“Con la crisis, crear una NBA europea tendrá que esperar”
Jesús Bueno, vicepresidente de la NBA en Europa, busca cómo acercar al espectador europeo al negocio y espectáculo del baloncesto estadounidense
“La clave de todo es trasladar al espectador la pasión por el juego”. Desde luego, a Jesús Bueno (Barcelona, 1969) le apasiona lo que hace, y se nota. Como jefe de la NBA —la liga nacional de baloncesto de EE UU— en Europa, su trabajo es vender esa pasión al otro lado del Atlántico. Ex jugador profesional de baloncesto y licenciado en Ciencias del Trabajo y Empresariales, Bueno rezuma entusiasmo mientras desgrana los próximos proyectos. Fogueado como secretario general de la Federación Española de Baloncesto antes de saltar a la mejor liga del mundo, es un ejemplo más de cómo el deporte español triunfa en el extranjero. No solo en las canchas, sino también en los despachos.
Pregunta. Parece que no solo triunfan los deportistas españoles, sino también los directivos...
Respuesta. En el deporte español hay un buen nivel de gestores y directivos. Hay estructuras sólidas en clubes, federaciones... Y también, excepciones aparte, gente muy válida al frente.
P. ¿Cuál es la clave para llegar lejos en el sector? ¿Qué consejo le daría a alguien que quiera hacer carrera en la gestión deportiva?
R. Lo principal es que te guste lo que haces, que seas capaz de poner pasión en tu trabajo, porque es muy exigente. Hay que tener mucha flexibilidad para estar a cualquier hora en casi cualquier sitio, y para llevar bien todo eso necesitas alguien en casa que te apoye.
La pasión es la clave en el deporte. Hay que trasladarla al espectador
P. La situación del deporte español, sin embargo, no es la ideal...
R. Está claro que hay clubes y federaciones con problemas, que la crisis económica no acompaña, pero aun así hay que seguir haciendo las cosas bien, y yo creo que se están haciendo bien. Por ejemplo, en Bilbao, donde hemos organizado un NBA Global Game entre el Uxue Bilbao y los Philadelphia 76ers el 6 de octubre. El club es un ejemplo de hacer bien las cosas. Han conseguido conectar con la gente, y ahí esta la clave.
P. Desde luego, la NBA está haciendo una fuerte apuesta por España, con numerosos acuerdos comerciales, eventos... ¿Por qué España, a pesar de todo?
R. De nuevo por la pasión, que es la clave de todo en el mundo del deporte. En España hay una gran pasión por el baloncesto, y eso hace que la NBA, un gran espectáculo de baloncesto, tenga un hueco aquí. De ahí vienen esos acuerdos con Zara para vender camisetas, con Oscar Mayer y Campofrío, con distintas marcas. También el NBA Café que hemos impulsado, los distintos eventos que estamos organizando, como los Global Games... En el caso de estos partidos, no se trata solo de traer un equipo de la NBA y que la gente tenga ocasión de verlo en directo. Cada vez que organizamos uno de estos encuentros, pretendemos que la ciudad a la que vamos viva el baloncesto a tope durante todo el fin de semana, con actos en la calle, concursos, partidillos... Que puedan ver, pero también tocar la NBA.
P. El nuevo acuerdo con Canal+ también parece un paso importante en este sentido.
R. Absolutamente. La relación viene de muchos años y es reconocida la calidad con la que emiten la NBA, pero ahora hemos dado un paso más. Los espectadores podrán acceder a la NBA League Pass, donde tendrán disponibles todos los partidos, y también contenidos en diversos formatos. Resúmenes de 10 minutos, de 30, bloques de distintos partidos... Hay que adaptarse a lo que quiera cada espectador. Y, con todas esas opciones y la calidad de las retransmisiones, estamos desarrollando otra manera de acercar al espectador europeo a lo que se está viviendo realmente en la cancha.
En España, a pesar de las dificultades, hay buenos gestores y estructuras
P. ¿Y el resto de Europa? ¿La estrategia va en esa misma línea?
R. Sí, en Europa hay muchos países con una gran afición por el baloncesto, la NBA cala cada día más. Sin duda es el mercado más fuerte para nosotros, al margen de EE UU. Por eso tenemos que cuidarlo, y en esta línea vienen todas estas iniciativas, como los Global Games, para que los europeos vean la NBA como algo cada vez más cercano.
P. En este punto parece obligado hacerle la pregunta que le habrán hecho mil veces... La idea de crear una confederación europea de la NBA está en las ilusiones de mucha gente y, por lo que parece, en los planes de la propia organización, pero... ¿Para cuándo? ¿Qué obstáculos quedan por superar para verlo?
R. Desde luego que es una pregunta que me hacen siempre... [risas]. Que es algo que está en los planes ya ha quedado claro. Pero la NBA es una competición con una gran exigencia de calidad, con todo lo que eso conlleva, por ejemplo, en nivel de pabellones, inversores... Por ejemplo, en España, a pesar de que hay pabellones muy modernos y de alto nivel, probablemente no haya ninguno que se adapte a los estándares que se pide en la NBA para albergar un partido. Y ahora mismo las economías europeas no pasan por su mejor momento para afrontar ese tipo de inversiones. La evolución de la crisis y las circunstancias marcarán el momento. Por eso, de momento, parece que tendremos que esperar.
P. Pero la expansión no se limita a solo a Europa...
R. Desde luego que no, estamos haciendo un esfuerzo por llegar cada vez a más gente. Y la televisión, las redes sociales, todos estos medios hacen que gente a miles de kilómetros pueda sentirse cada vez más cerca. La NBA se emite ya en 212 países con narraciones en 47 idiomas. Las cuentas de Twitter y de Facebook tanto de la liga como de los jugadores cada vez tienen más impacto...
La NBA va un paso más allá en el nivel de cuidado que se pone en los detalles
P. Las redes sociales multiplican las posibilidades...
R. Está claro y estamos muy contentos con la respuesta que estamos teniendo en esos medios tanto en España como en Europa. Que un espectador en el salón de su casa pueda escuchar de primera mano cómo se siente Lebron [James] después de un partido, o qué música escucha para concentrarse... Son nuevas formas de llegar al público que todavía están por explotar.
P. ¿No cree que esa condición de fenómeno global también conlleva una responsabilidad social?
R. Sin duda. Y la NBA se lo toma muy en serio. El programa NBA Cares ha invertido cerca de 166 millones de euros desde 2005. En España también se hace una labor social en el deporte, pero esto va un paso más allá.
P. ¿Qué pueden aprender las competiciones europeas de la NBA? ¿Qué es exportable?
R. Para mí, una de las cosas más destacables es el exquisito nivel de detalle. No digo que en otros sitios no se cuiden los detalles, pero la NBA va un paso más. Todo está organizado, preparado y supervisado para que salga perfecto hasta el último detalle. El nivel de exigencia es altísimo para que no decaiga la calidad.
P. Entonces, el futuro está en seguir por ese camino...
R. Hay que seguir ofreciendo un producto de altísima calidad y, sobre todo, volviendo al principio, hay que seguir trasladando al público la pasión. El futuro va por ahí, por ofrecer experiencias cada vez más cercanas y que el espectador las sienta suyas.
P. ¿Qué balance hace de estos tres años en la NBA?
R. Creo que hemos conseguido que la NBA pase de ser un extraño que caía bien a ser uno más al que se le quiere.
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