Europac juega al cartón de Marruecos
La papelera busca en el exterior remedio al mercado doméstico
Papeles y Cartones de Europa (Europac) está haciendo virtud de la necesidad y pese a la dureza de la crisis, y a las bofetadas que están suponiendo para sus cuentas las sucesivas reformas energéticas del Gobierno, sigue adelante con su expansión —este año se ha hecho con una fábrica más en Francia y ha iniciado su desembarco en Marruecos—, ha multiplicado casi por cinco su beneficio en el primer semestre y registraba al cierre de julio una revalorización anual en Bolsa de más del 67%.
Europac, que se autodefine como multinacional del embalaje con presencia en todos los sectores de actividad (forestal, gestión de residuos, papel Kraftliner, papel reciclado, energía, plancha de cartón y cajas), no sabe lo que son números rojos en un primer semestre desde 2009, cuando se apuntó excepcionalmente unas pérdidas de 15,6 millones.
En su estrategia frente a la crisis de incrementar la competitividad y reducir los costes brillan por su ausencia, según ha subrayado a este suplemento su consejero delegado, Enrique Isidro, los expedientes de regulación de empleo y los recortes salariales. El grupo, al incorporar nuevas compañías, ha ampliado mucho su plantilla, pasando de 351 trabajadores en 2008 a 2.324 en 2013.
“La industria necesita personal con experiencia y con conocimiento, prescindir de él es un error. La plantilla es la que hace empresa”, señala Isidro. En 2008, año de su estreno en Bolsa, Europac se dio cuenta, comenta el ejecutivo, de que la crisis, pese a las dificultades, abría para las compañías nuevas oportunidades, y que debían aprovecharlas para crecer y posicionarse mejor en los mercados. Y que podían hacerlo además sin arriesgar su solidez financiera, ofreciendo calidad y servicio y apoyándose en una diversificación geográfica centrada en los países vecinos y en la integración vertical de sus negocios.
En 2013 ha invertido en Marruecos en dos plantas y en Francia en otra fábrica más
Los resultados de esta política, hasta ahora, no son malos, según reconocen algunos analistas de inversión que siguen a la compañía. Tanto en lo relativo a su cuenta de resultados como a su tamaño e internacionalización.
En cuanto a la primera, Europac incrementó en el primer semestre un 360% su beneficio, un 20% su resultado bruto de explotación consolidado y un 20% sus ventas respecto a igual periodo de 2012, y registró una caída en la tasa de impagados hasta situarla en niveles mínimos del 0,026%.
La papelera, que elevó un 2% su deuda financiera neta en el semestre hasta 301 millones, asegura que volverá a reducirla en los próximos meses. Tras la refinanciación acordada con 21 entidades en 2012, Europac no tiene grandes vencimientos pendientes hasta 2017 (ese año deberá afrontar pagos por 126,5 millones).
Sobre los últimos resultados semestrales, su consejero delegado destaca el haber logrado, en un contexto macroeconómico complicado, aumentar el volumen de ventas en todas las líneas de negocio y el descenso registrado en la volatilidad de los precios de la materia prima y del producto terminado “respecto a lo vivido desde 2011”, así como la mejora del margen en el papel Kraftliner. Isidro hace hincapié en “el esfuerzo” que realiza su compañía para “aumentar la eficiencia y la productividad de sus instalaciones, optimizar sus costes operativos y mantener la tasa de impagados en niveles mínimos”.
Dentro de la actividad energética, Europac indica que, a pesar del aumento del volumen de producción durante el primer semestre, el resultado de esta actividad ha estado penalizado por el impacto de la reforma energética en España. El resultado operativo bruto de su división de energía cayó un España un 46% en el primer semestre debido a la reforma citada, solo compensada en parte por un aumento de la producción de las papeleras y su correspondiente mayor consumo de vapor.
A finales de febrero, Europac informó a los analistas que estimaba que el impuesto del 7% a las ventas de electricidad a la red, aprobado en diciembre, y el céntimo verde por el gas le iban a suponer un coste de 5,5 millones de euros netos anuales, a los que habría que añadir otros 3,5 millones por la compra de derechos sobre emisiones de CO2. Y el panorama inmediato para la papelera es aún menos halagüeño.
El grupo cree que la última reforme promovida por el Gobierno, hace apenas cuatro semanas, le puede suponer un impacto negativo anual sobre sus ingresos de 2,6 o 2,7 millones, aunque esta cifra es orientativa porque aún se desconocen o no se han desarrollado aspectos importantes contemplados en la nueva norma.
En el primer semestre del año casi ha multiplicado por cinco su beneficio
Europac, que ha incrementado desde el 1 de agosto el precio del papel reciclado en 50 euros por tonelada aprovechando la fortaleza de la cartera de pedidos en un contexto de presión de los costes de producción, admite que no puede compensar totalmente los mayores costes de la energía con mejoras internas de eficiencia y que tampoco puede trasladar al cliente, dada la situación del mercado, el grueso del incremento. Las sucesivas reformas de la energía en España, advierten en Europac, están afectando a los márgenes de la compañía y restándole competitividad frente a otras empresas europeas de su sector.
Motivo adicional, sin duda, para insistir en una internacionalización que inició entre 2000 y 2007 con la compra de sucesivos paquetes accionariales de la compañía lusa Gescartao. Portugal fue su bautizo internacional y hoy es, según reconocen los analistas, pilar fundamental del grupo.
También ha reforzado en el primer semestre su segunda apuesta exterior, Francia, con la compra por 21,7 millones de una fábrica de cartón ondulado a DS Smith. Europac —que inició su actividad industrial en este país en 2008— se ha convertido con la última adquisición en el cuarto proveedor de embalaje de Francia. Se van a generar sinergias muy importantes, señalan en el grupo, con las instalaciones industriales que ya tiene Europac en Rouen.
Su tercera gran apuesta, y la más reciente, es Marruecos. Es “otro mundo”, dice Isidro, y explica que, frente a la debilidad de la demanda del mercado español de cartón en el vecino del sur, su sector agrícola lleva creciendo a tasas anuales del 10% desde el año 2000, y que eso supone una gran demanda de cajas para el transporte y la comercialización de los productos. Juegan a favor de este desembarco además la proximidad geográfica, los vínculos entre empresas de aquel país y compañías de España, Francia y Portugal que favorecen las sinergias comerciales y logísticas.
A finales de mayo, de acuerdo con esta filosofía, Europac inauguró una planta de embalajes en la ciudad de Tánger, y hace tres semanas ha puesto en marcha una segunda fase en su despliegue marroquí. Va a construir, también en Tánger, una fábrica de embalaje integrada para la producción de plancha y cajas de cartón ondulado. La inversión se situará entre los 25 y 30 millones de euros, en función de la configuración definitiva de la instalación, y se prevé que comience su producción en un plazo de unos 12 a 15 meses.
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