Los indios echan redes en Europa
Las empresas del gigante asiático aceleran las compras de grupos extranjeros
Las grandes empresas indias, muy activas aquí entre 2004 y 2008, vuelven a estar interesadas en nuestro país. Al menos es la impresión de los expertos en relaciones empresariales España-India, quienes sugieren que la operación entre Cie Automotive y Mahindra podría señalar el principio de esa nueva etapa.
La empresa vasca firmó el mes pasado un acuerdo con Mahindra para la creación de una división conjunta de componentes (forja y estampaciones), con sede en Bombay, controlada por Cie Automotive, y la compra del 13,5% de esta por el grupo indio. Una operación que Anton Pradera, presidente de Automotive, considera decisiva ya que “se trata de un mercado, el indio, que pasará de 3 a 10 millones de coches anuales, en los próximos años, esto además del resto del sur de Asia”. Y el que un grupo tan potente como Mahindra confíe en Automotive para sus operaciones de componentes a escala mundial no dejará de actuar como un reclamo de las potencialidades del tejido empresarial español, en duda debido a la crisis, señalan en el sector.
Todo indica que las grandes compañías indias, beneficiarias de un crecimiento del PIB del 5,6% este año y el 6,3% el que viene, se preparan para una nueva ola de compras en Europa, que implicará también a España. Según Business Standard, las compras indias en el exterior ya crecieron un 12% el año pasado, en buena parte debido a las facilidades crediticias que están encontrando para sus operaciones de parte de bancos como Citigroup o Deutsche Bank. Tanto que la reciente compra de Cooper Tyre (Estados Unidos) por un grupo indio fue íntegramente financiada por deuda. Para crecer fuera, grandes grupos como Tata, Reliance o Mahindra, farmacéuticas como Ranbaxy o tecnológicas como Infosys o Wipro necesitan acceder a la propiedad de empresas que les den cuota de mercado, clientes corporativos, redes de distribución e incluso tecnología.
Pero, estas empresas no son novatas. Hace mucho que perdieron el miedo a Europa. El fuego lo rompió Lakshmi Mittal, quien lanzó en 2006 una de las mayores opas de la historia de Europa, sobre Arcelor: una transacción valorada en casi 30.000 millones de euros. Un año después otro gigante, el grupo Tata, se hacía con la siderúrgica británica Corus Group por 9.140 millones de euros. Y unos meses más tarde, ya en 2008, otra división, Tata Motors, se hacía nada menos que con dos marcas míticas de Reino Unido, Jaguar y Land Rover, adquiridas a Ford.
Cie Automotive ha sellado un acuerdo estratégico con Mahindra
Según Bloomberg, las compañías indias han anunciado 1.995 adquisiciones de empresas fuera del país por 116.000 millones de dólares entre 2000 y 2012. Todo esto es muy reciente. Mientras que en 2000 el país invertía solo 500 millones, seis años después superaba los 14.000 millones. Pradera no ve nada de anormal en esta ambiciosa carrera. “Los indios”, dice, “tienen tres herramientas, el inglés, mucha gente bien formada en países anglosajones, muy capaz en matemáticas, y el hecho de ser la mayor democracia del mundo”.
Se espera que la nueva etapa de inversiones en España, una vez que la economía se recupere, supere la del periodo 2004-2008. Pese a que España, se dice, seguirá siendo plato de segunda mesa para estas firmas. “Cuando piensan en Europa piensan en Reino Unido, y después en Alemania”, apunta Jacinto Soler, de Emergia, una consultora especializada en India, que ha trabajado para Reliance.
Mientras que Tata ha invertido en Reino Unido más de 15.000 millones de dólares, en España su compra más importante fue la de Hispano Carrocera, en 2005, seguida de otra menor, la de Serviplem, tres años después. La adquisición de la firma zaragozana se hizo en el peor momento. El año pasado la empresa, rebautizada como Tata Hispano, no vendió casi nada aquí. “Están teniendo que exportar la mayor parte de la producción”, explica Gour Saraff, director de la Europe India Chamber of Commerce, “ya que sus clientes, los Ayuntamientos, están sin liquidez”.
Tata está también presente en España con su marca de vehículos, Tata, e indirectamente con Jaguar y Land Rover. Con resultados distintos. Mientras que Tata sigue casi inédita, Jaguar y Land Rover se comportan mejor que otras marcas de lujo.
Los empresarios se benefician del crecimiento de la economía india
La entrada de Tata en las dos marcas británicas ha sido toda una historia de éxito. Lograron lo que Ford no pudo: ponerlas en valor. Entre enero y mayo las ventas de Jaguar y Land Rover en Europa subieron 13,1%; las de Volvo cayeron un 11%, y las de BMW, un 2%. También Mahindra empieza a vender aquí sus todoterreno. Además de que, explica Saraff, “suministra partes de los motores, transmisiones y cajas de velocidad a plantas españolas como la de Ford”. El grupo indio tiene una amplia cartera de actividades en Europa: en componentes (para Volvo, Scania, Daimler o Renault) y en productos de alimentación o en las tecnologías de la información (TIC), a través de Satyam, para clientes como BP o Nestlé. Pradera confía en que las dos marcas de coches acaben imponiéndose en Europa. “Están haciendo la transición de las series cortas a las largas, tienen productos competitivos y están tratando de aumentar su potencial tecnológico. Además de que tienen una ambición muy fuerte”, subraya.
La mayor presencia de Tata en España parece estar en el outsourcing de TIC. Pese a que su filial TCS tiene ya cierta masa crítica, se cree que tanto esta como otras empresas indias acabarán por adquirir alguna empresa española. Infosys, que tiene un acuerdo global con el BBVA desde 2008 para la implantación del Finacle Banking Solution, llegó a negociar la compra de Everis. “Algunas de estas compañías indias adquirieron empresas en Latinoamérica, que hacen outsourcing para clientes españoles”, explica Soler. Pero se están preparando para reforzar su presencia en Europa, y España no se quedará al margen. “Los servicios en la Nube van a ser una oportunidad para empresas como Infosys, Wipro y otras, habituadas a trabajar en Estados Unidos en un entorno más competitivo”, asegura Saraff. Ha habido ya varias compras en Europa en los últimos meses como la compra de la suiza Lodestone por Infosys y la francesa Alti por Tata.
Otro sector vital para los indios es el de los genéricos. La pionera aquí fue Ranbaxy, primer fabricante indio, que se instaló oficialmente en 2004. Le siguieron otras como Zidus Cadila en 2008 y Vivimed en 2011. No parece, sin embargo, que estén muy satisfechas de los resultados. Los recortes del gasto sanitario y los retrasos las están afectando.
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