. Tiene 12.000 viviendas y su planeamiento prevé otras 20.000

Illescas, como Seseña, es otro de los municipios de la región de La Sagra que llama la atención por el volumen de suelo urbanizado y por el crecimiento que ha experimentado. Una expansión que comparte en la Comunidad de Madrid con Arroyomolinos. En una década, el municipio toledano ha doblado su población y el volumen de metros cuadrados que han pasado de ser campo a convertirse en asfalto u hormigón.

"Illescas presenta los males típicos del último desarrollo urbano, fruto de ser, a la vez, cabecera comarcal de la comarca de la Sagra Alta toledana y de estar bajo la influencia directa de la gran aglomeración metropolitana madrileña", explica el arquitecto Eduardo Blanco, de la consultora otropunto.es.

Describe cómo un modesto tejido industrial se vio ampliado con una fábrica de composites de Airbus y por grandes polígonos logísticos, de nuevo cuño, en la misma autovía de Toledo.

Tiene cerca de 25.000 habitantes y 12.000 casas, de las que el 10% son de segunda vivienda y el 15% están vacías.

El Plan de Ordenación Municipal (POM) —hoy discutido desde el propio Consistorio que ha cambiado de signo— data de 2010. Y contempla 1.500 viviendas más para la urbanización con campo de golf, El Señorío de Illescas (donde se sitúa la promoción Solagua de Fadesa), con 3.500 habitantes.

El POM reclasificó 400 hectáreas. Se basaba en la firma de un convenio de 2005 con cuatro empresas y preveía que se edificaran hasta 20.000 viviendas, una macrociudad que iba a dejar pequeña la prevista por El Pocero en la vecina Seseña y que suponía unir el casco urbano con el Señorío de Illescas, soterrando las líneas de ferrocarril que los separa.

Illescas cuenta con una importante red de comunicaciones viarias AP-41, de peaje y hoy sin uso, y la gran arteria A-42 Madrid-Toledo y el ferrocarril.

"El panorama", define Blanco, "es el de desequilibrio, ya que presenta un exceso de viviendas vacías y a la baja en el mercado, con descuentos del 50% respecto a precios de hace tres años; una población joven, con alta tasa de inmigrantes y escasa cualificación, lo que impide que puedan cubrir la demanda de puestos tecnológicos. Y, por otra parte, presenta asentamientos discontinuos, como el propio Señorío de Illescas, a los que es difícil atender en cuanto a servicios y dotaciones como el abastecimiento de agua, la red de saneamiento o la seguridad".

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