_
_
_
_
Thomas Becker / Consejero delegado de la patronal de la eólica europea

“España va a pagar caro esta ‘vendetta’ contra la eólica”

El consejero delegado de la patronal de la eólica se pone como objetivo luchar contra los mitos

Thiago Ferrer Morini
Thomas Becker, consejero delegado de EWEA.
Thomas Becker, consejero delegado de EWEA.U. MARTÍN

Thomas Becker (Copenhague, 1957) ha sido recientemente elegido consejero delegado de la Asociación Europea de Energía Eólica (EWEA). Su objetivo en este su primer año de mandato es desmentir dos ideas: primero, que la energía eólica necesita subvenciones para funcionar y, segundo, que las energías convencionales no reciben subsidios. Según Becker, el 95% de los políticos europeos cree en estas ideas influidos por la industria de los combustibles fósiles. “Felicito a sus lobbistas en Bruselas”, afirma con sorna. Este grandullón danés pretende darle la vuelta a la situación hablando claro y con entusiasmo.

Pregunta. ¿Cuál es el estado del sector en Europa?

Respuesta. El sector eólico está, si cabe, más en crisis que otros. ¿Por qué? Por la idea preconcebida de que las energías renovables, especialmente la eólica, son algo en lo que se debe invertir en los buenos años, mientras que cuando vienen mal dadas hay que recortar e ir a lo seguro: las energías tradicionales. Es una percepción muy equivocada. La industria eólica es casi tan competitiva como la convencional. Le está arrebatando cuota de mercado a los combustibles fósiles. Y, sobre todo, tiene una presencia muy fuerte en Europa. También es popular la idea de que las renovables necesitan subvenciones mientras que las convencionales se mantienen solas. La Agencia Internacional de la Energía tiene cifras que dicen que las energías fósil y nuclear reciben hasta seis veces más ayudas que las renovables, en forma de rebajas fiscales e incentivos. Además, están los gastos que no se incluyen en la factura, como el daño al medio ambiente.

P. Dice usted que la energía eólica es casi tan competitiva como la convencional. ¿Cuándo lo será del todo?

R. Es muy difícil decir cuándo. Depende de muchos factores, y de la región. Pongamos el caso de las islas Canarias: llevar combustible allí es mucho más caro que instalar una central eólica y producir del viento. Si hay una malla eléctrica desarrollada, la eólica puede resultar más barata que el gas o el carbón.

No entiendo cómo una UE obsesionada con ahorrar dinero y crear empleo no da más importancia a la eólica, que hace ambas cosas”

P. La energía eólica está creciendo en mercados emergentes. ¿En qué países crece más y cuál es la posición de Europa en estos mercados?

R. Por lo que sé, la Patagonia argentina es el lugar más favorable a la energía eólica del mundo. Hay gente que habla de Brasil o de los países árabes, pero para mí los países con mayor potencial son Argentina y Sudáfrica. Y en Brasil y México son muy inteligentes. Las clases medias de los países emergentes quieren lo que nosotros queremos, y eso va a aumentar las necesidades energéticas y disparará el precio de los recursos. Si a eso le sumamos el problema del calentamiento global, queda claro que la mayoría de las sociedades desarrolladas va a pasar a buscar fuentes alternativas de energía, no solo la eólica. Todos los políticos hablan de generar un crecimiento verde que se pueda exportar. Lo tenemos, ¿a qué esperamos?

P. Pero ¿existe voluntad política por parte de la UE y de los Estados miembros para impulsar esa expansión?

R. Sí, por supuesto, pero la mejor manera de predicar es con el ejemplo. Es como decir a tus hijos que no beban y luego emborracharte a diario. Si no instalamos centrales eólicas en Europa y luego vamos a China a decirles que las instalen… En Europa emitimos un montón de dióxido de carbono por habitante, especialmente en los países pequeños, tenemos muchas más emisiones per capita. ¿Quiénes somos nosotros para decir fuera de Europa que deben aumentar su capacidad eólica si nosotros estamos multiplicando nuestras emisiones? Ocupémonos de limpiar nuestra casa antes de quejarnos de la de los demás. Por eso es importante que la UE apoye objetivos tangibles, concretos y ambiciosos para la producción de energías renovables. Tenemos que ser más egoístas en Europa. De veras no entiendo cómo una Unión Europea obsesionada con ahorrar dinero y crear empleo no da más importancia a la energía eólica, que puede hacer las dos cosas.

P. ¿Cómo se ve desde fuera la política energética del Gobierno español?

R. En 2001, España tomó una decisión muy sabia con respecto a la energía eólica. España era un país que dependía mucho de las importaciones energéticas y su Gobierno tomó la decisión de intentar romper con esas dependencias a través de las energías renovables. Y visto desde fuera ha sido un éxito espectacular. Muchos países lamentan no haber tomado las decisiones valientes que España tomó entonces. Y es por eso por lo que, desde fuera, es extraño ver cómo el actual Gobierno, por razones ideológicas, intenta acabar con ese proyecto. Porque es por razones ideológicas, tenemos las cifras: España sale perdiendo. Alguien tiene que ganar algo, seguro, pero ¿qué pasa con los que pierden su empleo? Es incomprensible. Es una venganza ideológica contra las decisiones, no solo las del Gobierno socialista, sino también contra las del primer Gobierno del PP, que fue muy bueno para las renovables. En España tenéis una gallina de los huevos de oro y la economía española va a acabar pagando caro esta vendetta contra la energía eólica.

P. España no es el único país en Europa con problemas económicos y que ha recibido un rescate de Bruselas. ¿Es España el único de los países en crisis que ha recortado en renovables?

No sé si el ministro Soria imagina el daño que hace cuando en una simple entrevista da señales de que va a cambiar la legislación”

R. Los recortes en España han sido peores por la retroactividad, que el Gobierno haya cambiado las reglas del juego. Todo inversor que se hubiera dicho: “Ahora vamos a invertir en una nueva central de energía eólica”, ha cambiado de idea. No sé si el ministro Soria imagina el daño que hace cuando en una simple entrevista da señales de que va a cambiar la legislación. Imagínese el efecto en la industria del automóvil o en las petroleras que un ministro salga diciendo “creo que el litro de gasolina tendría que estar a cuatro euros”.

P. ¿Creen ustedes que los inversores internacionales podrían reducir sus inversiones e incluso salir del todo de España?

R. Por supuesto. Si esto sigue así, la industria eólica en España se va a morir; acabará en manos de inversores extranjeros que se llevarán la producción fuera, por lo que ni habrá trabajo para construir equipos eólicos ni ingenieros españoles diseñándolos. No son solo los puestos de trabajo directos. Es el entorno de tecnología y desarrollo que surge alrededor de la eólica. Y lo están destruyendo. Lo triste es que ciertas empresas están desmantelando departamentos enteros de I+D. Y la OCDE dice que un empleo en investigación puede llevar a una cantidad asombrosa de empleos adicionales. Y no se puede acusar a la energía eólica de la crisis en España. Échenle la culpa a los promotores inmobiliarios en la Costa del Sol.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_