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Llamas que nunca se apagan

La última moda son las velas led, no queman, no manchan y no se consumen

Sandra López Letón
Las velas led que no queman, no manchan y no se consumen.
Las velas led que no queman, no manchan y no se consumen.

No hacen humo, no queman, no manchan todo de cera, no hay llama ni riesgo de incendio, no se apagan con el viento ni la lluvia, no desfiguran la vela mientras la mecha se consume y no hay peligro para los niños. Es una revolución en iluminación. Son las velas led. La única diferencia con respecto a una vela tradicional, con mecha de algodón, es que llevan un interruptor en su base y funcionan con lámparas led y pilas.

Todo son ventajas y es la última moda en bares, restaurantes, bodas, terrazas, jardines, chill-outs , hoteles. Y ahora viviendas. No hay nada que cree un ambiente más íntimo y cálido que una vela. Pero gastar dinero en cirios con diseños espectaculares y de gran tamaño que a los dos días están deformados, que se quedan en nada, es frustrante. Y malo para el bolsillo.

El efecto visual es el mismo. "Se asemejan a la luz de la vela natural cuando prendemos la mecha, pero nunca van a derretir la cera ni van a perder su forma, y valen para siempre", señala Óscar Rivera, de Ledvel, compañía que fabrica sus velas en Alicante.

Parpadean y hasta tienen temporizador para apagarse solas, dicen en otra empresa, Ledvelas. El resultado es un resplandor suave, una luz amarilla que destella y tiembla como si de una vela natural se tratara.

"Los diseños de las velas cuando los cuerpos son de cera quedan intactos de por vida, lo único que se consume es la batería o electricidad. Según el tamaño, pueden durar entre 3 y 200 horas", explican Nuria Pérez y Toni Lozano, propietarios de TLC Technology, fábrica de velas de cera artesana con tecnología led ubicada en Porto Cristo (Mallorca).

"Poder crear productos de cera natural junto con la tecnología más avanzada de la iluminación led nos abrió un universo sin límites para crear velas que jamás se habían podido imaginar. La única diferencia que hay entre una vela convencional y una de led fabricada por nosotros es su mecha. Las tradicionales llevan una de algodón, y las otras, un led accionado por una pila en su base. A simple vista es imposible saber cuál es cuál", dicen.

Los precios varían mucho según el modelo y la empresa que las comercializa

También pueden ser de infinidad de materias primas: parafina, cera de abeja, de gel y de vegetales como la soja.

Además, las velas led funcionan con mando a distancia, pueden cambian de color hasta 12 veces en unos segundos, son acuáticas y sumergibles... Y "lo más": se pueden personalizar. "Ofrecemos a los clientes la posibilidad de poder personalizar su vela con algo que tenga sentido para ellos; por ejemplo, incrustar una frase, una foto de un ser querido, un aroma, un color, flores, frutas, pedrería, tatuajes... o que diseñen su propia vela", explican en TLC.

La personalización se puede hacer en un máximo de 48 horas y por poco, un euro adicional.

"Cualquier tipo de vela, ya sea led o con mecha, puede ser única, ya que es fácil crear una impresión en la superficie de la vela, ya sea con pegatinas, sellos calentados al fuego e impresos en la cera o cualquier forma que los clientes nos puedan solicitar", dicen en Ledvel.

Ofrecen diferentes aromas, colores y productos; por ejemplo, para combatir los insectos. "Tenemos tantos olores como flores y esencias existen. Las que más utilizamos son las de rosas, jazmín, canela, lavanda, naranja y limón", explican en TLC.

Hay esferas, cuadrados, cilindros... Y cualquier lugar es bueno para colocar uno de estos cirios. Los de menor tamaño suelen introducirse en recipientes transparentes, farolillos o sobre una bandeja. Los de tamaño grande o gigante se pueden colocar directamente en el suelo o encima de una tarima. Los de forma circular pueden flotar en un estanque o piscina.

Hay que tener en cuenta la temperatura, ya que están fabricadas en cera y si sobrepasan los 40 grados se pueden derretir.

Hay velas led en el mercado de un tamaño más o menos estándar, de 10, 12 o 15 centímetros de altura por unos 7 de diámetro, aunque los fabricantes españoles crean sus propias líneas.

"Desde Ledvel nos gustaría hacer una advertencia a la gente que compra las velas de cera importadas de otros países como China. La calidad no es ni mucho menos la mejor. No se trata solo de que el consumidor apoye la fabricación nacional, sino de que sus velas pueden amarillear, deformarse o incluso dejar de funcionar antes", apunta Rivera.

Las tradicionales suelen costar unos 0,10 euros la unidad y las más grandes pueden alcanzar los 300 euros. Las led pueden costar desde 0,99 hasta 500 euros.

Luego están las velas recargables. "Todos nuestros sets son recargables, así que no necesitan gastos adicionales en la compra de pilas", señala Anneli, de Ledvelas.

No son de cera, es un led recargable que va dentro de una tulipa de plástico. A la hora de cargarlas, se ponen encima de una base cargador que se conecta a la corriente, sin gasto en pilas. La ventaja de estas velas es que se pueden recargar hasta unas 500 veces. El precio está entre 20 y 45 euros.

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Sobre la firma

Sandra López Letón
Redactora especializada en el sector inmobiliario, del que informa desde hace más de dos décadas. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en EL PAÍS. Actualmente, escribe en el suplemento de información económica 'Negocios'. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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