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La derecha francesa legó a los socialistas una bomba retardada de 10.000 millones

El Tribunal de Cuentas exige al Gobierno actual que reserve fondos para cubrir dos millonarios pleitos fiscales con la UE

El presidente de Francia, François Hollande.
El presidente de Francia, François Hollande.K. TRIBOUILLARD (EFE)

El Tribunal de Cuentas francés ha recordado este martes al Gobierno socialista que debe aparcar un mínimo de 10.000 millones de euros para hacer frente al riesgo de perder dos contenciosos fiscales con la Unión Europea, que Bruselas abrió a París durante las dos legislaturas anteriores. Las consecuencias exactas para los Presupuestos de 2014 que debe presentar el Ejecutivo a finales de septiembre no se conocen todavía, pero el Tribunal recrimina tanto a los Gobiernos pasados como al actual por haber actuado mal y tarde.

La prestigiosa institución contable envió una carta demoledora al ministerio de Economía, en la que subraya tanto la imprevisión del actual gabinete como la envenenada herencia legada al país por una década de Gobiernos de derechas. En concreto, el Tribunal critica de manera elegante pero indiscutible el papel jugado por Nicolas Sarkozy y por Christine Lagarde, exministra de Economía y hoy directora del Fondo Monetario Internacional.

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Hasta ahora se sabía que entre 2007 y 2012 Sarkozy agrandó la deuda de Francia en más de medio billón de euros, y también que dejó al borde de la quiebra a su partido, la UMP. Tras detectar las irregularidades cometidas durante su campaña de 2012, el propio Tribunal de Cuentas anuló en junio la subvención electoral de once millones al principal grupo de oposición, que se vio obligado a lanzar una cuestación nacional para taponar el agujero. Según los últimos datos, los fieles han aportado ya más de diez millones.

Pero el mayor boquete se ha conocido casi año y medio después de que Sarkozy dejara el Elíseo. El primer litigio entre París y Bruselas data de hace diez años, cuando era presidente Jacques Chirac, y se refiere a la fiscalidad que grava los repartos de dividendos, que fue modificada en 2003 y “agravada”, según la Comisión Europea, en 2005. Según la Corte, el riesgo financiero para el Estado se eleva a 4.115 millones, incluyendo 1.100 millones que fueron devueltos en 2007 y 2008. Según Le Monde, el Gobierno socialista ha descontado ya 3.000 millones de la próxima Ley de Presupuestos.

El segundo contencioso pinta aun peor. El Tribunal calcula que puede costarle al Tesoro más de 6.000 millones de euros, con intereses de demora incluidos. Se refiere a las retenciones sobre los dividendos practicadas por sociedades francesas a entidades de valores mobiliarios con sede en el extranjero. En mayo de 2011, la Comisión abrió un procedimiento de infracción contra Francia al considerar que el impuesto era incompatible con el derecho comunitario, y el Tribunal de Justicia de la UE declaró nula la imposición. Desde entonces, Hacienda ha recibido más de 10.000 reclamaciones.

El Tribunal de Cuentas afirma que el Gobierno anterior hubiera debido “intervenir rápidamente” para modificar esa norma “ya en 2010”, para “limitar los riesgos financieros”. Sarkozy y los suyos no hicieron nada, y empeoraron las cosas al permitir que se aprobara una enmienda parlamentaria en diciembre de 2011 que subió la retención en la fuente. Los socialistas anularon la norma en agosto de 2012, pero según el Tribunal, olvidaron reflejar las futuras devoluciones en su Programa de Estabilidad 2012-2016, aunque el pleito terminará en 2015.

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